El Mercurio
Francisca Straube planeaba este año su carrera desde México. Tras la pandemia optó por irse a la montaña, desde donde revela por capítulos su nuevo disco.
JOSÉ VÁSQUEZ
Era impensado un plan B cuando todo estaba gestionado desde hacía meses. Francisca Straube había decidido que este año se mudaría a México para potenciar, con presencia permanente, su proyecto Rubio allá. La hoja de ruta incluía el desafío de formar una banda en tierras aztecas para desde ahí moverse por el cono norte y capitalizar el entusiasmo que ha despertado su música en el nicho alternativo. Pero apareció la pandemia y uno de sus principales objetivos del año se archivó. Por ahora.
Straube optó por dejar la ciudad para autoexiliarse en la montaña con un paisaje en el que, describe, solo ve nieve a su alrededor. “Estoy con otra energía que me ha ayudado a cuestionarme varias cosas. Cambié el chip de la productividad y me detuve en lo esencial”, dice la cantante que se mudó a una cabaña en San José de Maipo.
“Ahora voy a comprar leña y soy feliz con esta rutina. Tengo poco internet y a veces se va la luz. En marzo miraba el celular todo el día y ahora nada, me he desapegado de todo el mundo”, señala la intérprete que decidió detener momentáneamente una carrera a la que le quita la pausa según se apuntan nuevos compromisos. “Desde el estallido, vivo el día a día. Ya no me frustro. Desde octubre pasado que se había hecho difícil hacer conciertos y ahora todavía más. ‘¿México?'. Sé que lo haré en algún momento. Ojalá de aquí a diciembre, pero dependerá de cómo evolucione todo esto, no tiene ningún sentido viajar para estar encerrada”, plantea.
Rubio iba a presentar el pasado 22 de marzo, en el Teatro Nescafé de las Artes, la primera parte de su nuevo álbum que llevará por título “Mango negro”. Al igual como lo hizo con su primer disco —“Pez”, que fue entregado a través de cinco EP—, Straube sigue mostrando su música por capítulos. Ese frustrado lanzamiento en vivo daría a conocer “La pérdida” y la segunda parte, “La existencia”, sí tuvo un estreno en directo a través de un show por streaming el pasado 4 de julio.
“Lo que más me gusta es tocar en vivo y es raro hacerlo de esa forma, terminar de tocar y que todo estuviera en silencio, además de que las cuatro personas que estaban conmigo, todas, estaban con overoles y mascarillas, muy coronavirus todo”, dice la cantante.
Aunque la transmisión tuvo inconvenientes —un 20% de la gente no se pudo conectar—, la voz de “Hacia el fondo” valora la experiencia: “Al innovar, uno se expone a los errores, pero rescato que un 25% de los conectados lo hicieron desde el extranjero, de países como Inglaterra y Japón”.
“Hoy todo es tan inmediato que siento se le pierde el valor al trabajo. Entregar de a poco el disco logra que se pueda saborear un poco más”, dice la autora que disgrega su obra ahora en tres episodios. “‘La pérdida' es más pop y ‘La existencia' es experimental, y lo que viene será ya como una explosión de todo lo que pasó. Todo esto presenta a un Rubio bien ecléctico”, apunta Straube, quien espera completar este proyecto antes de fin de año.
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