lunes, julio 27, 2020

“La Once Huacha”, para conversar de todo menos de la pandemia

El Mercurio

Diálogos sobre culturas y tradiciones chilenas, organizados por la Fundación Rectángulos de Agua.
Juan Rodríguez M.

Se toma once, no té; es una tradición que recorre todo Chile, de arriba abajo, de norte a sur. “¡Exactamente! Transversal, y cada región con sus particularidades. Por ejemplo, en el capítulo del bodegón hablamos de una once de verano en Los Vilos, con sandía y pescado”. Quien habla es la antropóloga Sonia Montecino, premio nacional de Humanidades y Ciencias Sociales. Y de lo que habla es de “La hora de la Once Huacha”, una serie de encuentros virtuales, pero reales, para tomar once, que ha organizado la Fundación Rectángulos de Agua, de la que ella es directora.

“Son conversaciones con una diversidad de personas, sobre patrimonio, arte, sueños, cocinas, y temas que van surgiendo; nuestra idea es una mesa donde todos caben”, explica Montecino. “¡Y hablar de otras cosas que no sea la pandemia!”. “La idea nació por la necesidad de escuchar lo diverso y compartir una mesa de onces como parte de una tradición de acogida y diálogo íntimo”.

Los encuentros han sido los viernes, cada 15 días, a las 6 de la tarde. Pero desde agosto serán todas las semanas. El viernes pasado, la once fue con Gabriela García, alfarera de Quinchamalí. Este viernes, la antropóloga Alejandra Alvear y la propia Sonia Montecino conversarán sobre “patrimonios de Illapel y otras yerbas” con Julio Contreras, gestor cultural y estudioso de Illapel.

“La hora de la Once Huacha” comenzó a fines de junio, cuenta Montecino, hablando de “los solsticios, seguimos en julio con el bodegón de Los Vilos y el arte instintivo de Federico Lohse”. Los encuentros son grabados y se pueden ver a través de la cuenta de Facebook de la fundación (Facebook.com/FundacionRectangulosdeAgua). Ya tienen preparados nuevos temas: teatro callejero, cocinas transfronterizas de Perú y Chile, los sueños en Rapa Nui y significados de los sueños mapuche.

El día de cada estreno, las organizadoras están en línea respondiendo preguntas y comentarios de la audiencia. Todo es artesanal y autogestionado, dice Montecino; las ayuda el diseñador Juan Pablo Valenzuela. “Y se llama Once Huacha porque pensamos en una identidad culinaria y social”.

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