El Mercurio
A la muerte del fundador de Tower Records, se suma la posible quiebra de guitarras Gibson y la desaparición en papel de la revista inglesa New Musical Express: tres bastiones de la historia del rock.
Esta es una historia real: cuando era niño escuchaba mis álbumes de Led Zeppelin comprados en Tower Records, mientras cerraba los ojos y soñaba con tocar una Gibson Les Paul como Jimmy Page, de quien buscaba algún tipo de noticia leyendo la revista británica New Musical Express. Bueno, más de 20 años después y solo en una semana, todas esas memorias se ligan con la muerte del fundador de la cadena de tiendas de discos, Russ Solomon; el fin de la publicación en papel de NME, y con la inminente quiebra de Gibson, que debe más de 500 millones de dólares a sus acreedores.
En una semana nefasta para el rock -en la que hasta ahora no ha muerto ningún músico legendario-, estos tres hechos demuestran lo frágil que se ha vuelto la industria ligada a un fenómeno cultural que ya va para las siete décadas y que en los últimos años ha perdido fuerza, producto de los embates del hip-hop, internet e incluso la música electrónica. Bueno, nadie dijo que se pueden cumplir 70 años con la fuerza de un jovenzuelo.
Para quienes aún compran CD, vinilos o incluso casetes, la muerte de Solomon es solo un recordatorio de aquella época en que las tiendas de discos reinaban en centros y calles comerciales, y que atrapaban la atención de jóvenes y eternos adolescentes que buscaban ahí la salvación para sus problemas mundanos. Desde hace varios años que Tower Records, que fue la principal cadena de música del mundo, se encuentra en el olvido, producto de malas decisiones comerciales, las descargas ilegales, los servicios de streaming y por no saber leer lo que el público quería. Una audiencia que se cansó de ser rehén de un sistema que los obligaba a comprar álbumes completos, en vez de poder acceder solo a las canciones que quería escuchar.
Por otro lado, la revista New Musical Express llega a su fin en papel, tras permanecer en publicación por 66 años. Impulsora de bandas como los Beatles y los Rolling Stones; testigo del surgimiento del glam de David Bowie; defensora del punk de los Sex Pistols y The Clash; punta de lanza para fenómenos ochenteros, como Depeche Mode y The Cure, y quienes instigaran la guerra entre Blur y Oasis en los 90 por el reinado del britpop, la publicación inglesa siempre tuvo a los mejores escritores y periodistas musicales escribiendo en sus páginas. Sin embargo, en los últimos años perdió el rumbo, sin darse cuenta de que ya no es necesario saber cuál es el mejor disco de la semana, pues se puede escuchar todo lo que existe.
Crisis de las seis cuerdas
Por último, todo parece indicar que Gibson Guitars caerá en la bancarrota. Una de las compañías de guitarras más importantes del mundo, creadora de la mítica Les Paul de Page y Slash, la Flying-V de Kirk Hammet y la SG de Angus Young, debe 500 millones de dólares a sus acreedores, y esta semana su índice crediticio cayó a "CCC-", lo que señala que es probable que ocurra una reestructuración o su default en los próximos seis meses. Todo esto hace aventurar que si no ocurre nada extraordinario, el fin de Gibson está cerca, lo que llevaría el precio de sus guitarras para coleccionistas a las nubes en los sitios de reventa.
Según muchos, el problema de Gibson ha sido su afán por vender guitarras a precios que superan con creces el millón de pesos chilenos; sin embargo, la baja en la venta de instrumentos musicales puede tener sus raíces en fenómenos como la música electrónica, que se puede hacer con un computador y que no requiere años de práctica y aprendizaje, como sí se necesita para ser un gran músico. Es así como un fenómeno millennial como es la inmediatez podría ser parte de los origenes del fin de uno de los bastiones del rock and roll .
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