El Mercurio
El poeta firmó su testamento un día antes de cumplir 103 años y en él instituyó a Colombina como albacea y heredera de dos cuartos de sus bienes. Dos hijos del escritor abordan el tema con abogados.
Por Roberto Careaga C.
El lunes 4 de septiembre de 2017, un día antes de cumplir 103 años, Nicanor Parra llegó hasta la notaría Ximena Ricci Díaz, ubicada en el centro de San Antonio. Al menos iba acompañado del abogado Mauricio Moya, más otras dos personas que actuarían como testigos: el escritor estaba ahí para legalizar su testamento. Y así lo hizo. En un "ininterrumpido acto", la notaria Ricci leyó las indicaciones dejadas por Parra en el documento, dio fe de lo leído, y luego procedieron a las firmas. Con una letra más titubeante de la conocida, el poeta escribió su nombre validando un testamento en que, fundamentalmente, instruyó que su albacea fuera su hija Colombina, a quien además le dejó más de la mitad de sus bienes. De la otra mitad, cada uno de sus seis hijos recibirá un sexto.
Muerto hace 17 días, Parra dejó una herencia de un valor difícil de calcular: además de algunas propiedades, como sus casas en La Reina e Isla Negra, la de Las Cruces incluye su tumba y también los cientos de documentos literarios inéditos y otra serie de artefactos artísticos que aún están por ser inventariados. El trabajo había empezado antes de la muerte del escritor, con apoyo de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica, y hoy continúa con Colombina Parra oficialmente como albacea, según confirma su abogado, Luis Valentín Ferrada. La labor no es sencilla, menos ante la posición del resto de los herederos: "Los hermanos de mi mamá, el Barraco (Juan de Dios), la Colombina, el Tololo (nieto) y toda esa gente ha vivido de mi abuelo. Han vivido de la plata que mi abuelo hacía", dijo a la revista Ya Isabel Soler, nieta del poeta, con su madre al lado, Catalina Parra.
Hija de la tercera y última esposa de Nicanor, Nury Tuca, Colombina (músico y arquitecta) fue en los últimos años la persona más cercana al poeta y paulatinamente se involucró con más presencia en su trabajo: desde 2001 fue curadora de las diversas exposiciones de sus trabajos plásticos en Chile y el mundo. Su hijo Cristóbal Ugarte, el Tololo, fue quien recibió por encargo de su abuelo el Premio Cervantes en España en 2011. Juntos, Colombina y Tololo iniciaron en 2017 una campaña con ribetes legales para dar con cuadernos perdidos del poeta, y tras su muerte fueron los principales organizadores de su despedida.
En septiembre pasado, Parra dejó legalmente testimonio de su preferencia por Colombina. "Instituyo como mi única heredera de mi cuarta de mejoras y la cuarta libre de disposición a mi hija doña Colombina Violeta Clara Parra Tuca", dice el testamento de Parra. El escritor podría haber renunciado a dichas disposiciones, dejando que su herencia se dividiera entre sus seis hijos en partes iguales. En cambio, con la disposición a la que ejerció derecho Parra, Colombina recibirá un 58,33% de los bienes de su padre: al entregarle cuarta de mejoras y la cuarta libre de disposición a su hija, el escritor le dejaba la mitad de sus bienes (la suma de dos cuartas partes). Ella, además, es testamentaria de una parte proporcional de la otra mitad, junto a sus cinco hermanos.
La salud de Parra
"Ahora es necesario hacer el inventario completo de los bienes, lo que puede durar hasta dos años", dice Ferrada. "En este caso, el proceso requiere mayor dedicación, porque hay dos conjuntos de bienes. Los comunes, muebles e inmuebles, y otros que poseen una carga patrimonial muy específica, como sus casas y la producción literaria inédita. Colombina ya está ejerciendo como administradora del legado", agrega el abogado, que cuenta que en semanas previas a la muerte del poeta se reunió con Catalina Parra para coordinar la búsqueda de cuadernos. Ayer, sin embargo, Ferrada recibió un llamado de los abogados de Catalina.
Lo llamó el ex ministro Jorge Burgos, hoy parte del estudio Grasty Quintaba Majlis & Cia., para informarle que ellos son los representantes legales de los hermanos Catalina y Alberto Parra, hijos del primer matrimonio del escritor con Ana Troncoso. Burgos prefirió no comentar el caso ante la llamada de "El Mercurio", mientras que el abogado que dirige la representación, Arturo Majlis, está de vacaciones y tampoco contestó. Sin embargo, en el ambiente literario se ha hecho persistente un comentario en los últimos días: amigos y cercanos a Nicanor Parra están siendo contactados por el estudio para que entreguen su testimonio acerca de las condiciones de salud física y mental del poeta al momento de firmar su testamento.
El 4 de septiembre de 2017, la notaria Ximena Ricci certificó en el testamento que Parra estaba en su "sano y entero juicio" al firmar el documento. Como testigos estuvieron ese día el abogado Mauricio Moya, la parvularia Johanna Carolina Galaz y la cientista política Carmen Fariña. Pocos días después, el poeta fue trasladado a Santiago para recibir atención médica, porque su salud se debilitó.
Hora de acuerdos
Según Ferrada, lo que viene ahora es conversar. "Ya que dos de los hermanos han asumido una representación legal, corresponde iniciar una mesa para saber qué es lo que aspira cada parte, qué piensa cada cual sobre el procedimiento a seguir, qué se acepta, qué no se acepta, y una vez que se conozca aquello, ver en qué áreas se pueden alcanzar acuerdos y en qué áreas están los desacuerdos", dice. Y agrega: "Si la conversación parte sobre la base de que Nicanor Parra no habría estado en pleno uso de sus facultades mentales al momento de testar, las cosas se dificultan mucho. Eso constituye una impugnación del testamento y las eventuales discordias pasan a ser mucho más sustantivas".
Llegar a acuerdos que modifiquen la distribución de una herencia está permitido legalmente, y así lo confirma el abogado Hernán Corral. "Es posible que los herederos puedan distribuirse los bienes de una manera diversa a la señalada por el testador, como una forma de transacción o de partición voluntaria. Pero esto a condición de que todos los interesados en la sucesión estén de acuerdo, en forma unánime", asegura Corral. Pero, por ahora, la unanimidad está fuera del diálogo, pues los hijos siguen en duelo y los abogados salieron de vacaciones. La negociación aún no comienza.
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