El Mercurio
Las figuras anglos llegaron a la cartelera de la ciudad, consolidando una plaza que ya proyecta importantes visitas para 2019, aunque hay productores que aterrizan el entusiasmo: tiene potencial, pero aún le falta desarrollo.
JOSÉ VÁSQUEZ
Fueron los nombres los que captaron la atención. Primero en marzo, con un masivo show gratuito de Primal Scream, la banda escocesa capitaneada por Bobby Gillespie que cerró una de las jornadas del Festival REC (Rock en Concepción) y luego, finalizando octubre, un Noel Gallagher que agotó las entradas de su concierto en el Gimnasio Municipal de Concepción, previo a su regreso a Santiago.
Por primera vez, estos dos emblemas musicales británicos de las últimas tres décadas llegaban a la capital de la Octava Región, un suceso ocurrido este año y que algunos productores, como Rodrigo Pérez, de Colors Chile, empresa que trajo al ex-Oasis, ven como una prueba superada, cuando ya proyectan seguir repitiendo la experiencia en 2019, ahora con Blondie.
El 20 de marzo, Debbie Harry llegará con su banda al mismo recinto donde tocó la voz de "If a had a gun...", previo a su show reagendado en la capital, que se realizará tres días más tarde en el Velódromo del Estadio Nacional. "Hay mucho entusiasmo (en Concepción), en solo siete minutos se agotó la preventa y hoy, a tres meses del show, vamos por el 70% del total", dice Pérez para un espectáculo que sumó a Alex Anwandter como número de apertura.
Los artistas anglos hoy aparecen como el atractivo mediático de una cartelera que este año ya fue voluminosa en cuanto a lo hispano, con nombres tan relevantes y eclécticos como Roberto Carlos, Joan Manuel Serrat, Silvio Rodríguez, Ricardo Arjona, Pablo Alborán, J Balvin, Chayanne y Café Tacvba, y que solo ratifican el posicionamiento de la ciudad como la mejor escala de Santiago para los shows musicales.
"Concepción es, definitivamente, la segunda plaza en importancia en Chile, grandes bandas de rock han salido de ahí como Los Tres. Es una ciudad donde el público es muy melómano, con universidades muy influyentes y donde antes la gente tenía por costumbre viajar a Santiago para poder ver a sus artistas, algo que este año ya no fue tan necesario", señala el director de Colors Chile. Según datos entregados recientemente por el Ministerio de las Culturas junto con el INE, en 2017, Concepción, después de Santiago, fue la segunda ciudad con mayor asistencia a conciertos de música popular, con entrada gratuita y pagada, totalizando 253.162 personas.
Su atractivo también es geográfico, algo que explica Juan Ignacio Cornejo, productor local y director de Fome Producciones. "Después de Santiago, los focos de la actividad cultural se concentran en el eje Viña del Mar-Valparaíso y Concepción, pero Viña, al ser el balneario de los santiaguinos, hace que esta cercanía no sea un inconveniente tan grande como para que la gente se desplace a conciertos en la capital", dice Cornejo, que señala que la distancia juega a favor de los de la Octava Región, "porque cuando se hace un show en Concepción, no se piensa solo en el casi millón de personas que vive en la provincia, sino que también en la gente de Temuco, Valdivia o Puerto Montt, que normalmente no iría a Santiago solo por un concierto. Así, alguien de Temuco podría salir a las cinco de la tarde de su trabajo y llegar a un concierto de Roberto Carlos a las nueve de la noche".
Infraestructura en deuda
Las expectativas respecto del crecimiento de la cartelera musical son grandes, pero Roberto Parra, director de Fauna, aterriza este entusiasmo: "Para mí, Concepción todavía es más un proyecto que una realidad".
El productor detrás de los próximos shows que se harán en enero de Christina Rosenvinge (13) y José González (15) en el Teatro Biobío señala que responden principalmente a la calidad de este recinto que se inauguró en marzo pasado. "Es un teatro con nivel mundial y es un desperdicio no usarlo", dice, y agrega: "Nos interesa llevar la música a regiones, contarles a los artistas que hay salas increíbles en el sur de Chile, como lo que estamos haciendo en el Teatro del Lago, en Frutillar -ambos artistas también se presentarán ahí-, pero es harto trabajo conseguirlo, porque no todos quieren ir a regiones, ya que la oferta por tocar, por ejemplo en Concepción, no será la misma que en Santiago".
Aunque la ciudad cuenta con un remodelado Estadio Ester Roa, que puede albergar conciertos para más de 30 mil personas, el Teatro Biobío tiene capacidad para alrededor de mil; el centro de eventos SurActivo, con cinco mil, y el Gimnasio Municipal para 4 mil, su infraestructura para conciertos aún es deficiente. "El Teatro Biobío es un lujo, pero por capacidad, resulta inviable hacer un show como el de Noel Gallagher ahí", plantea Rodrigo Pérez. "En cuanto a lugares para conciertos, creo que están todavía atrasados, y ese es el desafío para el Gobierno, el municipio o los privados, para que inviertan en infraestructura para que los grandes espectáculos siempre estén presentes en la ciudad", puntualiza.
El productor dice que el gimnasio donde actuó el ex-Oasis no era el lugar ideal para hacer el espectáculo, pero era el que había. Un recinto construido para la actividad deportiva y por el que hoy existen planes municipales para refaccionarlo, aunque siempre pensando en su función primaria, sin atender una mejora en su acústica.
Desde el municipio de Concepción señalan que aún se trabaja en el plan para recuperar el viejo Teatro Enrique Molina -patrimonio de la ciudad y con capacidad para 600 personas-, pero todavía no consiguen los recursos para una inversión que alcanzaría los $8 mil millones.
Creando audiencias
Juan Ignacio Cornejo, quien este año realizó el Ciclo Fome con shows de Manuel García y eventos especiales, como el de Ases Falsos para el lanzamiento de su último disco "Mala fama", y Carlos Cabezas, que grabó en vivo ahí la presentación de los 21 años de su disco "El Resplandor", dice que Concepción aún tiene como tema pendiente la creación de audiencias.
"Todavía nadie se atreve con shows a mayor escala, los que se realizan son aquellos a los que la gente puede responder. Hay que crear audiencias, y eso no pasará de inmediato; no se van a comprar 30 mil entradas para un concierto de un día para otro. En Santiago, hace 20 años la gente no tenía el hábito como hoy de destinar un gasto a conciertos. Hay que partir de a poco", dice el productor.
Por ahora, las señales apuntan al crecimiento y Rodrigo Pérez, de Colors Chile, se aventura con la idea: "Todos nuestros eventos en Santiago, los Colors Night Lights, tendrán sideshows anglos en Concepción", promete.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario