domingo, febrero 24, 2019

Muere Stanley Donen: El musical pierde a uno de sus máximos genios

Fernando Zavala
Espectáculos
El Mercurio

El cineasta y coreógrafo, responsable de la magistral "Cantando bajo la lluvia", falleció el pasado jueves 21 a la edad de 94 años. Era el último director que sobrevivía de la época dorada de Hollywood.



Su aporte al musical no tiene comparación y solo "Cantando bajo la lluvia" (1952) bastaría para justificar su merecido lugar de privilegio en la historia de Hollywood. Sin embargo, tal descripción se queda corta a la hora de medir la importancia y trascendencia de Stanley Donen, coreógrafo y cineasta que no solo dejó un legado esencial en aquel género. Su talento, ojo fílmico y solvencia técnica lo hicieron brillar incluso cuando dejaba de hacer musicales y expandía su repertorio -y estilizados, por no llamarlos "musicales", movimientos de cámara- a comedias, cintas de misterio y, por supuesto, romances en cine. La suya fue una carrera impecable de más de medio siglo que ayer fue recordada en todo el mundo, cuando se conoció la noticia de su fallecimiento, a los 94 años, producto de una insuficiencia cardíaca.

Fue su familia la que, consultada ayer por varios medios, confirmó que el deceso se produjo el pasado jueves 21, en Nueva York. Su partida, además, cierra un capítulo fundamental: Donen era el último director sobreviviente de la época dorada de Hollywood.

Fue amigo y socio de Gene Kelly, con quien codirigió "Cantando..." y otro clásico, "Un día en Nueva York" (1949). Pero también logró reconocimiento en solitario, con musicales como "Bodas reales" (de 1951 y protagonizada por su ídolo de infancia, Fred Astaire) y "Siete novias para siete hermanos" (1954). También es imposible olvidar su arrolladora alianza con Audrey Hepburn, en películas como "La cenicienta en París" ("Funny face", 1957), "Charada" (1963) y "Un camino para dos" ("Two for the road", 1967).

Su última película fue "Échale la culpa a Río" (1984), con Michael Caine y una joven Demi Moore, que no funcionó en la taquilla. En todo caso, Donen no fue ajeno al fracaso, como toda larga carrera tuvo altos y bajos, y muchas veces debió esperar para obtener reconocimiento. Por ejemplo, cuando se estrenó "Cantando bajo la lluvia", el filme tuvo un éxito moderado y obtuvo solo dos nominaciones al Oscar. Sin embargo, con el paso de las décadas se ganó la etiqueta del mejor musical de la historia. En 2006, el Instituto de Cine Americano (AFI, según sus siglas en inglés) le dio precisamente ese título en su lista de lo mejor del género. Al año siguiente, el mismo organismo le dio la quinta posición en la lista de las cien mejores películas de la historia del cine estadounidense. Una década después, la revista inglesa Sight & Sound eligió los cincuenta mejores títulos del mundo: "Cantando..." ocupó la posición 20.

Nunca estuvo nominado al Oscar y la Academia saldó esa deuda en 1998, cuando le dio una estatuilla honorífica que recibió de manos de Martin Scorsese. Su agradecimiento es legendario: en el escenario del Shrine Auditorium cantó los primeros versos de "Cheek to cheek", hizo unos pasos de tap y dio su sentido y divertido discurso con la orquesta interpretando de fondo una melodía. Tal como en un musical.

Nacido en Columbia, Carolina del Sur, el propio Donen ha descrito su infancia como solitaria. Tal vez por eso iba a menudo al cine. Su mundo cambió con los musicales, que lo motivaron a pedirles a sus padres que lo inscribieran en clases de baile. Tenía siete años. Pasó el tiempo, se graduó del colegio y emprendió rumbo hacia Nueva York. Su destino era Broadway. Allí integró el elenco del musical "Pal Joey", donde conoció y se hizo amigo de Gene Kelly. Posteriores números musicales en solitario lo llevaron a Hollywood y a un contrato con la MGM, en paralelo a Kelly. Incluso fue su asistente en "Cover girl" (1944). En todo caso, su carrera como actor no tuvo mucho futuro, mientras que la de su amigo florecía.

Luego que su contrato en ese estudio se terminara, Kelly lo trajo de regreso como director de baile en el musical "Levando anclas" (1945). Ahí comenzó a integrar el staff de coreógrafos. Fue coguionista y co-coreógrafo junto a Kelly en el "Take me out to the ball game" (1949) hasta que se ganó el estatus de codirector en "Un día en Nueva York". Debutó como director en solitario con "Bodas reales" -famosa por hacer bailar a Fred Astaire alrededor de toda una habitación, incluido el techo- y dirigió a Elizabeth Taylor en la comedia "Love is better than ever" (1952). Su mayor éxito por esa época, en todo caso, fue "Siete novias para siete hermanos", cuyo coreógrafo fue otro grande del baile, Michael Kidd. Su última colaboración con Kelly fue "It's always fair weather" (1955), un fracaso de taquilla.

En todo caso, cuando en la década de los sesenta el musical comenzó a decaer, Donen logró adaptarse con comodidad en otros géneros. De hecho, él prefirió mantener la distancia cuando los musicales resurgieron, con filmes como "Mary Poppins" y "La novicia rebelde".

En los setenta regresó al género, con las fallidas "El principito" (1974) y "Movie movie" (1978). En 1993 debutó como director en Broadway con "The red shoes", que no tuvo éxito; y luego de "Échale la culpa a Río" siguió trabajando esporádicamente en televisión hasta la década de los 90. Tuvo tres hijos y, al momento de su muerte, Donen era pareja de la comediante Elaine May.

"Stanley Donen fue un amigo y uno de mis primeros mentores. Su generosidad en dar tantos fines de semanas, en los 60, a estudiantes de cine como yo para aprender sobre cómo contar historias, colocar lentes y dirigir actores es un tiempo que nunca olvidaré".
STEVEN SPIELBERG

No hay comentarios.: