El Mercurio
Radicado en Chile desde 1974 y con la nacionalidad adquirida en 2013, el famoso músico estaba retirado de la actividad por una grave enfermedad pulmonar. Falleció el pasado martes, víctima de un paro cardiorrespiratorio.
Por IÑIGO DÍAZ
Se hacían llamar Hot Blowers, un conjunto de jazz rioplatense que se encontraba recorriendo ciudades de Chile con un espectáculo musical. Esa noche de 1962 se presentaron en el Hotel Antofagasta, justo cuando Giovanni Cultrera pasaba una temporada en el norte como pianista residente. "Me llamó la atención inmediatamente: un muchacho que tocaba la trompeta, era uruguayo, pequeño y muy simpático. Lo llamaban Bachicha", dice el músico. "Fue la primera vez que vi a Daniel Lencina", agrega. Lencina y Cultrera fueron compañeros de música por más de 40 años.
Después de esa gira, el trompetista fue y volvió de Uruguay en muchas ocasiones. En 1972 participó en el primer concierto de jazz celebrado en el Teatro Municipal y en 1974 se estableció en Chile para siempre, lo que le valió recibir la nacionalidad por gracia en 2013. En la madrugada de ayer, por un paro cardíaco, Daniel Lencina murió en su casa a los 79 años, acompañado de su esposa por 25 años, Marilia Boussac. El músico deja siete hijos. "Buen viaje, tú y tu trompeta. Se ha ido el hombre más generoso que conocí nunca", afirmó Marilia Boussac.
Los restos de Lencina están siendo velados en la Iglesia Anglicana (Nuestra Señora del Rosario 565), y hoy, a las 16:00 horas, serán llevados al cementerio Parque del Recuerdo, donde una procesión de músicos y jazzistas, a la usanza de los desfiles fúnebres de Nueva Orleans, lo despedirá.
El año pasado, el músico se retiró definitivamente de la actividad, aquejado de fibrosis pulmonar. Un enfisema detectado hace años deterioró su salud. Llegó a tener apenas el 20 % de capacidad en sus órganos respiratorios, lo que para un trompetista resultaba terminal. Sus amigos músicos -Valentín Trujillo, Andrea Tessa, Miguel Zabaleta, Alejandro Espinosa, Gloria Simonetti, Cristián Cuturrufo- fueron en su ayuda con conciertos a beneficio, para solventar los altos costos de su tratamiento. "Nos queda su obra, a través de la cual podremos escuchar su música y así tenerlo entre nosotros con sus frases geniales de su trompeta. Seguiremos escuchando jazz junto a Daniel Lencina", señala Cultrera.
Empujando el carro
"Yo me considero una personalidad. Soy muy bueno en lo que hago, aunque a nadie le guste lo que haga", decía Lencina, nacido en 1938 en Fray Bentos, Uruguay. Mientras se desempeñaba como trompetista de jazz, en los años 70 comenzó a trabajar en estudios de grabación, a incursionar en el mundo del jingle y a trabajar en televisión. Su primer programa fue "Tiempo de swing", y luego vinieron "El teléfono musical" y "Acompáñeme". Su presencia en "Sábados gigantes" lo puso en el living de las casas chilenas hasta 1993. Esa relación no terminaría bien. Hasta ahora se mantenía vigente la disputa legal por la propiedad intelectual de la composición "Gigante show", el tema característico de "Sábados gigantes", que Lencina inscribió como propio en 1984, pero del que por años no había recibido beneficios.
Fuera de la industria televisiva, era un activo músico. Su frase habitual era "sigamos empujando el carro", una manera de adherirse a proyectos de distintos alcances. Tocó en grupos de jazz como Koalición (1977), La Máquina del Swing (1984) y Coda (1987), y ya desde sus primeros años en Chile lideró un cuarteto de jazz, con el que tocó hasta entrada esta década. Su último proyecto fue un dúo de trompeta y piano junto a Valentín Trujillo. "Yo entro a un teatro, miro a la gente y ya sé lo que tengo que tocar", decía Lencina, quien no acostumbraba a ensayar con su conjunto: simplemente tocaba con su trompeta torcida, a la manera de Dizzy Gillespie, uno de sus ídolos.
"Fuimos amigos y compañeros de música por casi medio siglo. Con esa pachorra uruguaya Daniel presentaba el concierto como 'música a la carta': pidan lo que quieran. Y la verdad es que nunca nos pillaron. Él tenía unos 300 temas, tradicionales y de jazz, en la memoria. Yo aportaba con unos dos más. Musicalmente vino a remover el ambiente de la música en Chile cuando apareció. Y en el escenario no había otro igual: era brillante como trompetista y único como entretenedor", señala Valentín Trujillo.
Influencia en el jazz nacional
Alejandro Espinosa, baterista
"El jazz chileno tiene un antes y un después de Lencina, porque con él el ambiente mejoró. Era un tipo que al escuchar su primera nota, derrochaba jazz y tenía una energía que se traspasaba a los músicos y los públicos. Además de músico, era un entretenedor nato".
Cristián Cuturrufo, trompetista
"Fue mi referente en la trompeta. Cuando llegué a Santiago desde Coquimbo, en 1990, me quedé en su casa, y era como estar con un ídolo a un metro. Todos nos arrimamos a ese buen árbol, porque, honestamente, creo que el jazz chileno no sería lo que es hoy sin Daniel Lencina".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario