El Mercurio
El festival celebra sus 50 años desde hoy . En forma inédita, habrá 10 conciertos sinfónicos y debutarán en el Teatro del Lago los directores Maximiano Valdés y Leonid Grin, y las orquestas Usach y de Cámara de Chile.
Por Romina de la Sotta Donoso
Más de 450 músicos participarán en la quincuagésima edición de las Semanas Musicales de Frutillar. De forma inédita, 10 de los 45 conciertos programados serán sinfónicos, pues por primera vez en la historia del festival participarán cinco orquestas.
Esta noche, en el concierto inaugural, la Banda Sinfónica de la Fach y su director, Fabrizzio De Negri, presentarán "Mythodea", de Vangelis , con proyecciones visuales y con el Coro de las Jornadas Musicales de Antofagasta, más las sopranos Maureen Marambio y Marcela González como solistas. Y en su concierto vespertino de mañana tocarán la Sinfonía N° 5, de Beethoven; "Finlandia", de Sibelius, y "Halcones", de De Negri.
La Orquesta Usach es una de las agrupaciones que debutará este verano en el festival. "Esta invitación es un reconocimiento a la trayectoria y calidad artística de este elenco, que lo proyecta en la cúspide de su pares chilenos", dice Nicolas Rauss, su director titular.
Ofrecerán el concierto vespertino de este lunes y, además, el martes darán un concierto de extensión gratuito en el Teatro Diego Rivera, de Puerto Montt, con el mismo programa.
Abrirán con su máxima especialidad: el clasicismo vienés. Específicamente, con la Sinfonía Nº 60, "II Distratto", de Haydn, que fue la gran favorita del público en la época del compositor y que exhibe en plenitud su ingenioso humor y destreza. "También tocaremos dos rarezas para una orquesta de cámara como la nuestra, dos obras románticas alemanas en la cálida tonalidad de Mi Mayor: el 'Idilio de Sigfrido', de Wagner, y Obertura, Scherzo y Final, de Schumann", completa Rauss.
Otro debut histórico de esta edición será el de Maximiano Valdés, una de las máximas batutas de nuestro país . "Es muy bonito llegar finalmente al Teatro del Lago, que tiene tanta reputación, y hacerlo con la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil. Para mí es un honor y lo hago con muchísimo gusto", dice.
Dirigirá en dos programas a la OSNJ: "Es una generación de mucho talento, gran disciplina y de gran amor por lo que hacen".
El martes 30 tendrán dos solistas invitados. Con el guitarrista chileno Emmanuel Sowicz, ganador del Concurso "Dr. Luis Sigall" 2017, tocarán el Concierto N° 1, de Castelnuovo-Tedesco, y con la soprano Paulina González ofrecerán la Sinfonía N° 4, de Mahler. "Aquí tengo una ventaja, pues ya la tocaron con Paolo Bortolameolli, por lo cual está muy bien trabajada", aclara, y reconoce que la mayor dificultad ha sido preparar la Sinfonía N° 7, de Beethoven, que tocarán el miércoles 31, pues posee aspectos propios del Clasicismo y "anticipos" del Romanticismo. Y destaca de ella su "gran ímpetu rítmico y expresivo", y "la felicidad galopante que la atraviesa de principio a fin".
Además, Valdés confirma su compromiso con la música chilena, pues programó dos obras nacionales para ese concierto: "Díptico", homenaje a Fernando Rosas compuesto por Fernando García, y el poema sinfónico "La muerte de Alsino", de Alfonso Leng.
También la Orquesta de Cámara de Chile se suma por primera vez al festival. Con su titular, Alejandra Urrutia, darán el concierto vespertino del viernes 2. Harán un programa contrastante, abordando el Barroco, por medio de la Suite Orquestal N° 1, de Bach, y el Clasicismo, con la Sinfonía N° 1, de Beethoven. "Pese a ser una obra temprana, en ella puedes percibir que nos estamos yendo a un mundo sonoro nuevo", comenta Urrutia.
El concierto, por sola coincidencia, rendirá homenaje al recién fallecido Nicanor Parra, pues también tocarán "Voz de Piedra", de Miguel Farías, quien se inspiró en el poema "Que viva la cordillera de los Andes". "Es absolutamente esencial que la Orquesta de Cámara de Chile toque música de compositores nacionales. Tal como entendemos lo que sucede en el país política o financieramente, ¿por qué no entenderíamos qué es lo que está pasando musicalmente el día de hoy en Chile?", declara Urrutia.
El director ucraniano-estadounidense Leonid Grin es otra de las batutas de relieve mundial que debutan este año en Frutillar. Por primera vez conducirá los tres programas de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile. "Estoy muy entusiasmado; he oído tanto sobre la belleza del lugar y lo fantástica que es la sala de conciertos", confiesa.
Por razones de salud, el premiado pianista ruso Boris Petrushansky reemplazará, el jueves 1 de febrero, a Tzimon Barto, y en vez de tocar la pieza de Rachmaninov originalmente programada, abordará el Concierto N° 1, de Tchaikovsky. "Fue un cambio equitativo, porque este es el Concierto para piano más famoso del mundo", ríe Grin. La otra pieza será la Sinfonía N° 4, de Tchaikovsky, que describe como "un viaje por su vida, que estuvo llena de perturbaciones, dolor y desilusiones".
En su concierto del 3 de febrero, en tanto, Grin abordará piezas clave de dos músicos con los que trabajó y forjó amistad: la Sinfonía N° 1, "Jeremías", de Bernstein, y la Sinfonía N° 5, de Shostakovich. "Ambos critican la responsabilidad de la humanidad y su moral, y expresan este sentimiento de manera muy dramática y doliente", revela.
El cierre, el 5 de febrero, será con el Coro Sinfónico U. de Chile, que dirige Juan Pablo Villarroel, y los solistas Brayan Ávila, Claudia Pereira y Patricio Sabaté, en el conocido oratorio "Carmina Burana", de Carl Orff. "Esta música es muy cínica y sarcástica, son alucinaciones y fantasías de personas miserables que buscan, sin éxito, consuelo espiritual y confort material", cierra.
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