sábado, diciembre 22, 2018

Como Barbra Streisand no puede sacarse a Trump de la cabeza, canta sobre él

El Mercurio

Su nuevo álbum, "Walls" (Muros), es una rara instancia en la que la política impregna su música, y en una entrevista, difícilmente podría dejar de hablar de su Presidente menos favorito. Maggie Haberman, The New York Times  

 
Barbra Streisand tiene un nuevo álbum, uno que es la encarnación musical de su singular desagrado por el Presidente Trump, y el raro ejemplo en que sus puntos de vista políticos se introducen en su música. Una canción, "Don't lie to me", es una petición directa a su coterráneo neoyorquino que ahora ocupa el Salón Oval.

Hay mensajes similares en todo el álbum, "Walls", el que también incluye un medley de "Imagine" de John Lennon y "What a wonderful world" de Louis Armstrong. La canción que le da el título al disco ("Muros") advierte que las personas ahora "los construyen donde no deberían estar".

En entrevista telefónica desde California, Streisand conversó sobre una serie de temas, desde su música hasta el poder presidencial como también del remake de "Nace una estrella" y los panqueques. Pero su política la absorbió. Respondió preguntas sobre el movimiento #MeToo al analizar la derrota de Hillary Clinton y su punto de vista respecto de que el senador Al Franken, demócrata por Minnesota, no debería haber renunciado después de haber sido acusado de toquetear o intentar besar a varias mujeres.

Una pregunta sobre su última visita a Brooklyn provocó una meditación sobre democracia y verdad. A aquellos que recuerdan sus ataques contra el senador John McCain en 2008 -y la masacre del republicano de Arizona de "The way we were" en "Saturday Night Live" ("¿Sé cantar? Lo hago más o menos tan bien como ella sabe gobernar Estados Unidos")- tal vez les parezca divertido escucharla ahora elogiando al senador, su compatriota anti Trump.

Streisand quedó en blanco cuando se le preguntó si podía pensar en algo positivo que Trump haya hecho. Pero esta demócrata franca corre el riesgo de molestar, si no alejar, a algunos de sus propios fans que podrían estar de acuerdo con el Presidente en una buena cantidad de temas. Si estaba preocupada por eso, no lo expresó.

(La entrevista tuvo lugar antes del tiroteo en la sinagoga Tree of Life en Pittsburgh. Consultada al respecto más tarde, a través de correo electrónico, ella envió una respuesta en la que culpa a Trump por la retórica divisiva y agrega: "Me duele el corazón por estas personas inocentes y la actitud de siglos de culpar de una u otra manera a los judíos por todos los males del mundo").

-¿Qué la inspiró a hacer este álbum después de no ser tan manifiestamente política en su arte?

"No podía dormir en la noche con los atropellos de Trump dando vuelta en mi cabeza, y tenía que hacer otro álbum para Columbia Records, así es que pensé, ¿por qué no hacer un álbum sobre qué hay en mi mente? Y ese llegó a ser el título de la primera canción. Estoy muy agradecida de tener la música en mi vida como una forma de expresarme".

-¿Los artistas tienen la obligación de ser políticos ahora?

"En mi primer álbum en 1962 o algo así, mi mánager pudo conseguirme el control artístico. Eso significa que nadie podía decirme qué cantar o qué nombre ponerle a mi álbum o incluso cómo tenía que ser la carátula. Y para mí eso es importante. La verdad siempre me ha funcionado; por lo tanto, ver que la verdad es profanada día a día es muy pero muy doloroso para mí. Solo puedo hacer lo que puedo hacer. Es probable que cause un disgusto a muchas personas. Cuando estoy creando un álbum tiene que haber musicalidad; tiene que haber belleza en la música".

"No sé lo que la gente va a pensar cuando escuche lo que hay en mi mente. Tal vez saque a la luz cosas que están en sus mentes. Pero la música es optimista, es interesante, es agradable para mí, una especie de música contemporánea. Y expresó mi ira, mi frustración. Solo puedo ser fiel a mí misma como artista y si a las personas les gusta, fantástico, y si no les gusta, no tienen que comprarlo o escucharlo. Pero mi ser en la vida real es más importante que mi ser como artista. Como una ciudadana, ese es el rol".

