domingo, diciembre 16, 2018

Las figuras del año cultural

El Mercurio

Del mundo de las humanidades, la literatura, la gestión, el patrimonio y las distintas disciplinas artísticas, Artes y Letras escoge a personalidades que hicieron noticia en el año. Una selección que no se agota en las figuras mencionadas, pero que llama a poner la atención en sus miradas y propuestas. 

Pilar Ovalle: protagonista de la Bienal de Escultura
Hacía 50 años que no se realizaba en Chile la Bienal Nacional de Esculturas. Y se hizo, al fin, en el Centro de Arte Contemporáneo de Cerrillos, gracias a la Sociedad de Escultores de Chile y con una buena curatoría. Estaban varios de los más importantes precursores hasta nuevos valores, entre más de 100 participantes. Había piezas diversas trabajadas en distintas materias. Y fue una artista mujer, Pilar Ovalle (1970) -con un original y hermoso tapiz volumétrico en maderas- quien concitó el aplauso unánime de la crítica, de los artistas y del público. La escultora -dos veces Premio de la Crítica y con una trayectoria notable desde sus inicios- abordó esa obra como un tapiz de maderas. "Fui construyendo una trama de costuras, cortes y ensamblajes", dijo a "Artes y Letras". En tanto, la crítica subrayó "su espléndido manto circular que deslumbra como uno de los trabajos más bellos de toda la exposición", en palabras de Waldemar Sommer. Ovalle es reconocida por el nuevo tratamiento que hace de las maderas y lo bien que representa los conceptos actuales de esta expresión, tanto en el trabajo del material como en el cruce con otras disciplinas. Fue, además, una de las contadas participantes (seleccionada entre 179 artistas del exterior) en el Simposio Internacional de Esculturas, en Providencia. En el genuino arte de Ovalle subyace la poesía y su biografía. Su trabajo es también muy requerido desde el exterior.

Víctor Alarcón: el gozoso legado de un motor del canto coral
En los últimos meses el mundo musical chileno tuvo grandes pérdidas: primero el compositor Vicente Bianchi y luego, a inicios de octubre, Víctor Alarcón: potente impulsor de la actividad coral en nuestro país. El inesperado deceso de este artista magallánico -quien había iniciado la epopeya de interpretar las 209 cantatas de Bach- produjo un gran dolor en la comunidad de coristas, músicos y seguidores de su trabajo, que le dieron una conmovedora y masiva despedida.

La riqueza de la personalidad de Alarcón -un líder lleno de alegría, pasión y con una gozosa mirada a la música- logró dejar en todo Chile (asesoró a coros de distintas regiones) una huella profunda y duradera. "Víctor Alarcón es equiparable a Mario Baeza y Fernando Rosas, en cuanto a convocar a multitudes unidas por la música y el canto coral. Creo que nunca ha habido un director coral chileno que se atreviera a tanto", escribió en este diario el crítico Jaime Donoso.

"Vicho" -como se le conoció en los círculos musicales- impulsó también ensambles como el Concerto Vocale y, desde luego, fue clave en la labor formativa que asumió, en 1991, en el programa Crecer Cantando, del Teatro Municipal de Santiago. Como director musical de este programa, dejó una huella imborrable en los miles de estudiantes que -gracias a esta instancia- descubrieron la pasión del canto en comunidad.

Felipe Ramos, actual coordinador ejecutivo de Crecer Cantando, comentó a este diario -tras conocerse la noticia de su repentina partida- que Víctor Alarcón "tenía una convicción profunda de que niños y jóvenes podían acceder a un mundo mejor, a través del canto coral". A su vez, Andrés Rodríguez Spoerer, gerente de la Fundación Ibáñez Atkinson, aseguró que "se nos fue un líder generoso y un articulador fundamental, que invitaba a cantar. A sus coristas les daba una libertad sin improvisaciones y con una sonrisa de oreja a oreja".

