El Mercurio
Cábala del equipo O'Higgins y de la selección, los músicos son los más populares de la cumbia chilena. Hoy esperan internacionalizar su carrera.
FELIPE RODRÍGUEZ
Héctor Muñoz, alias "Canela", pasó por varios estilos antes de convertirse en el vocalista de Noche de Brujas. Primero, cantó en una iglesia junto a su abuelo en Coronel. Luego formó un grupo -Los Vinchucas, en homenaje al primer nombre de Los Prisioneros- que versionaba a clásicos del grunge como Nirvana y Soundgarden. Mientras lideraba esa banda, un hermano de unos de sus compañeros les ofreció trabajo: interpretar unas cuantas cumbias en su matrimonio.
"Nos dijo que tenía quince lucas para pagarnos a cada uno y le dijimos que sí. Sacamos algunos clásicos como 'La peineta', 'Un año más' y tocamos. Nos fue súper bien, las mujeres se volvían locas y dije 'aquí está la mano'. Y partimos con las cumbias", recuerda.
Quince años después de ese bautismo, Noche de Brujas vive un estado de gloria. Cuentan con tres discos de oro y uno de platino, completaron en 2013 más de cien actuaciones por Chile y el extranjero y funcionan como una empresa: se compraron un bus que acondicionaron para viajar cómodamente a regiones.
"Hemos ido paso a paso. Cuando partimos éramos relleno de American Sound. Un día estábamos tocando en Salamanca y el animador nos dice 'tienen que cambiarse el nombre. Vinchucas no es cumbiero'. Era día de Halloween y había un letrero que decía 'hoy noche de brujas presenta a American Sound'. Y nos presentaron como Noche de Brujas. Cuando llegué a Santiago, registré el nombre y todas las noches de brujas me llegan unos millones de pesos de empresas que ocupan mi marca", señala.
"Canela" sostiene que el gancho perfecto para empatizar con el público es tocar canciones que mezclen amor con fiesta. "Eso los prende a todos", afirma. Desde hace dos años, coincidiendo con la baja en popularidad de Américo, Noche de Brujas se ha consolidado como la más popular en la cumbia. Títulos como "Óyeme", "Me gusta todo de ti" y "Tu primera vez" son hits que, según el músico, han crecido gracias a la ayuda de uno de sus mejores amigos: el futbolista Arturo Vidal. El mediocampista de Juventus puso sus discos en el camarín de la selección para la previa de los partidos de eliminatorias y, con los buenos resultados, sus temas se convirtieron en cábala. Algo que también siguieron los jugadores del campeón O'Higgins, quienes también los escuchaban para darse aliento. "Arturo es un partner, un tremendo amigo. Me invitó a su casa en Italia, pero no he podido ir por trabajo. Este año se quedó en Italia, pero para las últimas fiestas tocamos en su casa de Las Pircas y arrienda cinco buses para llevar a toda su población. También, el año pasado llevó un disco para la celebración del título de la Juventus y a Pirlo le encantó", confiesa.
Con una posición privilegiada dentro de la música bailable en Chile, los proyectos de Noche de Brujas apuntan al exterior. Hace unas semanas fueron la primera banda chilena en diez años en tocar en "Sábado Gigante" en Miami. "Nos decían que los últimos en tocar fueron La Ley. Hace unos años fue Américo a Miami, pero llegó con guardaespaldas y no lo pescaron", añade.
¿Cuál es su sueño en la música?
"Estar nominado a un Grammy e internacionalizarnos, irnos a México o Estados Unidos. Don Francisco quiere que volvamos en marzo y tenemos ofertas para tocar en Nueva York. En Bolivia somos número uno y estamos entrando en Perú. Hay que trabajar duro para seguir siendo un ejemplo en el barrio".
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