sábado, diciembre 22, 2018

Al ritmo de U2, migrantes replican video del grupo con el coro de Harlem

El Mercurio

Junto a la banda tributo Lemon, un grupo de haitianos, colombianos y venezolanos, entre otros, grabaron paso a paso el famoso ensayo de la película "Rattle and Hum" en un video que muestra cómo se integran a través de la música. Aida Worthington 


Son las tres de la tarde y en la Parroquia Italiana, ubicada en el Parque Bustamante, el ambiente está lejos de la solemnidad de una iglesia. Entran y salen personas con cámaras y equipos de sonido, nadie habla con susurros y en las primeras filas cerca de 30 migrantes ensayan la famosa canción "I'm still haven't found what I'm looking for". Adrián Martínez, cubano que vive hace 10 años en Chile, dirige el coro con entusiasmo, mueve las manos y les pide más fuerza en la interpretación.

Pese al título de la canción, quienes cantan tienen claro lo que buscan: unirse en un espacio de música, alabanzas e integración, recreando el ensayo que la banda irlandesa U2, junto a un coro de Harlem, dejó registrado en 1988 en la película "Rattle and Hum".

"Quisimos comunicarnos con la sociedad e integrar lo cultural de un modo moderno, ofreciendo esta canción. Haciendo algo similar a lo que hizo U2 hace años, entregamos nuestro aporte a la cultura y hacia los migrantes", dice el padre Marcio Toniazzo, director del Instituto Católico Chileno de Inmigración.

Alabaré en tono bachata

La idea de replicar este video, que se está viralizando por estos días en las redes sociales, surgió tras una encuesta que realizó el Departamento de Movilidad Humana del Arzobispado de Santiago en 212 parroquias. El estudio reveló que tras las catequesis, los coros son el segundo espacio en que más participan quienes llegan a vivir al país.

"En las parroquias que se han abierto a la migración hay coros que son 100% de migrantes", detalla el padre Marcio. "Ellos son mucho más dinámicos en el aspecto religioso. Tienen más expresiones para vivir su fe. Incorporan nuevos ritmos y nuevos instrumentos". Es así que hoy se ven bongos, dos tambores pequeños unidos por un puente, distintos instrumentos de percusión y cuatros, especies de guitarras venezolanas, entre otros.

En esta integración de culturas, el tradicional cancionero católico con "Alabaré" y "Pescador de hombres" ha dado paso a bachatas y salsas mezcladas con cuecas y merengues. "Nos hemos esforzado por traer distintos ritmos y a medida que corrientes migratorias se van sumando a esta parroquia hemos intentado que cada uno se sienta un poco en casa", añade Katia Valdés, coordinadora del movimiento scalabriniano de ayuda al migrante y parte de la organización del coro.

Mientras avanza la tarde, Lemon, la banda chilena tributo a U2, se une al ensayo. "Sigan el ritmo para que logremos una conexión", les dice Andrés Zúñiga, vocalista del grupo, mientras marca el pulso con el chasquido de los dedos.

Para lograr la recreación del videoclip, desde el Incami los contactaron. "Recibí un mail . No los conocíamos. Nos plantearon hacer esta versión, pero no sabíamos mucho de qué se trataba", relata Andrés Zúñiga. "Vinimos a ver el coro, escuchamos cómo sonaban y dijimos, 'ya, estamos'", agrega. "Es heavy la cantidad de gente talentosa que hay. Es emocionante", tanto así que contratarán a parte del coro para sus presentaciones en vivo.

Esto sucede, describe el padre Marcio, porque muchos de ellos son profesionales de la música o llevan años participando en los coros de sus países de origen. Adrián Martínez, por ejemplo, es graduado de piano y canto en Cuba, ha formado grupos e incluso cantó en radio y televisión en su país. Marc Arthur, haitiano avecindado en Chile hace casi un año y que es uno de los solistas del video, planea grabar un disco de música religiosa con Eva Peña, que ha cantado toda la vida en coros de iglesias de Venezuela.

Lugar de encuentro

Para reunir a los participantes desde el Coro Latinoamericano, que es el que pertenece a esta parroquia, comenzaron una convocatoria por redes sociales y lograron reunir a personas de más de 10 parroquias ubicadas en comunas como Peñalolén, Quilicura y Santiago, entre otras.

Quienes participaron están agradecidos de la instancia. "Hay muchas cosas que motivan. Los chilenos nos estamos poniendo extremos, y este tipo de cosas hacen precisamente lo contrario, unen a las personas en torno a la voluntad de cantar", dice Andrés Zúñiga.

"Esto es algo que deberían hacer todas las parroquias", dice Ingrid Peña, venezolana que llegó hace dos años a Chile, y añade: "Todos compartimos un poco de cada uno, de nuestras experiencias. Para nosotros es un poco más fuerte, porque tuvimos que salir de nuestra cuna para hacer otro tipo de vida, pero nos vamos adaptando poco a poco".

Según el padre Marcio, en varios aspectos hoy se ha avanzando, pero quedan temas pendientes. "Hoy un desafío es la interculturalidad y poder trabajar la integración del migrante con la comunidad local y la apertura a quienes llegan con otra cultura, con otros ritmos, otras costumbres y también lograr que el migrante pueda respetar al país que lo acoge. No es ensamblar, sino construir juntos un nuevo país y esta nueva sociedad que se va formando; hacerlo a través de estas actividades, es una de las vías".

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