Pedro-Pablo Prudencio: el hombre orquesta
"En lo musical, esta 'Lulú', con la dirección orquestal de Pedro-Pablo Prudencio, resultó convincente".

Con estas palabras Juan Antonio Muñoz, crítico de "El Mercurio", valoró la hazaña del director residente de la Filarmónica de Santiago. A pocos días de la première , Juan Pablo Izquierdo anunció que no conduciría el estreno en Chile de esta ópera de Alban Berg. En su reemplazo -y en un esfuerzo encomiable- tomó la batuta Prudencio. Con pocos ensayos y con todos los ojos de los melómanos puestos en él, logró sortear con éxito la obra de este creador vienés, ensalzada como un emblema del dodecafonismo.

"Lulú" es solo un botón de muestra del intenso y variado año que tuvo en el teatro de Agustinas. En junio dirigió dos importantes debuts en nuestro país: la ópera "El Cristo de Elqui" (con música de Miguel Farías) y la obra "Dos escenas de 'La Tempestad' de William Shakespeare para orquesta. Op. 106". Esta última fue compuesta por el joven músico chileno Ignacio Salvo (22) y resultó ganadora del Primer Concurso de Composición del Municipal de Santiago.

El 2019 se anuncia con nuevos desafíos para Pedro-Pablo Prudencio. Entre otros retos, el 22 y 23 de octubre -como parte de la conmemoración de los 70 años del fallecimiento del músico alemán- conducirá a la Orquesta Filarmónica de Santiago en "Las alegres travesuras de Till Eulenspiegel" y "Sinfonía Alpina", de Richard Strauss.

Nicanor Parra: voy ¿y vuelvo?
Nicanor Parra contó alguna vez que la famosa frase que usó en uno de sus artefactos, Voy & Vuelvo, acompañando un crucifijo de madera, la aprendió de los ecuatorianos en un congreso de poesía en Quito. Era una manera cordial y optimista de despedirse, dejando siempre abierta la posibilidad de un reencuentro. Él también la usó en un sentido inverso, para deshacerse de visitas no esperadas o impertinentes. Después del 23 de enero de este año, el día martes en que murió el antipoeta, los vecinos de Las Cruces pusieron espontáneos carteles y dibujos en el frontis de su casa. Uno de ellos era su característico corazón con patas que, derramando una lágrima, parecía interpelarlo: Voy ¿& Vuelvo? Sucede que, con bien llevados 103 años, Nicanor Parra casi había logrado hacernos creer en su inmortalidad, por lo que, pese a su avanzada edad, su deceso sorprendió al país y al mundo. Pero junto con lamentar su muerte, sus lectores tuvieron que presenciar a partir de esa fecha un espectáculo quizás más triste: la disputa familiar por el testamento. Porque si bien la menor de sus tres hijas había encabezado una campaña para recuperar los cuadernos y objetos sustraídos durante años a su padre, había encargado un inventario y supervisaba la restauración de la casa de La Reina, el hecho de que Parra la declarara su albacea y le dejara la mayor parte de sus bienes provocó la reacción de su hija mayor, quien, junto al mayor de los tres hermanos hombres, contrató a una oficina de abogados para impugnar el testamento. Este fue firmado por Nicanor un día antes de su último cumpleaños, por lo que, a esa edad, aseguran, no habría estado en pleno uso de sus facultades. Mientras la disputa se mantiene, la Fundación Nicanor Parra, en la que participan cuatro de los seis hijos del antipoeta, ya está en funcionamiento y con proyectos en marcha, a pesar de la oposición de los otros dos hermanos.

Hace años, en una entrevista en este diario, el antipoeta eligió para sí mismo uno de los numerosos epitafios que había creado. "Por mí no se preocupen. Estoy mejor que cuando estaba bien. Descansen en paz".

