La Tercera
La facción histórica del conjunto habla de sus próximos shows en Santiago, del pinochetismo como concepto que renace y de las acusaciones de abuso sexual contra el cantante: “Es bastante desolador, estamos hablando de cosas muy graves”, dicen.
Por Claudio Vergara
La facción histórica de Inti-Illimani estuvo hoy en el espacio Tercera Voz hablando de su proyecto inmediato: los shows que los días 28 y 29 de diciembre ofrecerán en el Teatro Nescafé de las Artes, donde aparte de repasar su aplaudido catálogo, revivirán casi de forma íntegra uno de sus álbumes más significativos, Fragmentos de un sueño (entradas en Ticketek).
Se trata del título lanzado en 1987, en el cierre del largo exilio en Italia, un año antes de retornar a Chile. “Somos nostálgicos no del pasado, sino que del futuro; de aquello que nos podría haber sucedido y no nos pasó. Es una nostalgia positiva, yo creo que hay que mirar por el espejo retrovisor”, dice Salinas. “Este álbum nos situó dentro de la world music a nivel global”, acota el músico.
“Mirando hacia atrás, éramos un grupo que tenía la idea colectiva de transmitir una idea. Este trabajo abre un espíritu de búsqueda en el grupo”, dice Seves, en torno a una producción que los tuvo colaborando con los eximios guitarristas John Williams y Paco Peña.
En torno a la actualidad, también hubo palabras para un concepto que ha reaparecido en las últimas semanas en la coyuntura: el pinochetismo. Salinas dice: “Es terrible, relativizar la tragedia que vivió Chile es desconocer este país. Hay desazón. ¿Cómo pueden relativizar crímenes horribles que se cometieron? Pinochet será eternamente un ogro”.
También hubo espacio para reflexionar en torno a las acusaciones de supuesto abuso sexual contra el cantautor Tito Fernández, por las que ya tuvo que declarar ante la justicia. Los músicos de Inti-Illimani se han topado en variadas circunstancias con el cantante.
Salinas, también director de la SCD, profundiza: “La sensación de muchos músicos es de impacto muy grande, porque estamos hablando de cosas muy graves. Seguramente se pueden disfrazar, pero la verdad está en cuando se llevan adelante estas batallas por la igualdad de género, contra la violencia hacia la mujer, la discriminación salarial con respecto a la mujer; y por otro lado aparecen estas situaciones donde la mujer es un objeto, donde la mujer es violentada”.
“Además hay una cosa tremendamente grave dada por el hecho de que hay mucha gente que anda en búsqueda y muy apremiada por crisis espirituales, la vida se ha tornado muy difícil, y aprovecharse de este tipo de circunstancias para cometer estas cosas, es algo que a todos nos tiene muy impactados”.
“Tito es un personaje que lo hemos premiado, le hemos dado honorificencia. Y cuando esa honorificencia y esas medallas no corresponden con lo que pensábamos, es bien terrible. Y me cuesta mucho separar la conducta privada de la obra. Es un camino muy equivocado y creo que el mundo, nosotros los chilenos, estamos en la búsqueda de una vida coherente, en que la ética funcione, la moralidad mínima, andamos en busca de eso; cuando decimos que somos honestos, realmente seamos honestos; cuando decimos que no queremos abusar del otro, no abusemos del otro”.
Su compañero José Seves también expresa con respecto a Fernández: “Duele, igual que las circunstancias que han pasado con miembros de la Iglesia: la gente que va a buscar apoyo, una ayuda, una mano, un consejo o una compañía, y es violentado ante esta petición, es pasado a llevar de un modo tremendo”.
“Es bastante desolador. Y conociendo a Tito, yo lo conozco desde hace mucho tiempo, del sur, siempre veo (en él) que con mayor frecuencia aparecen ciertos relatos de delirio. Es un personaje bien particular, muy egocéntrico. Se hace complicado encajarlo otra vez, por las cosas que ha hecho; como él mismo no tener respeto por su propio trabajo. Es una incoherencia muy grande”.
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