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"Fue mi maestro" cuenta el escritor y cineasta que conoció en 1948 al antipoeta sepultado este jueves. Junto con Enrique Lihn se juntaban en el centro para sesiones literarias. Lo visitó por última vez el 2016. "Dormía con el retrato de un amor imposible que tuvo", revela.
“¿Qué te puedo decir de Parra?” es la frase que de tanto en tanto pronuncia Alejandro Jodorowsky (88) desde Francia para hablar de su amistad con el antipoeta Nicanor Parra, que falleció el martes a los 103 años y este jueves fue sepultado en el jardín de su casa, en Las Cruces.
Alejandro raramente se refiere a él como Nicanor, sino simplemente como Parra. Se conocieron al finalizar la década del 40, cuando el cineasta chileno-francés aún estudiaba y Parra ya era un nombre dentro de los intelectuales chilenos.
Aquí momentos que Alejandro Jodorowsky rescata . “La verdad que algún día tenía que decir”, comenta.
Con chicha . “Con Enrique Lihn nos conocimos cuando teníamos 18, en el Centro Cultural del Instituto Nacional. Pregunté la dirección de Enrique, lo fui a buscar y le dije que admiraba su poesía. Hablando de eso encontramos una página entera de Nicanor Parra en el diario literario Pro Arte y nos maravillamos. Nos acercamos a Parra y salimos muchas veces. Él vivía al lado de la Biblioteca Nacional (en calle Mac-Iver), en un departamento con una sueca que cambió dos o tres veces. Le gustaban las suecas. Nosotros bajábamos a tomar chicha a un negocito que estaba ahí, donde teníamos nuestras sesiones literarias. Parra nos quería mucho porque éramos sus seguidores más fervientes”.
Libro oculto . “Me dio un montón de hojas y me dijo: ‘Quiero que ese libro se llame Notas al borde del abismo . Organízamelo, que a mí me aburre’. Se lo di y nunca lo publicó”, recuerda Jodorowsky, para luego con voz pausada recitar un poema de la compilación: “Cuando pasen los años / Cuando pasen / Y el aire haya cavado un foso entre tu alma y la mía / ¿Dónde estarás tú? ¿dónde? / ¡Oh, hija de mis besos! ”.
-¿Por qué nunca se publicó?
-Porque es sentimental. Parra decía que el poeta se retira de lo emocional, y como un marionetista con hilos dirige su marioneta. Él nunca se presentó como era, sino que dirigió una marioneta.
Mural en conjunto . Pasado el año 1950 Parra, Jodorowsky y Lihn crearon “Quebrantahuesos”, un collage irónico que pegaban en una vitrina. “Conseguí una en el Paseo Ahumada. Ellos me daban un sobre con los dichos que formaban, yo ponía los míos y los pegaba una vez por semana”, explica Alejandro.
Relación con Neruda . “(Con Enrique Lihn) nos acercamos a Parra porque estábamos tan cansados de Neruda con su enorme ego, sus deseos políticos. Parra dejó ese tipo de poesía emocional, fuerte y maravillosa por la poesía simple, del pueblo. Nunca lo dijo, pero Parra odiaba a Neruda. Él decía que los dioses bajaban del Olimpo, así lo trató. Parra decidió que el poeta no era un dios, sino un hombre común que sufre”.
Última visita. Aunque habían dejado de llamarse por teléfono, cuando Jodorowsky estaba filmando su cinta “Poesía sin fin” (2016), el cineasta decidió visitarlo. “Cuando llegué a su casa en Las Cruces me preguntó a qué venía porque él ya no quería entrevistas ni nada. Le indiqué que sólo era por el placer de verlo. Ya estaba descansando frente al mar. Para una escena quería saber qué piensa un poeta de 100 años”.
-¿Cómo lo vio, Alejandro?
-Me sirvió mucho ver cómo a los cientos de años la mente no envejece, la edad es una ilusión. Parra estaba en plena conciencia, de maravilla, sólo le costaba andar. Nicanor Parra tenía luz, no tenía edad.
Dormir con un retrato . “Esa vez Parra habló conmigo de amor, de quién lo hacía sufrir, lo que no habló en la antipoesía. Se enamoró de una aristócrata chilena que le dijo: Tú no vales nada, eres un pobre hombre, eres un poeta . Él dormía con su foto cerca de su cama. Parra tuvo un amor imposible del que nunca habló”.
Admiración. Jodorowsky destaca que “en el arte eres el mejor o eres el distinto. Parra fue el distinto en la poesía mundial. El distinto y el genio. Fue mi maestro. Yo quisiera morirme a los 103 años”.
-Quién sabe, Alejandro.
-Cuando cumpla 90 pensaré que me quedan 10 añitos. Parra es el triunfo de la vida, que es vivirla lo que debe durar, no gastarla antes de tiempo ni autodestruirse. Todos mis amigos poetas murieron de borrachos y fumar tanto tabaco. Parra tenía un secreto: tomar medio litro de vitamina C cada día, él me dijo: “Si dejo de tomarla un día, me muero”. Tomó ese líquido hasta los 103 años pero con la vejez no se puede luchar.
Despedida.
“Parra logró ser el poeta nacional y dos días de duelo (por su partida). Logró que su hermana (Violeta) cante en su entierro, hizo un escándalo en la Catedral al ser velado porque todo el mundo insultó al cura. Lo enterraron en su jardín. Genial. Una vida ejemplar, verdaderamente de antipoeta, fiel a sí mismo hasta el final”.
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