El Mercurio
Justo en estos días, "rock" es una palabra que vuelve a girar con fuerza alrededor del emblemático músico argentino. Además de seguir sacando roncha con sus opiniones, acaba de lanzar un disco que reivindica la moral tras el género, para el cual buscó un título en el siempre polémico mundo taurino. Todo mientras celebra 40 años de trayectoria.
Sebastián Cerda
Andrés Calamaro y opinión pública; o, más bien, Andrés Calamaro y redes sociales, son dos ámbitos que llevan largo rato viviendo una historia de amor y odio, de encuentros y desencuentros, de tiras y aflojas.
Quizás si el primer capítulo haya sido escrito por allá por 2012, cuando el músico argentino usó su siempre activa cuenta en Twitter para confesar que alguna vez asesinó a un hombre en una riña callejera, y que el recuerdo de aquel incidente lo perseguía hasta la actualidad. Probablemente, nunca estuvo en sus cálculos que aquella confesión daría la vuelta al mundo, y que lo siguiente sería no solo aclarar que todo se trataba de una jugarreta literaria, sino además mostrar su asombro por lo que un simple tuit podía desencadenar.
Los incidentes virtuales fueron varios en los años venideros, pero si hubiera que encontrar un factor predominante en la mayoría de ellos, seguro que la tarea no sería tan difícil. Lo más seguro es que su afición a la tauromaquia y su férrea defensa de las corridas de toros, cada vez más condenadas, se harían por lejos con el primer lugar.
Hoy es imposible no suponer un guiño entre esa historia reciente y "Cargar la suerte", disco que el ex Los Rodríguez acaba de publicar, y que ha vuelto a llenarlo de elogios entre los fanáticos y la prensa especializada. No solo porque entre las doce canciones del álbum haya algunas que hacen directa alusión a las peores dinámicas del mundo digital, sino también porque la frase que da nombre a la placa está sacada precisamente de la tauromaquia.
"Cargar la suerte", en el mundo de los toreros, quiere decir tentar al destino, ir al frente sin plena certeza de lo que puede resultar, y asumiendo que así como puede haber una cara gloriosa y triunfal, también puede haber otra desgraciada y fatal. ¿Algo de lo que podría sentir el propio Calamaro a la hora de lanzar este disco?
"Sinceramente, no. Aunque es un concepto importante en la tauromaquia, en el disco es un título cómplice y musical. Cuando se cita al toro, yo estoy mirando desde el tendido o los burladeros", dice aludiendo a las orillas de la arena, y al refugio en que los toreros aguardan, para evitar ser embestidos.
Una actitud similar ha decidido adoptar ante las polémicas, a las que ve surgir incluso a su pesar. Sucedió, por ejemplo, con una cita suya en que supuestamente restaba importancia a la discusión por las cuotas de género en los festivales musicales, sobre lo que después dijo haber sido mal interpretado. En las redes, en tanto, muchos ya hacían gárgaras con su nombre.
"Cuando ladra la moral / en modal inquisición / me corresponde cantar a la libertad", dice el artista en la letra de la canción "My Mafia", incluida en su reciente disco.
-¿Le parece que vivimos una dictadura de lo políticamente correcto, una intolerancia bienpensante que se expresa sobre todo en redes sociales?
"Por algo se llaman redes. El cerebro colectivo funciona como dos sordos discutiendo a los gritos. Cuando tanta gente piensa lo mismo, será que nadie está pensando. A nadie debería importarle lo que como, quiénes son mis amigos, qué elijo hacer en mi tiempo libre... Creo que a nadie le importa realmente, pero se respira una cierta intolerancia".
-¿Ve algo de esto en la discusión sobre feminismo y machismo? Le ha tocado vivir cuestionamientos al respecto...
"No se puede discutir al feminismo ni a la igualdad. Siempre fui feminista, y antes lo fueron mi padre y mi abuelo. Si una misma persona es feminista, virgen, lesbiana, vegana y está excedida de peso, tiene todos los objetivos cubiertos, es alguien acorazado. Solo le falta plantar bombas en los cementerios y sacarse autofotos con el teléfono. No se malinterprete, creo en la insurrección y en la calle. Si un tribunal decide que mis canciones alimentan un posible mito de 'macho sentimental' que la cultura necesita reciclar para reformular una escena más ecuánime, entonces pongo mi pescuezo a la voluntad de mis compañeras".
