"Violeta de Chile" se sostiene en inspiraciones libres de la creadora. Mañana, en Sala Master.
Por IÑIGO DÍAZ
No son ni versiones, ni reversiones experimentales, ni menos ejercicios sobre arreglismo musical. Milena Viertel las denomina, simplemente, obras. "Pero tienen la inspiración que proviene directamente de la creatividad de Violeta Parra. Y se sostienen en un intertexto, es decir, en la evocación o provocación de su música", dice. Una obra a partir de otra obra.
Así se entiende el concepto detrás de "Violeta de Chile", pieza en seis movimientos, escrita para un ensamble tan libre que incluye su canto y su piano, además de chelo, contrabajo y batería. El disco homónimo se presentará mañana en un concierto en la Sala Master (Miguel Claro 509, 20:30 horas).
Fue una coincidencia que el proyecto terminara concretándose el año del centenario de Violeta Parra, pues Viertel comenzó a investigar mucho antes, en 2011, como consecuencia de las movilizaciones estudiantiles. "La discusión se instaló en la Universidad de Chile, donde soy profesora, y llegó hasta el tema de una música que se entendía en la academia más como obra de arte que como representación simbólica de la cultura. Eso me condujo hasta Violeta Parra y sus discursos", comenta.
Viertel escribió esta serie, que más tarde grabó con el baterista de Congreso Sergio Tilo González y, sorprendentemente, con el contrabajista de jazz Ron Carter, histórico músico de Miles Davis, quien se unió al proyecto. "Como Violeta Parra, Ron Carter fue también incomprendido y discriminado. Él estudió inicialmente chelo pero no le permitían tocar por su raza. Entonces, se trasladó a Nueva York para tocar contrabajo en el mundo del jazz", dice Viertel. "Haberlo tenido fue un privilegio y un honor", agrega.
Sus obras son nexos directos con el pensamiento de Violeta Parra: "Yerma" lleva a "El gavilán"; "Anticueca de la vida", como las cinco anticuecas originales, convierte la danza en una pieza camerística contemporánea; "Son injusticias de siglos" recuerda a "Arauco tiene una pena", y con el piano en función de una pifilka , la rogativa de "Pido un poquito de agua" a "El nguillatún".
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