Son custodios de 100 mil documentos oficiales de cinco siglos en Chile, pero también deben hacer accesible la información que hoy produce el Estado y asegurar transparencia. Tienen un ambicioso plan para lograrlo.
Por Romina de la Sotta Donoso
El Archivo Nacional acaba de cumplir 90 años y, según su directora, Emma de Ramón, está en el momento preciso para modernizarse. "Podemos llegar a tener un sistema que garantice la transparencia del Estado y que permita que los chilenos se muevan con facilidad dentro de la producción documental de este, para así poder constatar la forma en que han gobernado las autoridades. En Colombia existe un sistema que funciona muy bien, también en Brasil, México y España, y para qué decir en los países anglosajones. Pero nosotros podemos llegar a eso mismo: aunque nuestro aparato estatal es antiguo, no es tan grande, y estamos empezando a funcionar como productores de archivos nativos digitales. Es importante que lo hagamos pronto", asegura de Ramón.
La entidad -que incluye el Archivo Histórico Nacional, que abarca hasta inicios del siglo XX, y su continuador, el Archivo Nacional de la Administración- depende de la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos (Dibam) y resguarda 100 mil documentos, que equivalen a 45 kilómetros lineales. "Los documentos son la memoria de un país", apunta la directora.
"El desorden en la producción documental del Estado se traduce en la incapacidad de poner esa información al servicio de la comunidad. Para alcanzar la transparencia debemos instalar las normas archivísticas desde el momento mismo en que nace un documento", alerta.
Para lograr esa meta, tienen un plan. Este año abrieron, con la Universidad de Chile, un diplomado en Archivística, del cual ya hay 25 egresados. Además, todo este año han trabajado en un ambicioso proyecto a través del Programa de Modernización del Estado, que están postulando a financiamiento del BID. "Estamos seguros de que hay muchos programas de políticas públicas que no funcionan bien porque no hay archivos disponibles. Si la base documental de una institución no está estandarizada, es imposible que esa institución presente un servicio en forma expedita. La falta de cultura archivística provoca que alguien deba tocar la misma puerta 500 veces y se demoren dos meses en encontrar el papelito que necesita", explica.
"El proyecto permitirá que el Archivo Nacional pueda recibir documentos electrónicos", aclara De Ramón, y explica que eso significa organizar la gestión documental del mundo público para que traspasen sus documentos normalizados.
"En este proyecto nos comprometemos a tener una tercera parte del Estado funcionando en esta lógica", dice De Ramón. Como respaldo tienen los positivos resultados de su plan piloto con la Unidad Administradora de los Tribunales Tributarios y Aduaneros (ATTA), del Ministerio de Hacienda.
"El Estado de Chile no puede seguir mirando para el lado; a 10 o 15 años veo un Archivo Nacional muy moderno, con un portal donde se puede encontrar mucha información de todo tipo: familiar, de funcionamiento del Estado, de colecciones patrimoniales. Me imagino al Archivo Nacional como un gran laboratorio de conocimiento y desarrollo de la historia, y descentralizado, claro", enfatiza.
Actualmente existen dos archivos regionales, en La Araucanía y Tarapacá, y se está formando el de Valparaíso. "La nueva ley que nos pasa al Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio nos pone el mandato de descentralizarnos, o sea, de hacer los archivos regionales que nos faltan. En 2018 tendremos que instalar dos", afirma Emma de Ramón.
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