El Mercurio
Primer premio en concurso "Johann Sebastian Bach" de Tokio.
Aún no cumple los 28 años y ya ha recibido 13 premios internacionales. Ahora, además de su doctorado, está haciendo clases en Georgia, Estados Unidos. Pero no se olvida de su origen ni de su primer profesor ni de su padre.
Romina de la Sotta Donoso
Ha ganado una beca tras otra, y así, se ha ido formando con los grandes. En la última década, el guitarrista Gonzalo Arias Contreras (1989) ha estudiado en Estados Unidos con Christopher Parkening, Manuel Barrueco, Ernesto Bitetti y René Izquierdo. Y ahora acaba de iniciar un doctorado en la U. de Georgia, con Daniel Bolshoy. "Me ofrecieron becas en otras universidades, pero esta era la más completa, porque da la oportunidad de ser teacher asssitant y con ese dinero que gane haciendo clases podré mantenerme. Me encanta hacer clases; al entregarle tus conocimientos a otra persona la motivas, y eso es impagable", explica.
Terminó hace unos meses un magíster en la U. de Wisconsin, en Milwaukee, a la que representó hace poco en el concurso "Johann Sebastian Bach", de Tokio. Obtuvo el primer premio, US$ 3 mil en efectivo y una guitarra avaluada en US$ 5 mil de un famoso luthier chino. "Es mucho mejor que la que yo tenía", dice.
En los últimos meses, además, ha obtenido medalla de Plata en Juárez, Montreal y Florida.
Pero Arias no olvida sus orígenes y por eso cuando viene de vacaciones toca todas las semanas en las Termas del Corazón, en San Esteban, localidad del interior de Valparaíso donde nació. "Siempre han estado conmigo; toco ahí desde los 13 años y valoro mucho la invitación de la jefa de las Termas, Victoria Bianchini, que es una de las personas que más han hecho por el arte en San Esteban, de hecho, me apoyó cuando le propuse que invitara también a un flautista más joven que yo y muy talentoso, Nicolás Cuevas", cuenta.
Así, Arias quiere repetir la historia que se dio con él, cuando tenía 14 años. Después de escucharlo tocar "El cóndor pasa", el premiado guitarrista Emerson Salazar le consiguió una audición en la U. de Chile, donde lo becaron inmediatamente. Para los pasajes y la alimentación le ayudaron sus vecinos.
"Es el guitarrista más talentoso que he visto. Era evidente que tenía una gran musicalidad e inteligencia", dijo Romilio Orellana, una de las grandes estrellas de la guitarra chilena, quien lo tomó como alumno. "Que el profesor Orellana haya dicho eso es muy fuerte. Siempre llevo conmigo esas palabras, para exigirme un poco más", asegura Arias.
Su padre, vendedor puerta a puerta y guitarrista aficionado, fue quien conoció a Emerson Salazar cuando andaba trabajando en San Felipe, y quien le pidió que oyera a su hijo tocar.
-¿Qué le dice hoy su padre?
"Mi papá tiene 61 años y todavía es vendedor ambulante. Siempre ha sido un pilar fundamental para mí, tenemos un lazo emocional muy fuerte con él y con mi hermano".
-¿Hacia dónde piensa orientar su carrera?
"Me gustaría ser docente y dar conciertos internacionalmente. Me encantaría ser profesor de planta en una universidad. Lo importante es que puedan dar frutos tantos estudios".
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