Emilio de la Cerda: avances y desafíos patrimoniales
Durante décadas se hablaba del "palacio" Pereira, aunque en realidad era una ruinosa construcción en peligro de derrumbe, en cuyas amplias habitaciones crecían árboles. La propiedad, diseñada por el arquitecto francés Lucien Hénault (el mismo de la casa central de la Universidad de Chile), permaneció por mucho tiempo en completo abandono, en manos de un particular que no estaba interesado en su restauración y que se sentía castigado por ser propietario de un Monumento Nacional. La agonía terminó el 2011, cuando el Estado decidió comprarlo para que fuera una digna sede de la institución que velara por el patrimonio nacional. La gestión estuvo a cargo del entonces secretario del Consejo de Monumentos Nacionales, Emilio de la Cerda, y de la directora de la Dibam, Magdalena Krebs.

A principios de este año, el arquitecto Emilio de la Cerda (1978) -director de la Escuela de Arquitectura de la UC, entre 2014 y marzo de 2018- volvió a estar a cargo del avance del inmueble, ahora en su rol de subsecretario del Patrimonio, en el marco de la nueva institucionalidad del Ministerio de las Culturas. Se trata de un ejemplo -aislado, pero a la vez emblemático- de una iniciativa patrimonial a largo plazo, que avanzó durante distintos gobiernos y que logró algo que se pensaba imposible.

Los desafíos que enfrenta hoy De la Cerda son múltiples. Entre ellos, el combate del creciente tráfico patrimonial, la compleja instalación del nuevo Servicio Nacional del Patrimonio Cultural y el tránsito hacia una nueva mirada en torno al patrimonio material e inmaterial, en que el Estado pase de ser un "contralor" a convertirse en un actor más decidido. Eso incluye cambiar la obsoleta ley de monumentos nacionales (una promesa de varios gobiernos, que nunca se ha cumplido). Sobre De la Cerda -una figura más bien de bajo perfil- descansan esperanzas de que genere una acción y legislación renovada y eficiente en torno al patrimonio.

Diamela Eltit: un merecido premio a una obra rupturista
Su obra, traducida a varios idiomas, se estudia tanto en el país como en el extranjero; su archivo, que incluye manuscritos, correspondencia y fotografías, se encuentra desde 2013 en la Universidad de Princeton a disposición de investigadores. Novelista, ensayista y académica, Diamela Eltit es una figura ineludible de las letras chilenas, lo que este año fue reconocido, finalmente, con el Premio Nacional de Literatura, convirtiéndose así en la quinta escritora de una lista que ya suma 54 galardonados en más de 70 años. Autora de una obra original y rupturista, que se inició en 1983 con la publicación de "Lumpérica", Diamela Eltit recibe el premio en plena producción narrativa y ensayística: este año la crítica celebró la aparición de "Sumar", su duodécima novela, en la que aborda una marcha de trabajadores de miles de kilómetros que avanza hacia La Moneda.

"Diamela Eltit ha realizado con el lenguaje un trabajo inteligente, sin claudicaciones y novedoso de desarticulación de las estructuras de poder que nos ofuscan", escribió el crítico Pedro Gandolfo, destacando que lo ha hecho a través, "por ejemplo, de la construcción de un narrador alterado, doloroso, rarificado e incierto en su identidad, en las antípodas de ese narrador tradicional, autoritario, sentencioso e iluminado o, de otro lado, evitando en todas sus novelas ceder a la convención de crear una arquitectura narrativa que atrape al lector, lo subyugue como a una presa en un esquema de suspenso, clímax y desenlace".

Sol Serrano: la primera historiadora
Ser mujer no es la razón del galardón, pero fue la noticia debido a lo negligente que era que ninguna historiadora hubiese sido reconocida con el Premio Nacional de Historia. "Las mujeres hemos hecho historia desde el origen de esta y hemos aparecido muy poco en los libros de historia, y hemos escrito muy pocos de estos libros. Para aquello se requería un gran desarrollo de la transformación de la conciencia humana respecto a la igualdad entre hombres y mujeres. Entonces, siento que este es un paso dentro del mismo camino", dijo Sol Serrano momentos después de enterarse de que era la primera mujer en ser reconocida con dicho premio, el que dedicó "a todas las mujeres que se han dedicado a la historia y a las muchísimas que vienen en las nuevas generaciones". Y que recibirá esta semana, de manos del Presidente Sebastián Piñera.

