El Mercurio
El esperado inicio de las actividades en el escenario de Concepción, que considera una sala principal para 1.200 personas y una sala secundaria para 250 más, captará el pulso de las escenas artísticas locales, además de presentar convenios con espacios creativos de Santiago. "Iremos de menos a más", dicen en el teatro.
Por IÑIGO DÍAZ
La metáfora propuesta por el arquitecto Smiljan Radic para el Teatro Regional del Biobío plantea el edificio como el "esqueleto de un teatro embalado". En su interior se simulan las bambalinas, "como si fuera la parte trasera de una escenografía", ha dicho el autor del gran edificio emplazado en el borde oriental del río Biobío, justo entre los puentes Llacolén y Chacabuco.
El proyecto contó con fondos por más de $19.000 millones. Con las obras ya cien por ciento finalizadas, el teatro se alista para una inminente inauguración, considerando que las autoridades pretenden que esté en funciones antes del cambio de mando presidencial del 11 de marzo.
"Todavía estamos guardando el secreto de la fecha exacta, pero podemos confirmar que no será un día de inauguración, sino un marzo completo de actividades inaugurales", adelanta Francisca Peró, directora ejecutiva del teatro, respecto de las programaciones en sus dos salas.
La principal de ellas cuenta con 1.188 butacas además de 12 espacios para sillas de ruedas, mientras que la sala de cámara, una caja negra sin escenario, tiene 250 aposentadurías retráctiles, lo que le da mayor versatilidad. Ese espacio está reservado completamente para obras de teatro y danza, conciertos y otros montajes de los artistas regionales, como los que comenzarán a fines de marzo.
"Los montajes locales se van a ir sumando de manera escalonada a las actividades en la sala principal. Vamos a ir de menos a más en este inicio del año", asegura Peró.
Se trata de las obras de teatro "El pájaro de Chile" (22 de marzo al 7 de abril), dirigida por Leyla Selman; "Hortensia" (12 al 28 de abril), de la dramaturga y directora Ingrid Fierro, y el montaje de danza "Volver" (28 y 29 de abril), de la coreógrafa penquista Paola Aste y la compañía Calaukalis.
La sala principal, en cambio, abre las opciones de espectáculos mayores, y sobre todo el intercambio que existirá con espacios de la capital: GAM, Matucana 100 y el Municipal de Santiago. Un ejemplo de ello es la función del 15 de junio, proveniente del coliseo de Agustinas, del ballet "Don Quijote".
Además, ya están confirmadas la obra "Paloma ausente", de la compañía La Patogallina para marzo; la entrega de los Premios Ceres, dedicados a las artes creativas de la región; la visita de la pianista clásica japonesa Yuko Sano y el concierto de Manuel García, todos en abril. También se anunció la realización de los festivales BiobioCine, Chilemonos Internacional y de Teatro del Biobío, el segundo semestre.
Edificio controversial
Con 10.000 m {+2} construidos, una altura similar a la de un edificio de seis pisos y una extensión equivalente al frontis del Palacio de La Moneda, el recinto cuenta con una instalación lumínica de Iván Navarro titulada "Es telar", formada por más de 100 luces de neón lineales instaladas como una red en distintas direcciones.
Este tejido electrificado dota al edificio de una imponente presencia de noche, sin embargo muchas opiniones del público penquista han considerado que pierde valor cuando es de día. En Twitter las opiniones disonantes siguen vigentes. Una persona comparó el edificio con "una resma de papel de oficio a punto de desmoronarse".
"Este es un edificio que remueve y no te deja indiferente y genera opinión, porque no tiene una forma clásica: ¿me gusta?, ¿no me gusta?, ¿por dónde se entra? A mí me parece interesante que exista un debate más allá del gusto, tal como ocurre con las artes escénicas", dice Francisca Peró.
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