El Mercurio
Tres emblemas de la música -LCD Soundsystem, The National y David Byrne- se presentarán durante la primera jornada del festival, en lo que será un verdadero festín de post-punk e indie.
El rock alternativo está viviendo un buen momento. Aunque las líneas más tradicionales del género de las guitarras distorsionadas y los ritmos rápidos han perdido fuerza a costa de un hip-hop que parece devorarlo todo, las vertientes independientes han logrado afirmarse y resistir con música libre, detallista y enérgica.
Dentro de su colosal y ecléctica parrilla para este año, Lollapalooza incluye a tres de las figuras más importantes de este fenómeno: David Byrne, The National y LCD Soundsystem.
Con estilos propios, pero todos muy ligados a la corriente post-punk, estos artistas son quizás el mejor ejemplo de la resistencia del rock, uno sin miedo a jugar con la electrónica y lo bailable, ni tampoco de mostrarse frágil y sensible.
Este es un repaso de cómo llegan y qué trae cada uno de ellos a la mesa del viernes de culto de Lollapalooza.
David Byrne: La raíz de todo
Probablemente, si David Byrne no existiera, tampoco lo harían las otras bandas mencionadas en este artículo.
Como líder de Talking Heads en la segunda mitad de los 70 y durante todos los 80, Byrne desarrolló un estilo de música que compartía la energía y la fuerza del punk, pero con un grado de sofisticación y cuidado no asociado a ese género. La experimentación era otro de los valores fundamentales de la banda, muchas veces incorporando ritmos de funk y reggae.
La agrupación no solo pasaría a convertirse en una inspiración para decenas de bandas que vinieron más adelante, sino que con el paso del tiempo adquiriría un carácter legendario.
Pero la carrera de Byrne se acompaña y extiende más allá de sus aventuras sonoras junto a Talking Heads. El músico escocés suma más de diez discos en su carrera solista (algunos de ellos, colaboraciones con músicos como Brian Eno y la cantautora St. Vincent), y su trabajo más reciente, "American Utopia", se acaba de estrenar.
El artista será el primero de los tres en salir al escenario de Lollapalooza, y lo hará a las seis de la tarde en el Itaú Stage, en lo que será un momento de reencuentro con sus fans chilenos, a los que no ve desde 2004. Como es usual en sus conciertos, es de esperar que el repertorio sea una combinación de su etapa en solitario y grandes éxitos de su pasado con la banda de las cabezas parlantes.
The National: Melancolía desatada
En sus poco más de 15 años de historia, esta banda de Cincinnati, Ohio, se ha posicionado como una de las figuras más importantes de la música indie del último tiempo.
The National tiene un sello atmosférico, grandioso y esencialmente melancólico, en el que transmitir emociones se convierte en el objetivo principal. Y en esta misión, el rol protagónico lo tiene Matt Berninger, letrista y cantante de la agrupación, que con su timbre grave y fraseo calmado logra sacar a la luz las más profundas sensaciones.
De todas maneras, la música no se queda atrás. La doble pareja de hermanos -Aaron y Bryce Dessner, y Bryan y Scott Devendorf- articulan verdaderas redes de sonido, que potencian los mensajes más desoladoramente esperanzadores que se han escuchado en el último tiempo.
Esta vez, en su segundo paso por Chile, tras aquella presentación de 2011 en el primer Lollapalooza nacional, el grupo no podría llegar en mejor momento: "Sleep Well Beast", su última placa de estudio, lanzada en 2017, ganó el Grammy a Mejor Álbum de Música Alternativa, y apareció en prácticamente todas las listas de mejores discos del año.
"Day I Die", "Guilty Party" y "The System Only Dreams in Total Darkness" son algunos de los cortes de este trabajo que en poco tiempo se han convertido en éxitos rotundos, y que se espera suenen en esta próxima visita; aunque clásicos como "Fake Empire" del disco "Boxer", o "Bloodbuzz Ohio" de "High Violet", suelen ser infaltables en los setlists de la banda.
El show de The National está programado para las 19:00 horas en el VTR Stage.
LCD Soundsystem: El regreso del baile
En el videoclip de "Tonite" prima una estética ochentera. La banda, dispuesta sobre un platillo giratorio, interpreta un ritmo monótono que inmediatamente invita a mover el cuerpo. Encima, el frontman James Murphy canta y recita con ironía acerca del cliché pop de "vivir el momento", haciéndose parte y criticándolo al mismo tiempo.
Introducir a LCD con esta canción vale la pena. No solo porque gracias a ella consiguieron recientemente el Grammy a Mejor Grabación Dance, sino porque también evidencia la naturaleza de la agrupación: rock, onda disco, electrónica vintage y por sobre todo, baile. Mucho baile.
En 2017 la banda neoyorquina lanzó "American dream", su más reciente placa de estudio y la primera tras siete años de silencio discográfico. El resultado fue apabullante, convirtiéndose en el primer número uno de la banda en los rankings de Canadá, Estados Unidos y Portugal, y siendo postulante al Grammy por Mejor Álbum de Música Alternativa (categoría donde triunfó The National).
A punta de cajas de ritmos, sintetizadores y artefactos sonoros varios -que van desde la inclusión de cencerros, guitarras moduladas con la voz, y hasta tubos de PVC como percusión-, el sistema de sonido sintonizó la frecuencia dance-punk más entretenida de la última década.
"Será nuestro último show para siempre. Nos retiramos del juego", comentaba Murphy en 2011 sobre la entonces definitiva fecha que darían un 2 de abril en el Madison Square Garden. El anuncio del cantante, a pocos días de la presentación del grupo en el Teatro Caupolicán, encendió las alarmas de los fanáticos, que optaron por dejarlo todo en una noche de febrero que aparecía como la última vez que verían al grupo frente a frente y que estuvo coronada con clásicos como "Daft Punk Is Playing at My House" y "All my friends".
Este regreso a Chile, que se materializará desde las 20:00 horas del próximo viernes en el Itaú Stage, será para muchos el reencuentro cara a cara con un viejo amor. Uno que se fue hace mucho tiempo, pero que ahora está de vuelta.
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