Académica del Instituto de Historia de la Universidad Católica de Chile, las razones del reconocimiento unánime las entregó la ministra de Educación, Marcela Cubillos, presidenta del jurado: "Su aporte a la historiografía nacional en ámbitos de relevante connotación pública, tales como la formación del Estado, las trayectorias políticas institucionales e historia de la educación". Y es que como autora, coautora y cabeza de equipos de investigación, Serrano es responsable de obras como "Universidad y nación. Chile en el siglo XIX" (Universitaria), "¿Qué hacer con Dios en la República? Política y secularización en Chile, 1845-1885" (FCE), "Historia de la educación en Chile" (Taurus, dos tomos) y "El liceo: relato, memoria, política" (Taurus), libro de este año. Por eso, Serrano es la primera historiadora.

El rápido ascenso de Paolo Bortolameolli
El crítico de Los Angeles Times publicó una elogiosa reseña del concierto debut del director chileno Paolo Bortolameolli (1983) en agosto, en el mítico Hollywood Bowl, con la Filarmónica de Los Angeles (desde el año pasado, es director asistente de este prestigiado conjunto, conocido también como LA Phil y liderado por una batuta estelar: Gustavo Dudamel). Rick Schultz destacó la técnica y su entrega "fue afectiva e inteligentemente estructurada". Este año -además- el becado estrella de la Fundación Ibáñez Atkinson y de la Corporación Amigos del Municipal condujo en nuestro país, y con estruendosos aplausos, a la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil en un programa de gran exigencia: La Primera Sinfonía ("Titán"), de Mahler, y la Obertura "Egmont", de Beethoven.

Y hay más. Su Ted Talk -que se puede mirar online - se acerca al medio millón de visitas en YouTube y hace unas semanas tuvo su debut en Venezuela, al frente de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar con la misma obra que el 7 de mayo de 2019 dirigirá en el Municipal de Santiago para la gala anual de "El Mercurio": la Sinfonía Nº 7 de Gustav Mahler.

De manera paralela a su ascendente labor como director asistente de LA Phil y su intenso trabajo con Dudamel, el próximo año Paolo Bortolameolli desplegará su talento en las principales temporadas musicales de Santiago y regiones. Entre otros conciertos destacados -en el marco del Festival Santiago a Mil- en enero conducirá a la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile en "La Canción de la Tierra", de Gustav Mahler.

Claudio Gómez: gestión perseverante y creativa en el mundo de los museos
Fueron 497.061 personas las que visitaron la muestra "Dinosaurios, más allá de la extinción", una de las llamativas exposiciones que se han montado en el último tiempo en el Museo Nacional de Historia Natural (MNHN), que se centró en los dinosaurios americanos (entre ellos, el famoso C hilesaurus ). Y hace pocos días, el recinto de Quinta Normal inauguró una exhibición en torno a las momias Chinchorro, que incluye impresionantes réplicas en 3D de estas momias que superan en antigüedad a las de Egipto y se remontan de 9.000 a 7.000 años antes del presente.

Ambas iniciativas son fruto del equipo del MNHN, liderado por el antropólogo Claudio Gómez, quien lleva más de una década a cargo de la institución. Durante su gestión se realizó la completa renovación de la museografía del primer piso, dañado tras el terremoto de 2010, y la asistencia a este museo público -hoy el más visitado de Chile- ha pasado de los 200 mil visitantes anuales a más de 600 mil. La gestión de Gómez es un ejemplo de perseverancia, creatividad e ingenio para aprovechar los exiguos presupuestos. Y un recuerdo de que más que lanzar ideas de nuevos museos, sería conveniente reforzar los museos que existen y que lo están haciendo bien. EL MNHN aún espera fondos para levantar sus nuevos depósitos y remodelar los daños del sismo de 2010 en su segundo piso.

