El Mercurio
El trío neoyorquino, que tuvo un rol clave en la definición del sonido del hip hop de los 90, se presentará el 25 de ese mes en el Teatro Coliseo.
Por Raimundo Flores
El nombre de De La Soul volvió a brillar como en sus inicios, a finales de los 80. El año pasado el trío de Nueva York lanzó "And the anonymous nobody...", disco que grabaron gracias a una exitosa campaña de financiamiento colectivo a través de internet y que les significó volver a los Grammy celebrados en febrero pasado, donde consiguieron una nominación en la categoría Mejor Álbum de Rap.
El trabajo, donde aparecen como invitados Snoop Dogg, David Byrne y Damon Albarn, entre otros, devolvió al influyente grupo a la primera plana con buenas críticas, un nuevo impulso artístico, con el que llegarán por primera vez a Chile para realizar un concierto el próximo 25 de marzo en el Teatro Coliseo, tras un show en Bogotá.
Más allá de tener varios de sus discos entre los clásicos del hip hop del siglo pasado, el gran legado de De La Soul es haber presentado desde sus inicios una forma diferente de hacer rap que suma seguidores y variaciones hasta el día de hoy. Cuando las canciones sobre pandillas, armas y drogas eran la moda, el disco debut de los neoyorquinos, "3 feet high and rising" (1989), llegó con la novedad de letras que hablaban desde una perspectiva distinta, con un mensaje consciente, positivo y alegre, especialmente dirigido a las comunidades afroamericanas. En el plano musical, De La Soul fue uno de los primeros grupos en fusionar el rap con el jazz, sonido que marcó a toda una generación de artistas que vinieron después.
La semana pasada el trío acompañó en Montevideo y Buenos Aires a Gorillaz, banda con la que también regresarían en marzo como invitados en la nueva gira sudamericana del proyecto del vocalista de Blur, donde han subido al escenario junto a Albarn para interpretar dos temas: "Feel good inc" y "Superfast jellyfish".
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