El Mercurio
El músico, que se transformó en el nexo del rock alternativo de los 90 en Estados Unidos, anticipa sus planes de recorrer el mundo con el trío que formó con los hermanos Cote y Felo Foncea.
Por José Vásquez
El equipaje de Alain Johannes (55) se volvió más liviano. El músico, hijo de Danny Chilean y sobrino de Peter Rock, que dejó el país cuando recién aprendía a caminar y quien se terminaría transformando en el nexo del rock alternativo más popular de los 90 en Estados Unidos, dice que ya no se siente anclado a su pasado. "Estoy cambiando mis raíces", cuenta al teléfono desde Woodland Hills en Los Angeles.
Los últimos dos años de Johannes timbraron el desgastante itinerario de una gira mundial, como parte de la banda de PJ Harvey. Un tiempo de viaje en el que su vida nómada le ayudó a dejar atrás el hogar que compartió con su fallecida esposa Natasha Shneider, un espacio que le recordaba una pesada carga emotiva, donde también grabó el debut en solitario de Chris Cornell -"Euphoria morning" (1999)-, el líder de Soundgarden que murió en mayo pasado. "Fueron casi 80 discos los que se hicieron ahí. Fue fuerte dejar ese lugar, ahora me mudé a la casa de mi hermana y tengo una miniversión de mi estudio, donde en vez de 600 instrumentos, por espacio, solo tengo unos 200", cuenta riendo su resignación.
Trío mundial
El también socio de Josh Homme, el capitán de Queens of The Stone Age, ahora proyecta su regreso a los escenarios con su propio conjunto, Alain Johannes Trío, que completan los hermanos Felo y Cote Foncea, con quienes tiene ambiciosos planes. "Esta banda tiene nivel mundial, por eso queremos girar, primero en clubes y teatros pequeños, pero si seguimos insistiendo con fuerza quizás nos podamos meter incluso en festivales grandes", dice Johannes, que confía en que sus colegas le puedan dar una mano: "A ver si nos invitan mis amigos rockeros famosos. Sería muy interesante abrir los shows de Foo Fighters y Pearl Jam. También de los Chili Peppers. Quién sabe si se conecta mi pasado, con la familia musical de la que he sido parte, y poder así darle una vuelta circular a todo esto".
El grupo ahora se encuentra grabando un material que en principio estrenaría un primer single dentro de este mes. La idea del trío es lograr completar un álbum, aunque el proceso también podría reducirse a un EP. "Estoy feliz porque este debut tendrá un invitado muy especial que cantará conmigo, un amigo, un genio de la música", cuenta sin querer admitir si se trata de alguno de sus "amigos rockeros famosos" y agrega: "Lo interesante de esta propuesta es que va a ser casi por completo en español, lo que es un desafío para mí, porque aunque es mi idioma natal, casi toda mi vida he hablado en inglés".
Respecto al sonido, la formación apunta tan alto como en su pasado con Eleven. "El formato de teclado, guitarra y batería es muy especial, pero lo que más me ha llamado la atención en estas primeras grabaciones, es que en los ritmos hay una influencia chilena que todavía me resulta difícil de explicar. Para mí suena bastante nuevo, no futurista, pero algo diferente de todo lo que he sido parte, aunque claro, es inevitable que haya cosas de Queens y Them Crooked Vultures, porque es obvio que no puedo escapar de eso. Con los últimos viajes a Chile y estas grabaciones me ha pasado que me he empezado a sentir más chileno. Aunque sabía que había nacido ahí, nunca antes sentí que pertenecí a algún lugar hasta que regresé. Siempre me sentí diferente y ahora lo entiendo, por lo que creo que esa fue una gran atracción para los amigos como Chris (Cornell) y Josh (Homme)".
Johannes siente que hoy está viviendo una segunda vida, luego de la muerte de sus seres más queridos. "Perdí a mi amor, a mis padres, a mi tío Peter, mi mejor amigo Chris. Han sido años muy difíciles, pero al mismo tiempo puedo salir adelante con algo como este nuevo proyecto, que siento como una razón muy fuerte para seguir, no solamente con el legado de la música sino que para poner raíces en el país al que pertenezco. Cada día me siento más chileno, salvo por el acento medio raro que tengo, pero cada vez estoy un poco mejor. Me gustaría poder quedarme este año al menos unos cuatro o cinco meses ahí", dice el músico que ya tiene su boleto de avión de regreso: el 21 de febrero abrirá el show de QOTSA en Santiago y luego será parte de Lollapalooza en marzo, donde se reencontrará con sus amigos de Pearl Jam y Red Hot Chili Peppers. "Hay posibilidades de que hagamos cosas juntos, estamos hablando a ver si nos visitamos en el escenario durante el festival", se entusiasma.
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