El Mercurio
Sea por admiración, herencia o preferencia personal genuina, muchos músicos han continuado los pasos de sus progenitores a la hora de encaminar sus carreras.
Por Patricio Zenklussen Franco
Hace unas semanas, Plácido Domingo invitaba al escenario del Estadio Nacional a su hijo para cantar tres canciones frente a más de 40 mil espectadores. El hecho despertó la curiosidad de muchos y sin duda se convirtió en uno de los varios momentos memorables de la noche.
Más allá de que el desempeño de Plácido Jr. demostró que todavía hay una distancia importante entre su nivel y el de su padre, la situación dio pie para repasar los casos en los que la veta musical de un padre se ha transmitido a las nuevas generaciones.
Los ejemplos abundan y son transversales a cualquier etiqueta, estilo, instrumento, época y lugar: Bob y Jakob Dylan, John y Jason Bonham, Serge y Charlotte Gainsbourg, Paul y James McCartney, y Frank y Nancy Sinatra.
La música iberoamericana incluye varias muestras de esta tendencia, pero quizás la más conocida es la de los Iglesias. La colosal carrera de Julio Iglesias no hizo más que inspirar a la de su hijo Enrique, creando un legado familiar tan exitoso en términos comerciales que incluso roza los 500 millones de discos vendidos.
En México, Armando Manzanero traspasó sus dotes musicales, consolidadas en más de cincuenta años de trayectoria, a su hijo Juan Pablo, quien no solo ha rendido tributo a su padre en numerosas ocasiones, sino que también ha promovido un premio de talentos en su honor.
La delirante agrupación argentina de funk, Illya Kuryaki and the Valderramas (IKV), ganadora de tres Grammy Latino y nominada dos veces a los Grammy norteamericanos, posee otros tres ejemplos.
La banda fue fundada en 1990 por Dante Spinetta, hijo de Luis Alberto, y por Emmanuel Horvilleur, hijo de Eduardo "Dylan" Martí, histórico fotógrafo ligado al rock transandino. Adicionalmente, Matías Rada, hijo de Rubén Rada, ícono del candombe uruguayo, ha colaborado con ellos como guitarrista.
"Sí, era mi viejo y hacía música y una música increíble, pero no lo tengo en mi cabeza cuando salgo a tocar", decía Benito Cerati sobre su padre, Gustavo, en una entrevista con Clarín en 2006.
A sus 24 años, el hijo del ex Soda Stereo y la DJ chilena Cecilia Amenábar ha continuado el legado musical de su familia. Con su proyecto Zero Kill ya ha lanzado dos álbumes -"Trip tour" y "Alien head"- y ya prepara el estreno de "Unisex" en 2018.
Aunque reflotada recientemente por temas judiciales, la relación de la cantante brasileña Bebel Gilberto con su padre João Gilberto -pieza fundamental en el nacimiento de la bossa nova- también es parte de este fenómeno.
Los ejemplos de herencia musical también pueden encontrarse en géneros más alejados de la música de radio.
Markus Stockhausen, trompetista y compositor de música de cámara y jazz, es hijo del pionero de la música electrónica Karlheinz Stockhausen, y el tres veces nominado al Grammy Ravi Coltrane siguió muy de cerca los pasos de su padre, el legendario John Coltrane, para convertirse él también en un saxofonista de jazz.
En el mundo del metal, el bajista y fundador de Iron Maiden, Steve Harris, traspasó su amor por la música a su hija Lauren, que ejerció de telonera en los conciertos de 2008 y 2009 de la Doncella en el país.
Algunos casos incluso abren grandes distancias en el tipo de música que interpreta la familia: la cantante de soul Norah Jones tuvo por padre a Ravi Shankar, virtuoso sitarista de música india; y Stella Santana, intérprete de R&B, heredó el talento de su progenitor, Carlos Santana, pero no el amor por las guitarras distorsionadas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario