Investigadores rescataron documentos que permiten destacar la importancia del culto popular a comienzos del siglo XIX.
Davied Jaime y Mario Rojas
Todos los años, más de 300 mil personas llegan al pueblo de La Tirana, a 74 km al interior de Iquique, para venerar a la Virgen del Carmen. Y aunque este año la pandemia no permitió la realización de la fiesta religiosa más grande del norte, ese fervor popular ya se podía apreciar a principios del siglo XIX, de acuerdo a antecedentes revelados por un proyecto Fondecyt de los investigadores Luis Castro y Carolina Figueroa.
El estudio obtuvo antecedentes inéditos sobre el culto a la Virgen de La Tirana, que surgen de un juicio iniciado en octubre de 1820 por los hermanos Luis y Manuel Arias en contra de varios azogueros (trabajadores que dirigen las operaciones de la amalgamación en las minas) del Tamarugal, quienes buscaban retornar la virgen desde el Pozo de Santa Rosa, de propiedad de los Arias, al Pozo de Nuestra Señora del Carmen de La Tirana, donde había estado la imagen hasta 1815, cuando un terremoto destruyó la iglesia.
Esta información se obtuvo de las fojas de este juicio, cuyo expediente se encuentra en el archivo del Arzobispado de Arequipa. Según Luis Castro, académico de la Universidad de Tarapacá, se puede ver que la virgen y la devoción que tenían los mineros de la época ya era muy importante, como por ejemplo, que los hermanos Arias pagaron una cuantiosa suma para construir una nueva iglesia en un pozo de su propiedad, “lo que da cuenta del prestigio que otorgaba, no solo tener la mayordomía de una fiesta, sino también mantener la imagen de la virgen y las demás ornamentaciones de la iglesia”.
Según el archivo judicial, Luis Arias “con fecha 1 de junio de 1817 recurrió al gobernador capitular del obispado de Arequipa, Francisco Javier y Echeverría, a efecto de que le concediera licencia para edificar una nueva capilla, ya que la anterior en el Pozo del Carmen había sido destruida por el terremoto de 1815”, explica el investigador.
Al ser autorizado por el gobernador capitular, se convocó a los vecinos de la viceparroquia de los Pozos del Tamarugal José Morales, Juan de Dios Hidalgo y Luis Arias para que determinaran el mejor lugar para su construcción y financiaran las obras, la que recayó en el Pozo de Santa Rosa, de propiedad de los hermanos Arias. Estos desembolsaron de su pecunio $1.350 para construir una iglesia de 32 varas de largo y siete de ancho (30 metros de largo por ocho metros de ancho), contando con bautisterio, sacristía y cementerio.
Castro explica que si bien este litigio da cuenta de una mayordomía, que quedó a cargo del azoguero Juan de Dios Hidalgo, “no existen antecedentes históricos que hablen de una fiesta como la actual, que es muy posterior (siglo XX), pero sí había ya una celebración. Incluso existen antecedentes de que la fiesta se hacía en diciembre. Luego, con la chilenización a inicios del siglo XX, queda establecida en julio”.
Los investigadores también establecieron que “hubo al menos cuatro templos donde se ha rendido culto a la Virgen del Carmen: en el Pozo el Carmelo, el Pozo de Santa Rosa, en un mejorado templo en el Carmelo y, posteriormente, en el actual, luego del incendio de 1866”, explicó Castro.
Misas, vía online y radios
La Misa de Víspera (del 16 de julio) fue transmitida anoche desde el templo de La Tirana por plataformas digitales. Por ello, a la distancia, los devotos y caporales de bailes religiosos se conectaron a través de Zoom, para seguir la prédica del obispo Guillermo Vera. Hoy, al mediodía, se replicará el proceso con la misa del Día de la Virgen.
Vera destacó que “se ha tomado con mucha responsabilidad el tema de la restricción y como resultado vemos casas arregladas y calles con banderines. El pueblo mariano ha sido muy prudente con la pandemia”.
En Iquique, las transmisiones online del arzobispado comenzaron el 10 de julio pasado. Esa modalidad se ha replicado en otros obispados del país, con miras a la conmemoración del Día de la Virgen del Carmen y también se han diversificado las plataformas, incluyendo a las radios.
En Arica, el obispo Moisés Atisha señaló que “la mejor manera de honrar a María es quedándonos en nuestros hogares, que comprometamos todo nuestro esfuerzo para contener el avance del coronavirus”.
En Pelarco, a 26 km de Talca, la fiesta mariana reunía a 30 mil personas, que no llegarán este año por la pandemia. Por ello, el alcalde Bernardo Vásquez explicó que “todos los actos religiosos se transmitirán por todos los medios (internet y radios)”.
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