El Mercurio
Los trabajos ya partieron , y tomarán tres años. La programación, en tanto, tendrá acento chileno, con apuestas masivas y el rescate de grandes obras.
Romina de la Sotta Donoso
"Ya están hechas las excavaciones y se están ejecutando las obras. Vamos avanzando bien, y seguro, hacia la nueva sala; esperamos contar con ella en un plazo de tres años. Además, ya estamos trabajando con los ingenieros acústicos que estuvieron a cargo de la 'Ballena Azul' (el Centro Kirchner en Buenos Aires), Gustavo Basso y Rafael Sánchez, que son excepcionales", comenta a "El Mercurio" Diego Matte, director del Centro de Extensión Artística y Cultural (CEAC) de la U. de Chile, entidad de la que depende la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile.
"Esa gran sala tendrá 1.200 butacas, y un gran foyer de cinco pisos de altura", apunta.
Se ubicará en el centro VM20 de la U. de Chile, colindante con el Teatro U. de Chile. Los trabajos, aclara Matte, no interferirán con los conciertos: "El público puede quedarse tranquilo".
Respecto de la temporada 2019 de la Sinfónica, el Coro Sinfónico y la Camerata Vocal, destaca el alto nivel de los solistas, en particular los violinistas Ellinor D'Melon (Jamaica) y Tobias Feldmann (Alemania), y el barítono Alfonso Mujica (Uruguay), además del "tremendo clarinetista venezolano David Medina, y Luis Alberto Latorre".
Tras cinco años como titular, Leonid Grin volverá con un repertorio archifamoso: el Concierto para piano N° 1 de Chopin -con la estrella Boris Petrushansky-, la Sinfonía N° 2 de Rachmaninov y la Quinta de Tchaikovsky, más "Canciones de un caminante" de Mahler (julio).
Ese mismo logrado equilibrio entre la masividad y el rescate de joyas se exhibe a lo largo del año. Por un lado, se programaron best sellers como el Concierto para piano N° 2 de Rachmaninov, la Quinta Sinfonía de Beethoven, la Séptima de Dvorák y la Quinta de Shostakovich, además del Réquiem de Mozart, el "Concierto de Aranjuez" (Rodrigo), y cinco piezas de Tchaikovsky, incluyendo la "Obertura 1812" y la suite del ballet "La bella durmiente".
Por el otro, están "Images" de Debussy, la "Cantata Misericordium" de Britten -estreno en Chile-, un monográfico coral de Populenc, "Retrato de Lincoln" de Copland, "Petrouchka" y "Sinfonía de los Salmos", de Stravinksy, y "La isla de los muertos" de Rachmaninov.
Cumpliendo con su rol nacional, la Sinfónica trabajará con siete batutas chilenas, partiendo por Juan Pablo Izquierdo, con "Tres movimientos de Wozzeck" de Alban Berg y la Sinfonía N° 4 de Mahler (mayo).
También convocaron a nuestras dos mayores figuras sub 40.
Helmuth Reichel apostará por Ginastera y Copland, además de dos hitos del siglo XX: "La Consagración de la Primavera" de Stravinsky y el "Concierto para orquesta" de Bartók (marzo).
Paolo Bortolameolli se atreverá con dos monumentos: "El Mandarín Maravilloso" de Bartók y la Sinfonía N° 9 de Mahler, más el exigentísimo Concierto para piano de Lutoslawski, con Luis Alberto Latorre (agosto).
Se sumarán José Luis Domínguez -con "La primera noche de Walpurgis" de Mendelssohn-, Rodolfo Fischer, Francisco Rettig y Guillermo Rojas.
La Sinfónica renovará su compromiso con la música chilena con partituras de Juan Orrego-Salas, Acario Cotapos, Gustavo Becerra, Cirilo Vila, Leni Alexander, Esteban Correa y Tomás Brantmayer, y con el violinista Bastián Loewe, quien vendrá desde Basilea para abordar el Concierto N° 2 de Prokofiev.
Entre las batutas que retornarán están Ola Rudner (Suecia), Garrett Keast (EE.UU:), Lígia Amado (Brasil) y Rodoldo Saglimbeni (Venezuela), y entre los debutantes, los británicos Jessica Cottis y Michael Seal y Wilson Hermanto (EE.UU).
El Ciclo de Pianistas del CEAC se dedicará en 2019 a Chopin, con recitales de Alexandros Jusakos, Svetlana Kotova, Armands Abols, Mahani Teave y Pablo Echaurren, más un monográfico de cámara.
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