El Mercurio
"Se transformará en una tradición republicana", dice Juan Andrés Ossandón, productor del festival, quien señala que pese a que el mercado local es pequeño, es posible lograr carteles atractivos sin tener que repetir tanto los nombres en cada edición. Además, anuncia la creación de una fundación de apoyo a la música nacional.
Por José Vásquez
El tema era evidentemente artístico, pero también se tuvo que manejar como una ecuación matemática. La Cumbre del Rock Chileno -el evento local más grande y masivo de la música nacional, que promedia 35 mil personas y cerca de 40 bandas y solistas por edición- debió realizar un ejercicio práctico antes de iniciar la capitalización de su apuesta más ambiciosa desde su creación, en 2007: el transformarse en un evento anual.
Para eso, Juan Andrés Ossandón, director de Osyos, la productora a cargo del festival, plantea que el año pasado, papel y lápiz en mano, comenzaron a delinear carteles de artistas para eventuales ediciones en 2018, 2019 y 2020. Así, tratando de repetir la menor cantidad de nombres posible, se dieron cuenta de que "La Cumbre" se podía sostener con esta periodicidad en el tiempo.
"Estuvimos todo el 2017 viendo cómo resolver dos grandes desafíos: la sustentabilidad económica y artística del proyecto, para poder sorprender cada año. Y aunque todo parecía muy adverso, nos dimos cuenta de que esto era viable", dice Ossandón, que no se cierra a la idea de que en el futuro se puedan sumar, incluso, artistas extranjeros para refrescar el festival.
El productor señala que para esta próxima edición, que se realizará el 27 de enero en el Club Hípico, solo se repetirán siete nombres que estuvieron el año pasado y que proyecta que en el futuro el porcentaje no debería superar el 20% de artistas. "Tenemos un mercado pequeño versus una gran cantidad de inquietud musical. Creo que tenemos más oferta que capacidad de demanda, y eso de a poco hace que los artistas vayan encontrando sus comunidades aquí y afuera de Chile".
La fundación
Completar un cartel permanentemente atractivo es una dificultad que enfrentan todos los grandes festivales del mundo, ya que el número de artistas convocantes que lideran cada evento son limitados, lo que ha determinado una excesiva rotación de estos en períodos muy cortos. Un problema que es aún mayor en un espectáculo como La Cumbre del Rock Chileno, delimitado solo a músicos nacionales.
Ossandón dice estar muy consciente de esta situación, y pensando en el evento y en fortalecer la consolidación de nuevas bandas, anuncia la creación de la Fundación Encumbra, que comenzará a operar finalizando el próximo festival.
"Su misión será apoyar la sustentabilidad de los proyectos, acercando a las bandas a los fondos concursables, los aportes del Estado y facilitar la participación de la empresa privada a través de la ley de donaciones. Queremos buscar maneras de que también el festival no dependa un 100% de una recaudación de venta de entradas para su realización. A pesar de que 'La Cumbre' ha demostrado tener una estabilidad en torno a las 30 mil personas como piso, uno responsablemente no puede pensar que siempre será así", señala el director de Osyos.
La Fundación Encumbra -adelanta Ossandón- llega con tres misiones: "Establecer La Cumbre del Rock Chileno como una tradición republicana anual, descentralizar el evento a través de giras por regiones y fomentar y promover la internacionalización de la música chilena, un escenario que comenzaremos seguramente en 2019", señala el productor sobre una idea que trae consigo la intención de generar alianzas con los principales eventos de características similares en el continente, como Rock al Parque en Colombia, Cosquín Rock en Argentina -que en 2017 también se realizó en Bolivia y Colombia- y el Vive Latino en México, para generar instancias de intercambio: si vienen artistas extranjeros a Chile, deben funcionar como moneda de cambio para que músicos nacionales vayan al extranjero.
La iniciativa ya genera sus primeros movimientos, y hasta "La Cumbre" ya llegó una propuesta de un promotor mexicano para llevar el evento a Ciudad de México. "Lo estamos evaluando; no suena tan loco hacer algo tipo arena para 10 mil personas o un equivalente a un Caupolicán. El mundo se está moviendo de una manera impresionante. Hace 10 años no hubiéramos imaginado que podríamos llegar a exportar un festival con el nombre de Chile. Está abierta esa posibilidad, y en la medida en que tome una forma sólida, lo vamos a hacer", se entusiasma Ossandón.
Sin Camila Moreno
El viernes, el evento dio a conocer que por "desacuerdo en el horario", la cantante no participaría del festival. En su lugar estará Lucybell. Moreno luego acusó que "el respeto" y "las garantías mínimas" no se cumplieron.
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