El Mercurio
Más cercanía con los fanáticos, mejor conocimiento de sus audiencias y un importante rol en difusión y publicidad son algunos de los beneficios que traen las plataformas digitales a las pequeñas compañías discográficas.
Por Patricio Zenklussen Franco
A principios del milenio, las compañías discográficas enfrentaron el comienzo de una época difícil. La masificación de los computadores y la popularización de internet dieron paso a nuevas dinámicas de consumo -desde el streaming a la piratería- que pusieron en jaque a esta y otras figuras clásicas de la industria musical. Pero años más tarde, los sellos independientes han encontrado en las redes sociales un aliado fundamental a la hora de alcanzar sus objetivos.
"Las redes tienen un papel súper importante en la imagen del sello y los artistas. Son nuestra principal herramienta de difusión y comunicación con los fanáticos", explica Felipe Guerra, de Quemasucabeza, sitio de intérpretes como Protistas, Ases Falsos y Gepe. La interacción con seguidores es uno de los beneficios que surgen de estas plataformas, agrega Guerra: "A través de ellas hacemos concursos, vendemos productos y anunciamos conciertos".
Pelagic Records es una discográfica de metal nacida en Berlín. Entre sus peculiaridades destaca su nómina internacional, que incluye artistas de países tan variados como Japón, Canadá, Suecia y Australia bajo su alero. Paul Seidel comenta a "El Mercurio" el rol que han tenido las redes sociales en el desarrollo de un sello de dichas características: "Compañías pequeñas como la nuestra dependen de una conexión directa con sus artistas y fanáticos. Plataformas como Facebook o Instagram han abierto nuevas vías de interacción que nos acercan a ellos".
Según plantea, poder mostrarles a sus seguidores que también son amantes de la música ayuda a eliminar esa desconfianza que se asocia con las grandes empresas.
En ocasiones, el acercamiento con los fanáticos va más allá de lo virtual y se traduce en mayor presencia en conciertos. Ejemplo de esto es Discos Pendiente, sello nacional de jazz fundado en 2010 por Nicolás Vera y Sebastián Jordán. "Nosotros tocamos en vivo frecuentemente, en distintas partes de Santiago, en el sur y afuera del país, así que hay mucha difusión de tocatas. Con el tiempo, nos hemos dado cuenta de que la gente escucha un poco de nuestra música en Bandcamp -sitio de venta de música- o ve parte de los trailers y entrevistas que subimos a YouTube y luego parten a vernos en vivo. No solamente consumen en línea", cuenta Vera.
Nombres conocidos
Depeche Mode, Erasure y Swans son bandas que forman parte de la plantilla de Mute Records, compañía formada en 1978. Con un historial ligado a las grandes discográficas -en una época fue propiedad de EMI, luego de Universal Music y aún distribuye los discos de la banda de David Gahan a través de Sony Music-, Mute admite la importancia comercial que guardan las plataformas digitales. "Las redes sociales nos han ayudado a conocer a nuestra audiencia. Aunque es cierto que el público que está en ellas es solo una parte de quienes consumen nuestra música, es genial saber quiénes son, dónde están y a qué responden. Hemos podido planificarnos acorde a ello", dice Neil Blanket, representante del sello inglés.
La fuerza de las nuevas plataformas se ha impuesto con fuerza en algunos casos. El de ECM, sello de jazz fundado en Alemania por Manfred Eicher, es emblemático. Por años la compañía se negó a participar de plataformas de streaming como Spotify o Apple Music, pero la semana pasada la resistencia desistió: tras un acuerdo con Universal Music, la totalidad del catálogo del sello se hizo público para los suscriptores de estos servicios. "En los últimos tiempos hemos tenido que enfrentar la publicación ilegal de nuestra música, y se hacía importante encontrar un marco de distribución que respetara los derechos de autor", explica Christian Stolberg. "Aunque los medios físicos siguen siendo nuestro formato recomendado, lo más importante es que la música pueda ser escuchada", dice.
El espacio digital ha sido la cuna de nuevas formas de abordar la industria discográfica. Algunos proyectos incluso desarrollan el total de sus actividades online . Pueblo Nuevo es un netlabel , un sello basado en internet. Su catálogo es tan vasto como ecléctico, con más de 100 álbumes editados en géneros como el pop, la cumbia y la música electroacústica. "Una de las razones de la existencia de nuestro proyecto es la posibilidad de utilizar las herramientas gratuitas que la red y algunos visionarios de la 'cultura libre' proporcionan", dice Mika Martini, fundador y director del sello. Entre sus principios, Pueblo Nuevo define el acceso liberado a todo el material publicado, que puede ser descargado desde su sitio web, o reproducido vía streaming a través de SoundCloud. "Si bien es invaluable el trabajo que cada músico pone en la creación de su arte y nosotros en la mantención de esta plataforma, la opción de no tener que pagar nos permite mantenernos online sin estar supeditados a conseguir mes a mes una cifra por ingresos", concluye.
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