-¿Qué hay con respecto a ofender a aquellos seguidores de Trump que disfrutan de su música?

"No importa. Recuerdo haber estado en el escenario en Washington y pregunté, 'Tengo curiosidad, ¿cuántos republicanos hay entre el público?' porque todo el mundo sabe que soy una leal demócrata, y muchas personas levantaron la mano. El arte o la música traspasan la política, creo. Espero que lo haga. En realidad le dije eso a George Bush".

-¿Puede pensar en algo bueno que haya hecho Trump?

"(Una pausa muy larga) Este es un hombre que es una especie de... No, no una especie... Él es despreciable. Me preocupan los niños. Me preocupa cuál es la imagen que les está proyectando".

-¿Qué piensa con respecto al modo en que la industria musical ha lidiado con #MeToo?

"Con la industria musical no tuve muchos problemas. Es decir, depende de cuántos discos venda, ¿entiende lo que digo?; si es hombre o es mujer importa más cuando se trata de dirigir".

"Creo que es lo que sucedió con Hillary Clinton. Es decir, una mujer importante, que se expresa bien, con experiencia en el gobierno, de aspecto solemne, tenía todo lo que yo creía que la convertiría en una Presidenta maravillosa de Estados Unidos, pero eso no parece importar porque creo que las mujeres poderosas y fuertes son vistas con desconfianza".

-¿Le gusta que las mujeres se estén defendiendo?

"Me encanta que se estén defendiendo, aunque cuando se trata de alguien como Al Franken estoy consternada y creo que él tenía razón cuando dijo 'renunciaré cuando Trump renuncie', porque Trump es alguien que también ha sido acusado de atacar al menos a tres mujeres y es el Presidente de Estados Unidos".

-¿Cuál fue la evolución de este álbum?

"Originalmente este álbum se iba a llamar 'What's on my mind'. Traté siempre de volver a aquellas ideas que son más universales y con las que las personas se pueden relacionar. Los compositores escribieron las letras más hermosas sobre lo que yo pensaba".

-¿Conoce a Trump?

"No, pero cuando estaba editando mi último especial de televisión para Netflix y estábamos viendo las tomas del público, él estaba ahí sentado al lado de Barbara Walters, pero nunca vino a los camarines para verme o conocerme. Así es que no lo conozco".

-¿Le sorprende pensar que tanto usted como él provienen de la misma ciudad?

"No, porque creo que eso es lo fantástico de Nueva York. Es decir, yo no conocía a personas del Bronx. Yo vivía en Brooklyn. La gente del Bronx parecía diferente a la de Brooklyn".

-¿Cuándo fue la última vez que volvió a Brooklyn?

"Cuando canté en el Barclays Center, le pedí al conductor que me llevara a Williamsburg. Quería verlo. Pero nunca llegó a la calle Pulaski (el hogar de la infancia, en Bedford-Stuyvesant)".

"A propósito, lo que creo que él está haciendo ahora en realidad, es tratar de cambiar completamente la realidad. Cuando usted dice algo con voz bastante fuerte y por bastante tiempo la gente le cree. ¿La democracia no depende de la verdad?".

-¿Ha visto el remake de "Nace una estrella"?

"No lo he visto terminado. Bradley (Cooper) me mostró la apertura. Me sorprendió lo parecida que era a mi versión. Me encantó cómo utilizó el bar drag. Pensé que era nuevo e interesante. Lo que he visto del filme realmente me gustó".

-¿Cómo se siente en estos días?

"Quiero dormir en la noche; si nos apoderamos de la Cámara podré dormir un poco mejor".

-¿Y si no lo logran?

"No sé. He estado pensando al respecto. ¿Quiero irme a Canadá? No sé. Me da mucha pena todo lo que le está sucediendo a nuestro país. Me está haciendo engordar. Escucho lo que ha dicho ahora, y tengo que comer panqueques, y los panqueques engordan mucho. Nosotros los hacemos con harina sana; harina de almendras, de coco".

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