El Mercurio
A sus 95 años, esta profesora de Filosofía y quien fue la primera mujer en dirigir la Dibam, se mantiene absolutamente activa y está participando en la elaboración de la Ley del Patrimonio.
Daniela Silva Astorga
Cobijada por un sitial que usaba su madre y rodeada de otros objetos familiares que atesora como símbolos férreos de su historia y raíces, con su pelo blanquecino y mirada profunda, Marta Cruz-Coke (1923) se acomoda para hablar sobre patrimonio cultural. Un concepto y, a la vez, un motor que ha ocupado buena parte de su vida durante los últimos 25 años, desde que, siendo profesora de filosofía, fue erigida como la primera mujer a cargo de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam), que ahora se llama Servicio Nacional del Patrimonio. Y aunque ocupó ese cargo hasta el año 2000, su trayectoria continuó estrechamente ligada a los mismos afanes e intereses que la llevaron a, entre otras cosas, impulsar los hoy populares Día del Patrimonio y Bibliometro. O a construir corporaciones como la del Patrimonio Cultural y la del Patrimonio Religioso, que presidió hasta junio.
-¿Cómo se siente al revisar su larga trayectoria en la cultura?
"Privilegiada. Lo más importante es estar contenta con lo que uno hace, y entretenerse. Bueno, esto último si es que es viable, porque, a veces, cuando hay que ganarse la vida, no se puede. Ese es un tema, debiéramos como sociedad lograr que todos pudieran hacerlo. Hay una frase que me gusta: darles a todos los chilenos lo que es necesario, y darles la oportunidad de encontrar lo no necesario. Hoy, el gran problema es que no se cumple con ninguna de las dos cosas".
Avanza la mañana y, junto con esa gran preocupación por la sociedad actual, Cruz-Coke -quien es parte de "Los Cardenales" de la DC- se confiesa, a pesar de toda su gestión cultural, aún inquieta por un asunto: "Lo que más me preocupa es la falta de conciencia de los chilenos frente al patrimonio. Algo se ha avanzado, al menos se celebra el día. Pero aún no existe la conciencia profunda de que el patrimonio son nuestras raíces e historia, todo sobre lo que estamos viviendo. ¡Falta conciencia de que sin el patrimonio no tenemos futuro real! Y el patrimonio es la cazuela y la empanada; son las costumbres, y hasta nuestra manera de hablar el español".
-¿Cómo se evidencia esta falta de conciencia?
"Ejemplifico con un caso reciente y flagrante: cómo, en octubre, se botó el edificio patrimonial de la Facultad de Química y Farmacia de la U. de Chile, que era un tesoro nacional. Cito esto porque es una expresión terrible y concreta de esa falta de conciencia, ya que no se trata de una decisión tomada por el señor de la esquina, ¡la tomó la universidad! Es decir, una institución emblemática de estudio, de tradición. Y nosotros -yo soy arquitecto honorario- habíamos peleado para que se conservara al menos la fachada".
-Pensando en todo el patrimonio mueble que ya se ha perdido, pues hay barrios enteros que han sido arrasados por la fiebre inmobiliaria, ¿se está a tiempo de inculcar un mayor respeto?
"Sí. En general, yo soy optimista. La humanidad avanza, aunque sea a trastabillones. Esto es un poquito como en el lambeth walk , ese baile en el que usted avanzaba tres pasos y retrocedía dos. Aquí se avanza y retrocede, pero finalmente se prospera".
-Y ahora salió a la luz un impactante caso de violación al patrimonio, el del empresario Raúl Schüler, que tenía una veintena de esculturas y objetos precolombinos robados, y que prontamente será formalizado por esto.
"Eso es realmente un caso digno de Ripley. No tiene ninguna explicación racional, es sumamente lamentable, y debiera existir un castigo, una sanción seria. Al menos, se encontró todo esto. Algo es algo, porque ¿cuánto patrimonio robado habrá sin que se sepa? El patrimonio chileno disperso es enorme".
Ministerio en un corsé
Mientras va conversando sobre actualidad y patrimonio, Cruz-Coke -quien este año recibió un homenaje del Ministerio de las Culturas y en 2017 fue declarada Hija Ilustre de Santiago- jamás se aparta de su hablar pausado, y de su mirada acuciosa y crítica. Por eso, si bien celebra que Chile ahora tenga, tras años de espera, un Ministerio de las Culturas, enjuicia: "Lamentablemente, quedó un ministerio lleno de hoyos y duplicación de funciones. Es como un corsé, cuando debiera ser un organismo de futuro, en línea con los cambios y la civilización que viene. Debiera ser pequeño, ágil y capaz de aceptar, adoptar y dirigir todos los cambios culturales que se avecinan. La ministra Consuelo Valdés va a tener bastantes problemas y trabajo".
Justamente ella le pidió a Cruz-Coke -y a otros profesionales, como la antropóloga Sonia Montecino- asesoría para la elaboración del primer borrador de la anhelada Ley del Patrimonio. Frente a este trabajo, que aún es de carácter privado, Cruz-Coke detalla aspectos que, a su juicio, deben estar presentes en la legislación. "Al crear un instrumento deben existir los medios para la acción. Hoy, por ejemplo, el Consejo de Monumentos Nacionales no tiene los medios. No los tiene para castigar a quienes no cumplen sus mandatos o rayan un monumento (como pasó reciente y reiteradamente con 'Unidos en la gloria y en la muerte', de Rebeca Matte). Debe haber castigo. Y por otro lado, cuando una persona posee una casa patrimonial y no tiene los medios para mantenerla, hoy tampoco se cuenta con apoyos. Entonces, soy partidaria de que, en esos casos, haya una exención real de impuestos, como incentivo para su cuidado, y también de que se otorguen créditos blandos cuando la propiedad necesite reparación. Es decir, otra vez, hay que tener los medios para la acción", remata.
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