La Tercera
En su nuevo inmueble de Providencia, la fundación dedicada al artista reunirá su archivo y habilitará un museo.
Por Andrés del Real
Cada día de la semana, a toda hora y sin previo aviso, estudiantes, parejas y amigos de distintas edades llegan a tocar la puerta del número 067 de Almirante Riveros, una de las muchas calles cortas que unen Vicuña Mackenna con el Parque Bustamante en Providencia. A la espera de una inauguración formal, en los últimos dos meses, decenas de personas han llegado a la nueva casa que hoy ocupa la Fundación Víctor Jara, motivados más que nada por la curiosidad, por el boca a boca o por la necesidad de completar una historia truncada.
“Esto demuestra el cariño que la gente le tiene a Víctor”, dice Cristián Galaz, cineasta, director de videoclips y, desde hace un año, director ejecutivo de la Fundación consagrada al legado del cantautor, impulsada en 1993 por su viuda, Joan Jara. Transcurrido un cuarto de siglo desde su creación, la organización sin fines de lucro al fin encontró lo que parece ser su residencia definitiva, luego de sus inicios en una pieza facilitada por el Centro de Danza Espiral, al que le siguió el cierre del tradicional Galpón Víctor Jara: un inmueble fiscal propiedad del Ministerio de Obras Públicas, cedido a la fundación por parte del Estado en una ceremonia que hace tres semanas congregó en el lugar a la presidenta Michelle Bachelet y al Ministro de Cultura, entre otras autoridades.
La cesión llega en un momento especialmente significativo para la institución, que este 2018 no sólo conmemora sus 25 años de vida, sino que además los 45 desde el asesinato del autor de Te recuerdo Amanda. Ahora, ya instalados en su nuevo hogar, la fundación comienza a concretar uno de los más postergados anhelos relativos al legado y la memoria del artista, así como una de las mayores deudas de la cultura nacional: reunir en un solo lugar el archivo histórico de Víctor Jara, el que actualmente es resguardado por la Universidad de Santiago y por los familiares del músico, a la espera de que se termine de acondicionar la vivienda de Providencia.
Se trata, según explica Galas, de aproximadamente diez mil piezas, reunidas por los directivos y voluntarios de la fundación durante las últimas tres décadas, sumado a las donaciones que han recibido en Chile y el extranjero. Entre estos elementos se encuentran objetos personales del músico y director teatral, como ropa, cartas, fotografías y manuscritos, además de su discografía original y piezas recogidas posterior a su muerte, como afiches de solidaridad internacional.
Además, con el tiempo, todo este archivo irá dando forma a una suerte de museo dedicado al cantautor, “en el que podamos mostrar al público algunos elementos emblemáticos de Víctor como su poncho y su guitarra”, detalla el director ejecutivo. “Nuestra idea es que este sea un lugar de encuentro, en el que realizaremos recitales, talleres, ciclos de cine y charlas, y en el que además los investigadores puedan acceder a pantallas de consulta del archivo”, añade Galaz, quien ya piensa en un circuito cultural dedicado a dos de los mayores creadores chilenos, pensando en que el Museo Violeta Parra se ubica a sólo unas cuadras.
Por de pronto, la tradicional casa de Almirante Riveros -y su generoso patio- sigue recibiendo curiosos y admiradores del artista, que dejan sentidos mensajes en el libro de visitas luego de recorrer el primer piso y la sala bautizada como “Angelita Huenuman”, donde actualmente se exponen algunas de las emblemáticas fotografías que Luis Poirot y Antonio Larrea tomaron al músico y cedieron para su muestra, además de algunas imágenes inéditas de su autoría.
DE VUELTA AL ESTADIO
El archivo centralizado y sus elementos museográficos no son los únicos proyectos que tienen ocupados actualmente a la fundación, que en septiembre pasado dio otro paso clave en lo que respecta al legado del músico, reeditando cinco de sus álbumes fundamentales en vinilo, los que no se encontraban disponibles en ese formato desde comienzos de los años 70, con diseño restaurado e imágenes y textos extraídos del material original.
En paralelo, la organización trabaja actualmente en un nuevo ciclo de conciertos dedicados a la memoria del creador de “Luchín”, para conmemorar en septiembre próximo los 45 años desde su muerte. El lugar escogido será nuevamente el estadio Víctor Jara (ex estadio Chile), el emblemático recinto de Santiago centro donde el cantautor fue asesinado en 1973, que volverá a abrir sus puertas tras casi una década clausurado por no cumplir con las normas para reductos de alta convocatoria.
La idea, explica Galaz, es repetir la experiencia de septiembre pasado, cuando el estadio se reabrió para el natalicio de Jara, claro que esta vez durante una semana completa de presentaciones en vivo en el lugar. Según detalla, los grupos que actuaron ese día -como Bloque Depresivo, Illapu y Los Vásquez- ya confirmaron su regreso al recinto, a quienes se sumarán artistas internacionales con los que actualmente se encuentran en conversaciones.
Junto con esto, la fundación desarrolla otro ambicioso proyecto en la calle Arturo Godoy, el desmejorado pasaje donde se encuentra la entrada principal del estadio. En los últimos días el director ejecutivo se ha reunido con el alcalde de Santiago y el intendente metropolitano, a quienes le presentó un proyecto de repavimentación y reposición del pasaje, que incluye además luminarias y un mural dedicado a Jara, junto a un memorial. “Queremos dignificar el sector y volverlo un lugar de encuentro, un espacio para la ciudadanía”, explica.
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