El Mercurio
Este original coro acaba de grabar su primer disco y ya está trabajando con jóvenes del Sename y en hospitales, además de hacer una itinerancia por su región.
Por Romina de la Sotta Donoso
Nuevos éxitos y exigentes desafíos están asumiendo los Niños Cantores de La Araucanía. El coro, fundado y dirigido por Rubén Orellana Catalán (1971), reúne a 40 jóvenes de entre 8 y 20 años, el 40% de ellos mapuches.
Tienen una práctica semanal, de tres horas, y dos conciertos al mes. Abordan piezas de Bach, Vivaldi, Fauré y Rutter, y también obras de Cecil González, quien ganó el primer lugar en Viña del Mar 1992 con su canción en mapudungún "Tejiendo está la Manque".
Esta colaboración artística entra ahora en una nueva etapa, pues el coro grabó siete piezas de González en "Ayin Mapu" (Bella Tierra), su primer disco.
"Para financiar la producción, nos apoyó Puerto Valparaíso, y el compositor nos facilitó las pistas orquestadas con todos los instrumentos autóctonos", cuenta Orellana. Y destaca que en sus dos giras internacionales -a Ecuador en 2014 y a España en 2016-, "las canciones de Cecil González llamaron tremendamente la atención del público, que solo conocía a Víctor Jara y Violeta Parra. Nos agradecieron poder conocer la cultura chilena desde otro ángulo".
El CD se puede adquirir en la página de Niños Cantores de La Araucanía en Facebook.
El director anuncia varias metas para 2018: "Estamos gestionando nuestra tercera gira internacional para este primer semestre. Tenemos dos posibilidades: Brasil, México y Estados Unidos, o Portugal, España, Eslovenia y Finlandia. Solo tenemos que gestionar los pasajes, porque nos esperan con estadía gratis". Además, seguirán itinerando por su región y actuando en el Hotel Dreams de Temuco, que los apoya con un salón para ensayar y presentarse.
"Tenemos el apoyo del Consejo Regional de La Araucanía; nos han dicho que los Niños Cantores son un orgullo de la región", asegura Orellana.
De hecho, el año pasado se adjudicaron recursos del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) para dos proyectos. Uno lo postularon a Cultura y era para comprar instrumentos -piano eléctrico y percusiones- y así formar en el corto plazo una banda que pueda acompañar al coro en vivo.
El otro proyecto lo postularon al área de Seguridad Ciudadana. "Y pudimos invitar a 15 niños del Sename a tomar clases con los Niños Cantores", cuenta. Así, un grupo de jóvenes residentes del Hogar Cread Alborada pudo participar una vez por semana, durante noviembre y diciembre, en las prácticas con el coro y a fin de año ofrecieron un concierto juntos.
"Los tratamos como los niños que son, y se integraron muy bien. Les dimos un diploma a cada uno, y las familias de los Niños Cantores los apadrinaron y les dieron un regalo. Salimos todos llorando", revela.
Es una línea de trabajo que quiere continuar: "Todo mi esfuerzo lo dedico a incentivar a los niños para que canten; hacer de sus vidas un canto y no un lamento como hoy en muchos lugares lo es".
Asimismo, quieren visitar regularmente con el coro la sección de Pediatría del Hospital Regional de Temuco, para que los niños internados se les vayan sumando. "La idea es que esto les dé ánimo y les permita superar la enfermedad y el dolor", espera Orellana.
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