viernes, julio 24, 2020

Dulce y Agraz: La joven promesa de la música indie


El Mercurio

Con 21 años, la cantautora, instrumentista y artista multifacética mostrará hoy su nuevo show con guitarra, piano y voz en el ciclo Mujeres Compositoras, de Matucana 100. Luego de haber lanzado su EP “La piel” y un poemario en medio de la cuarentena, la artista se concentra hoy en su próximo trabajo discográfico en el que regresa a sus orígenes folk. Por Clara González

Daniela González, la talentosa joven promesa de la música Indie, más conocida como Dulce y Agraz, no se detiene con nada. A sus 21 años, la cantante y compositora que acumula casi 130.000 oyentes mensuales en Spotify, ya ha sacado dos EP y un álbum de estudio, ha grabado con músicos como Princesa Alba o Javier Barría y ha llenado auditorios en Chile, Ecuador, Argentina y Perú.

Este 2020 iba a ser un año importante para ella: se presentaría en la décima edición de Lollapalooza, festival donde iba a compartir cartel con músicos como Lana del Rey, James Blake o Gwen Stefani; tenía varias giras previstas por Chile, Argentina y Perú, y estaba invitada a los festivales Great Escape, en Inglaterra, y al Estéreo Picnic, en Colombia.

—Cuando se empezaron a caer todos los shows fue bastante fuerte, tuvimos que repensar todo. Al principio fue muy caótico, me frustré mucho, me sentí angustiada. Pero siento que después me permitió hacer los lanzamientos con mucha más tranquilidad y planificación, aterrizar un poco —cuenta Daniela González al teléfono desde su natal Concepción, ciudad que, afirma, le inspira más que Santiago y “le ayuda a llevar la vida con un poco más de calma”.

En este tiempo de “virtualidad”, confiesa que ha tenido que enfrentar su apatía de hablarle a la cámara en vez de dirigirse a la multitud a la que estaba acostumbrada, y que solía agotar las entradas de sus tocatas. Y es lo que hará de nuevo esta noche, cuando se presente en la tercera sesión del ciclo Mujeres Compositoras, organizado por Matucana 100, de acceso gratuito a través de su canal de YouTube. Ella sola, fiel a su espíritu indie, se encargó de producir completamente el concierto.

—Es un poco volver al comienzo, cuando aquí en Concepción yo misma armaba todo lo relativo al show: el escenario, la iluminación, conectaba los cables… Es como ser constructora y obrera de todas las partes de una casa —comenta entre risas.

Aunque este no es el primer concierto por streaming de Dulce y Agraz, el de hoy será un show novedoso y muy alejado de los sets con máquinas y pistas en el computador que venía haciendo los últimos años.

—Es un concierto a voz, guitarra y piano que me obligó a volver a canciones antiguas, en parte, porque los mismos instrumentos me lo iban pidiendo. Será una especie de repaso por todos mis trabajos, por mi primer EP, por mi disco “Trino” y por mi último lanzamiento, “La piel” —explica la artista. —Aunque toqué la guitarra sobre el escenario muchos años y la uso siempre para componer, hacía años que no la agarraba de verdad. Ahora tuve que readaptar muchas canciones que tienen bases y otros elementos, pero que escribí inicialmente con la guitarra; entonces es como volver a la maqueta original, es un volver al origen.

En medio de la cuarentena, y luego de dos celebrados adelantos, el 12 de junio pasado salió a la luz “La piel”, el último trabajo de Dulce y Agraz y que ella misma clasifica, entre risas, como un “reguetón lento”. El EP, editado por su sello Lanzallamas, va acompañado de un poemario homónimo de copias numeradas y de una playlist secreta en Spotify donde, a modo de tracks, aparecen sus poemas, leídos por ella misma.

—Como no se pudo hacer el lanzamiento presencial, el poemario es una forma de llegar directamente a las personas, poder tocar un objeto —comenta la compositora, quien antes de la pandemia iba a dar su primer concierto en el Teatro Nescafé de las Artes.

Con su último EP, recomendado por músicos como Gepe y Javier Barría, y cuyos temas han aparecido en importantes listas de Spotify, Dulce y Agraz se consolida a paso firme en su camino creativo: “La piel” la ha llevado a duplicar el número de oyentes y a ser escuchada en países como México, Argentina, Perú o España.

—Muchas personas me han dicho que es innovador, porque al final no es solo un disco, sino una miniobra musical y literaria. “La piel” es un imaginario, una experiencia sensorial, una meditación que te lleva a una reflexión. Parece que a la gente la lleva a un lugar muy introspectivo.

Durante este tiempo, Daniela armó su propio home studio, donde ya está trabajando para su próximo proyecto: un EP llamado “Ellas”, que espera lanzar en septiembre.

—Tiene más que ver con lo folclórico, una especie de folclor pop, centrado en la historia de cinco mujeres que hablan de cómo “transicionamos” física y espiritualmente de la oscuridad hacia la luz. Mi primer disco es bastante folk, aunque con instrumentos más orgánicos. Ahora volví a lo folclórico, pero más desde los ritmos. Y desde que me instalé acá, siento que en todos los sentidos estoy volviendo al origen, incluso literalmente.

No hay comentarios.: