sábado, febrero 24, 2018

La historia detrás de 10 himnos de los Rolling Stones

El Mercurio

De "(I Can't Get No) Satisfaction" a "Start Me Up", el grupo de Mick Jagger y Keith Richards ha compuesto un gran número de clásicos del rocanrol. Letras de amor, mujeres, excesos y violencia son parte del cancionero rollingo , uno que ahora viene narrado hasta el detalle en el libro "Rolling Stones. La historia detrás de sus 365 canciones". 

Por Felipe Ramos

"(I Can't Get No) Satisfaction" (1965)

El 20 de agosto de 1965 quedó marcado en los oyentes ingleses como el día que por primera vez escucharon "(I Can't Get No) Satisfaction". Compuesta en parte mientras Keith Richards dormía -el famoso riff lo registró en una grabadora sin darse cuenta-, su letra está contra el sistema, la sociedad, los medios, la publicidad, además de constatar la frustración sexual. "Es así como Jagger se comporta como un cronista de su época al igual que Bob Dylan", dicen los autores de "Rolling Stones. La historia detrás de sus 365 canciones", Phillipe Margotin y Jean-Michel Guesdon. Según cuentan, la canción pasó de ser una composición country a su versión conocida gracias a la incorporación de un efecto de guitarra Fuzz-Tone. Además, se desconoce si Brian Jones participó de la grabación que tuvo lugar el 12 de mayo de 1965 en los estudios RCA de Hollywood, pues sufría de mala salud y ya resentía el protagonismo de Jagger y Richards.

"Paint it Black" (1966)

Aunque muchos asocian esta canción con la Guerra de Vietnam, resulta que una de las canciones más famosas de los Stones no tiene que ver con el conflicto del sudeste asiático, sino que su temática está en torno a la muerte. Es así como frases del tipo "veo una hilera de automóviles, todos pintados de negro" dan cuenta de un cortejo fúnebre. No obstante, sirvió como banda de sonido para el fin de una época llena de utopías surgidas de la contracultura. En cuanto a la melodía, fue compuesta por Richards, quien ha dicho que "le encontraba un aspecto 'Hawa Naguila', casi gitano". Con Jones en el sitar -influenciado por lo que habían hecho previamente los Beatles-, Bill Wyman en el órgano y bajo, y Charlie Watts tocando la batería con un patrón robado de una canción de Smokey Robinson, "Paint it Black" se volvió un éxito apenas salió en el disco "Aftermath".

"She's a Rainbow" (1967)

Guiños a Bartók y Mozart son parte de esta canción en la que los Stones se alejaron del blues de Muddy Waters y el rocanrol de Chuck Berry para entrarse en el Flower Power imperante en el Londres de Twiggy y Carnaby Street. Tal como señalan Margotin y Guesdon, esta canción parece una continuación lógica de "Lady Jane" o de "Ruby Tuesday". "Es una especie de cuento de hadas... La protagonista tiene unas características casi sobrenaturales. Aparece como un arcoíris o una reina de antaño, diseminando colores por los aires a su alrededor", dicen en el libro. Con Brian Jones en el mellotron , la ayuda de Nicky Hopkins en el piano y clavecín, y los arreglos de cuerda de John Paul Jones, quien meses después se uniría a Led Zeppelin, tanta dulzura termina con Keith Richards poniendo un acorde pesado y saturado al final de la canción, para recordarnos que el rock también existe en la vida.

"Sympathy for the Devil" (1968)

Los bolcheviques asesinando a la familia del Zar mientras Anastasia grita en vano; Jesucristo en sus momentos de duda; las invasiones de tanques nazis durante la Segunda Guerra Mundial; la década de 1960 y la muerte de Kennedy. En resumen, la victoria del mal por sobre el bien, del diablo por sobre Dios. Esa es la temática de "Simpatía por el demonio", canción escrita y compuesta en su totalidad por Mick Jagger, quien se inspiró en la novela "El maestro y la margarita", del escritor Mijaíl Boulgakov. La canción que abre el disco "Beggars Banquet" tiene un ritmo en clave de samba-rock, con una fuerte presencia de percusiones y en la que Richards toca todas las guitarras y el bajo, mientras que Brian Jones y Bill Wyman se limitaron a participar de los coros. En la letra original, Jagger solo hacía referencia a John F. Kennedy, pero el 6 de junio de aquel año, justo mientras la grababan, Robert Kennedy fue asesinado. Por eso Mick grabó la nueva frase "¿Quién ha matado a LOS Kennedy?".