Iván Jaksic: un investigador colectivo
Parecen historia esos tiempos en los que un autor, seguro de su genio, se lanzaba a la empresa de contar la historia de un país. ¿Cómo podría una sola mente dar cuenta, por ejemplo, del acontecer político del Chile republicano, es decir, de las prácticas políticas, del Estado y la sociedad, de los problemas económicos y de los intelectuales y el pensamiento político entre 1810 y 2010? Esos son los tópicos tratados en los cuatro tomos de "Historia política de Chile, 1810-2010" (FCE/UAI), un trabajo colectivo, diverso, pero con sentido y unidad. Y es que entre los muchos nombres que empujaron este ambicioso proyecto -Juan Luis Ossa, Francisca Rengifo, Andrés Estefante, Claudio Robles y Susana Gazmuri- hay uno que merece ser destacado, el del editor general: Iván Jaksic.

Historiador con una valiosa carrera en Chile y el extranjero, autor de ineludibles investigaciones como "Andrés Bello: la pasión por el orden" (Universitaria) y "Rebeldes académicos: la filosofía chilena desde la independencia hasta 1989" (UDP), Jaksic ha hecho del trabajo colectivo una carrera y una convicción, como atestigua, por agregar un ejemplo, la publicación el año pasado de los "Cuadernos de Londres" (Universitaria), de Andrés Bello, junto a la joven académica Tania Avilés. Lo dice el propio Jaksic en "Historia política de Chile", "ya no es posible, o siquiera útil, producir grandes interpretaciones a partir de una perspectiva individual, por brillante que esta sea".

Los sorprendentes hilos de Tita Iacobelli
Con "Chaika" -su primer espectáculo en solitario tras catorce años en la compañía Viaje Inmóvil, que lidera Jaime Lorca- Teresita "Tita" Iacobelli consiguió este año el aplauso unánime de los expertos y del público (el Círculo de Críticos de Arte acaba de reconocer a la actriz y a la obra como lo mejor del teatro, en 2018).

Con una elogiada trayectoria que se ha mantenido más bien en un bajo perfil, Iacobelli sorprendió con este trabajo unipersonal donde ella es la protagonista y también "mueve los hilos" para dar forma a una entrañable anciana.

La pieza, que en enero volverá al Anfiteatro Bellas Artes (como parte de la cartelera imprescindible del Festival Santiago a Mil), es fruto de una estrecha colaboración con la artista ruso-belga Natacha Belova. Fue durante un viaje de la artista europea a Chile que Teresita "Tita" Iacobelli comenzó a vincularse con ella y entre ambas surgió el interés por trabajar en un proyecto común, en una suerte de homenaje a la dramaturgia de Antón Chéjov, con referencias a títulos como "El tío Vania" y "La gaviota".

"Con apenas 50 minutos y con nada más que una intérprete en escena que anima un muñeco de tamaño natural, 'Chaika' crea una preciosa y hechizante ficción que rebosa de las más ricas resonancias y sugerencias", escribió Pedro Labra, crítico de teatro de "El Mercurio", a propósito de esta obra.

Isabel Allende: autora del año en Estados Unidos
A sus numerosos reconocimientos internacionales, la escritora chilena radicada en California sumó este fin de año el National Book Award, uno de los más prestigiosos premios literarios de Estados Unidos que por primera vez, desde su creación en 1950, distingue a un autor o autora en español. "Yo escribo para preservar la memoria ante la erosión y el olvido, y para unir a la gente. Yo creo en el poder de las historias", dijo al recibir la medalla que otorga anualmente la National Book Foundation, entidad que tiene como misión celebrar la mejor literatura de Estados Unidos, expandir su audiencia y asegurar que los libros tengan un lugar prominente en la cultura de ese país. Así, Isabel Allende pasó a integrar una selecta lista junto a Saul Bellow, Toni Morrison, John Updike, Stephen King y Philip Roth, entre otros premiados. En 2014, la escritora recibió, también en su país de adopción y de manos del Presidente Barack Obama, la Medalla de la Libertad, que distingue a las personas que han realizado una contribución especialmente meritoria a Estados Unidos en distintos ámbitos. A sus 76 años anuncia una próxima novela para 2019, en la que abordará la experiencia de los españoles que llegaron como refugiados a Chile en el "Winnipeg", tras la guerra civil en su país.