-¿Y ha sentido la necesidad de revisar algunas de sus canciones? En internet rondan listas de "canciones machistas", y en algunas de ellas incluyen "La parte de adelante". ¿Empatiza con esa apreciación? ¿Se abriría a dejar de tocarla, como hizo Café Tacvba con "La Ingrata"?
"¡Eso sería como censurar cuadros en los museos, o quemar ejemplares de 'Lolita'! El rock no fue inventado para agradar a todo el mundo. Si incomoda un poco, mejor. 'La parte de adelante' no es una canción 'machista', y si lo fuera, estoy en la edad de cristalizar la subjetividad. Mis canciones las escribe un varón, y son de aquellos que las quieren escuchar, y de nadie más".
El rock no ha muerto
Pero no solo un nuevo álbum ha movido el año de Andrés Calamaro. En este 2018 el músico además celebra 40 años de carrera, arrancados en su primera juventud desde el puesto de tecladista en la banda Raíces. Claro que el ánimo del hombre de "Flaca" está lejos de las nostalgias y el revisionismo.
"Celebramos grabando el disco, cumpliendo años con mis amigos", dice el cantautor, quien al intentar viajar a ese inicio dice que "no me imaginaba nada", aunque al segundo se corrige: "¡Miento! Muy en lo profundo de mis deseos, esperaba ser un músico respetable. Pero llegaron los acontecimientos e intenté estar a la altura de las circunstancias".
Cuatro décadas después, es claro que logró ese objetivo. Calamaro hoy engrosa la acotada lista de referentes del rock en español, género que busca mantenerse vivo en momentos en que muchos hablan de una crisis, derivada de la merma en su popularidad y su arraigo en el público más joven.
-Más allá de lo estilístico, en 'Cargar la suerte' se percibe una ética rockera. ¿Siente que, con este disco, se echa al hombro la tarea de mantener vivo el rock?
"El rock se mantiene vivo incluso sin mis intervenciones. No obstante lo cual creo que este es un disco de rock. Entiendo el rock como un género que accede a influencias varias: psicodelia, catarsis, sintetizadores, minimalismo alemán, baladas, folk, canción americana, metal pesado... El rock es una cultura. No es excluyente de las guitarras distorsionadas y la velocidad, que también lo representan".
-Por otro lado, la música urbana se ha vuelto casi hegemónica. ¿Tiene alguna relación con ella?
"No es un drama eso para mí. A veces se abusa de lo 'genérico', pero mañana podemos escuchar algo más interesante. El techo es Residente y no parece que vaya a dejar de escribir".
-De hecho, una canción de su disco, "Las Rimas", recuerda el fraseo de Residente y su forma de estructurar los versos. ¿Hay algo de eso?
"'Las Rimas' no puede compararse con Residente. René no es de este planeta. Solamente escribí estos versos y las palabras reaccionaron".
-Cierra un año de nuevo disco, de celebrar cuatro décadas de trayectoria... ¿Qué le deja esta temporada?
"Lo mejor estaba por llegar. Terminamos el año con muy buenas sensaciones. Estábamos progresando en un disco desde hace dos años, cuando probamos con canciones nuevas, hicimos un repertorio y lo grabamos en sesiones espléndidas con la crema de California. Terminamos el disco de buen humor y sin problemas, encantados con la música y el sonido. Este año grabamos más cosas: una canción para una película, canciones para Raphael, colaboraciones con Ara Malikian, Kase.O, 2 Minutos. Estamos preparando un buen libro de fotografías y no renunciamos al proyecto de una revista".
-¿Piensa en giras? A su alrededor hay ánimo de que celebre los 20 años que cumplirá "Honestidad brutal". ¿Le gustaría hacerlo?
"En España les gustaría escuchar conciertos íntegramente dedicados al repertorio de 'Honestidad Brutal'. La idea no me disgusta. Pero tenemos un disco flamante y uno por terminar, de colaboraciones extraordinarias. Soy sincero, no estoy pensando en las giras. Me consta el deseo de escucharnos en vivo y soy agradecido. Pero no siento urgencias. Creo que hay que grabar más discos".
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