"Gimme Shelter" (1969)

Si "Sympathy for the Devil" fue obra de Jagger, "Gimme Shelter" podría ser considerada la respuesta de Richards, quien la compuso mientras veía cómo un aguacero caía sobre Londres al mismo tiempo que su novia, Anita Pallenberg, grababa la cinta "Performance" con Mick Jagger, en una situación nada de cómoda para el guitarrista. "Una tormenta amenaza mi propia vida", dice la primera línea de la canción, algo que se podía extender a Vietnam, la represión tras la primavera de Praga y la masacre de Sharon Tate. Con una introducción envolvente "que demuestra que el rocanrol puede ser a la vez bello y peligroso", como dijese el ex guitarrista de The Smiths, Johnny Marr, la canción perteneciente a "Let it Bleed" cuenta con la participación de la cantante Merry Clayton, quien desde el minuto 2,46 lleva a "Gimme Shelter" al olimpo del rocanrol.

"Brown Sugar" (1971)

Mujeres de color y alusiones a la heroína mezcladas en 3 minutos y 48 segundos de pura intensidad rollinga. "Brown Sugar" es uno de los grandes temas de los Stones, el que fue completamente compuesto por Mick Jagger mientras se encontraba filmando la película "Ned Kelly" en Australia. Según Richards, "yo soy el maestro del riff , pero la única canción en la que no tuve nada que ver fue obra de Mick, 'Brown Sugar'". Escrita en nada menos que 45 minutos, Jagger ha dicho que "solo Dios sabe lo que he querido contar en esta canción. Es una especie de revoltijo de ideas". Punto aparte es el solo de saxo interpretado por Bobby Keys que resume por sí mismo la inmediatez del rocanrol.

"Wild Horses" (1971)

Al igual que "Brown Sugar", esta pieza en clave country es parte del disco "Sticky Fingers", el que con su carátula diseñada por Andy Warhol llevó el sonido de los Stones a fronteras sucias y garajeras. Compuesta por Keith Richards luego de permanecer varias semanas junto al músico norteamericano Gram Parsons, "Wild Flowers" nació como una canción para su hijo Marlon, de quien cada vez le costaba más separarse cada vez que salía de gira. En la interpretación, Richards toca una guitarra de 12 cuerdas afinada en Sol abierto y sin las dos cuerdas más altas, mientras que Mick Jagger logra una de sus interpretaciones mejor logradas del disco. "Me gusta esta canción", diría en 1995.

"Angie" (1973)

Tras terminar las grabaciones de "Exile On Main Street", la pareja formada por Keith Richards y Anita Pallenberg tuvo que dejar la Costa Azul para huir de la justicia francesa, que los buscaba por tráfico de drogas. Fue así como terminaron en Suiza, en donde Anita dio a luz a su hija Dandelion (Angela) en abril de 1972, mientras Keith era internado en una clínica de rehabilitación. Fue en ese lugar donde compuso la música de "Angie", a la que luego Mick daría una letra que puede ser acerca de todas las mujeres que deambulaban el universo de los Stones. "¿No es bueno estar vivos? Angie, no puedes decir que no lo intentamos", puede ser una referencia al intento de suicidio de Marianne Faithfull, pero también al descenso a los infiernos que vivió la pareja Richards-Pallenberg.

"Beast of Burden" (1978)

Un oasis despreocupado en un disco lleno de canciones energéticas. "Beast of Burden" es parte de quizás el último gran álbum de los Rolling Stones, "Some Girls", el que tiene partes disco, punk, country y rocanrol, pero que encuentra en esta canción original de Richards uno de sus puntos más altos con su tempo suedoreggae y un groove muy soul. Compuesta por Keith como una forma de agradecerle a Mick todos los años en que tuvo que hacerse cargo de la banda mientras él lidiaba con sus adicciones, la famosa introducción de la canción es gentileza de Jagger en la guitarra rítmica.

"Start Me Up" (1981)

Aunque apareció a comienzos de los 80, las primeras grabaciones de "Start Me Up" datan de 1975. Originalmente tenía un ritmo reggae , el que dio paso a la versión conocida por todos, la que, según el productor Chris Kimsey, Keith mandó a borrar, pues le sonaba repetida. "Yo, evidentemente, no lo hice, pero a él no le gustó nada y no estoy seguro de que le guste ahora", dice quien estuviera detrás de las grabaciones del disco "Tattoo You". Con un riff  enorme, "Start Me Up" es el último gran éxito del grupo, y tal como señalan los autores del libro, "esperamos el siguiente con impaciencia". Ojalá que así sea.

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