Mathieu Guilhaumon: coreógrafo y gestor
El artista francés y director del Ballet Nacional Chileno (Banch) tuvo un año -desde un punto de vista creativo y organizacional- bastante agitado. Mathieu Guilhaumon sorprendió, en abril, con la relectura de un clásico, "Giselle". A tablero vuelto fueron las funciones de este montaje en el ex Teatro Baquedano, el que contó con una nueva dramaturgia, a cargo de la destacada actriz e investigadora teatral chilena Millaray Lobos (el Círculo de Críticos de Arte la premió como la mejor obra de danza del 2018).

El profesional también ha sido elogiado por la renovación del repertorio en el Banch y por sumar la colaboración de relevantes figuras nacionales e internacionales. En agosto convocó al coreógrafo chileno Eduardo Zúñiga (32), quien recibió una medalla de oro en la prestigiosa Moscow Ballet Competition; y para el próximo año invitó al famoso dúo de danza urbana los Power Peralta, y al compositor Miguel Farías, quien ya está trabajando en una nueva obra para la compañía: "Artefacto".

El viernes, en el lanzamiento de la temporada 2019, Mathieu Guilhaumon confirmó otra estimulante noticia para los integrantes de este cuerpo de baile: en octubre el Banch tendrá su primera gira a Francia.

María José Navia encuentra su lugar en el panorama narrativo chileno
Cómo una "novelita en cuentos" define María José Navia (Santiago, 1982) su cuarto libro, "Kintsugi", publicado hace solo unos días. Lo dice informalmente, pero revela el bajo perfil que cultiva y que la mantuvo casi en el anonimato hasta este año, en el que sus logros han empezado a imponerse por sí solos. Profesora de la Facultad de Letras de la PUC, su currículum incluye un magíster en Humanidades y Pensamiento Social en la Universidad de Nueva York y un doctorado en Literatura y Estudios Culturales en la de Georgetown. Publicó la novela "SANT" (Incubarte) en 2010 y luego dos libros de cuentos: "Instrucciones para ser feliz" (Sudaquia, 2015) y "Lugar" (Ediciones de la Lumbre, 2017). Este último fue un competitivo finalista en los premios Municipal de Literatura de Santiago y del Consejo del Libro y la Lectura 2018. El título de su nueva publicación, "Kintsugi", lo tomó de una técnica japonesa para restaurar objetos de cerámica que a la vez refleja una filosofía: las roturas y reparaciones hablan de la historia del objeto y lo embellecen, por lo cual deben quedar a la vista. Con 11 relatos sobre las grietas y quiebres familiares, María José Navia construye su segunda "novelita", con la que, sin duda, cosechará grandes frutos. Sobre "Lugar", Pedro Gandolfo escribió en estas páginas: "Es interesante explorar la manera e intencionalidad con las que Navia se ubica en el panorama chileno, bastante activo y con voces poderosas y diversas, de la escritura femenina".

Francisco Brugnoli y las exposiciones que marcan un hito
El director del Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile y reconocido gestor, curador y artista, Francisco Brugnoli, logró presentar -en un museo con muy pocos recursos económicos- varias de las mejores exposiciones del año. Partiendo por la muestra del videoartista suizo-alemán Louis von Adelsheim, sobre la realidad de las cárceles en Chile, que acaba de obtener el Premio de la Crítica 2018 como la mejor en la categoría Exposición Internacional. Pero hay más: Brugnoli inauguró la primera exposición en Chile del maestro italiano, protagonista del arte póvera, Michelangelo Pistoletto, icono del arte del siglo XX. Junto a la Embajada de Italia y al Instituto Italiano de Cultura vino el propio artista, a sus 85 años, con obras emblemáticas, y realizó la famosa performance "26 espejos menos uno", presentada en los principales museos del mundo, donde Pistoletto con un mazo en la mano fue quebrando cada espejo menos uno, en los que aparece luego un mensaje de carácter social

