viernes, febrero 23, 2018

Miguel Bosé superó sus problemas vocales en Santiago

El Mercurio

B. C.

Al mismo tiempo en que se iniciaba la tercera jornada del Festival de Viña, el diez veces visitante a la Quinta Vergara deleitaba anoche a su más leal fanaticada en la capital. A las 21.15 horas, Miguel Bosé subió al escenario del Movistar Arena con un vestuario calcado al de su presentación viñamarina: estricto negro, zapatillas y un profuso delineado en sus ojos.

El español comenzó su espectáculo con "Sereno", seguido de "Duende" y "Nena", en una réplica del que había dado dos noches antes en Viña del Mar. Fue una actuación que, salvo mínimas rotaciones, se mantuvo fiel a la que presentó en el Festival.

Junto con invitar a repasar su carrera de 40 años, Bosé planteó: "Viña fue increíble, pero ahora le toca a Santiago y aquí comienza la aventura".

En su voz ya no había signos de la ronquera -producto del resfrío de que fue objeto- que fue notoria en su presentación del martes último y que le produjo dificultades vocales en algunas interpretaciones.

La energía del intérprete español no decayó anoche en ningún momento. Solo hizo algunas pausas para recordar su relación con Chile o para pedir a los presentes que alzaran sus brazos en medio de un descargo a favor de la paz mundial.

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