Entre otras de las numerosas muestras en el museo dirigido por Brugnoli (quien podría cesar sus funciones pronto) sobresale la de "Grabados tempranos de Matta 1943-1968" -integrada por 170 piezas, por primera vez reunidas todas juntas-, de la mejor época del surrealista, procedente de la colección privada de Inda Maldifassi y curada por Inés Ortega-Márquez. Ese conjunto se inicia en los años de Matta en el Taller de William Hayter, en Nueva York, cuando el chileno abrió nuevas rutas al expresionismo abstracto, y cierra con grabados de una de sus etapas más políticas, el revolucionario año 1968. Esta exposición, como la de Pistoletto -ambas en la sede del Parque Forestal-, se encuentran abiertas hasta mediados de enero. Y todo ello dentro de una agenda con buenas y numerosas muestras de arte nacional con el sello de Brugnoli.

Miguel Farías: una revelación chilena en la ópera
Formado en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, el compositor Miguel Farías (1983) cuenta con una brillante carrera internacional, sobre todo en Europa. En 2011 y 2013 fue finalista en los programas "Composer Project" y "Roche Commissions" del Festival de Lucerna, con el legendario Pierre Boulez como jurado.

Actualmente es profesor titular del Instituto de Música de la Universidad Católica, y en 2012 -gracias a un proyecto de asociatividad liderado por la soprano Miryam Singer- estrenó en nuestro país la ópera "Renca, París y Liendres", que en su momento generó gran revuelo mediático. Pero más allá de la polémica, gracias a este título Farías fue distinguido por el Círculo de Críticos de Arte y recibió el Premio Altazor en la categoría Mejor Composición.

Este año presentó su segunda ópera: "El Cristo de Elqui". Fue un encargo del Municipal de Santiago y gracias a esta comisión el músico protagonizó un hito: hace 45 años que no se programaba una ópera chilena dentro de la temporada oficial del teatro de Agustinas.

"Hay una atractiva exploración de resonancias, timbres y ruidos que alimentan una orquestación compleja y que remite a búsquedas de sonoridades telúricas y espaciales", escribió efusivamente Juan Antonio Muñoz, crítico de ópera de "El Mercurio", a propósito de este título que sin duda renovó y remeció la cartelera lírica.

Adriana Valdés: reconocimiento a una ensayista y académica prominente
La sólida trayectoria de Adriana Valdés tuvo un doble reconocimiento este fin de año: fue elegida por sus pares como directora de la Academia Chilena de la Lengua, cargo que por primera vez, en los más de 130 años de la institución, será desempeñado por una mujer. Y solo días antes de la votación obtuvo el Premio Municipal de Literatura por su ensayo "Redefinir lo humano: las humanidades en el siglo XXI" (Editorial UV). "Hay una crisis muy grande en cómo se enseñan las humanidades", dijo hace una semana en estas páginas. Y puso énfasis en un objetivo que ella misma ha impulsado: "Hay que abrir la Academia. Abrir las sesiones al público, no solo las solemnes. Abrirla no solo para la entrega de premios, sino que además para disertaciones que pueden ser de interés para el público general". Como vicedirectora de la institución desde 2010, creó el Ciclo Poesía Chilena Viva, con recitales y encuentros de autores locales. Años de docencia y diversas publicaciones propias y en colaboración avalan a esta destacada crítica de arte y ensayista prominente que desde enero de 2019 deberá presidir, además, el Instituto de Chile, que agrupa a todas las academias. Y aunque a sus 75 años ya pensaba en el retiro, aceptó con entusiasmo estos nuevos desafíos que no hacen más que reconocer un prestigio bien ganado en la escena cultural.

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