La Tercera
El líder de la aplaudida banda, que en mayo vuelve a Chile, habla con Culto de blues, hip hop y rock afroamericano en la era Trump.
Por Andrés del Real
Los primeros minutos de Shade (2017), el sexto álbum de Living Colour, tienen el efecto de un déjà vu. El riff repetitivo de Vernon Reid, la inconfundible voz de Corey Glover y el extracto de un discurso de Malcolm X hacen imposible no pensar en “Cult of personality”, aquel sencillo de 1988 con que el cuarteto afroamericano saltó a la fama, ganó su primer Grammy y llamó la atención del rock mundial. Pero más que un autohomenaje, el regreso de los neoyorquinos es más bien una señal de alerta, un recordatorio incómodo de que en Estados Unidos, al menos para algunos, hay cosas que no han cambiado.
“El rock nunca ha sido respetuoso y me gusta que así sea. La música que me gusta es la que trata los temas que nadie quiere tocar”, dice Glover a Culto, intentando sintetizar las ideas que han mantenido activo a su conjunto desde los 80, y que tres décadas después siguen presentes en Shade, el disco que presentarán el 15 de mayo en el Teatro La Cúpula. Un manifiesto social -y racial- para la era Trump, donde el grupo repasa un siglo de música negra: desde el blues de Robert Johnson y ese funk metal que patentaron años atrás, hasta un cover de Who shot ya?, uno de los más controversiales himnos del fallecido rapero Notorious B.I.G.
“Somos grandes fans de ‘Biggie’ y siempre nos interesó mucho lo que tenía que decir”, explica Glover. “Sus letras fueron crónicas de lo que vivió, pero al mismo tiempo siguen muy vivas. Esa canción tiene 20 años y pareciera que nada ha cambiado”.
– ¿Y el rock ha cambiado en estos 30 años? ¿Hay cabida en el género para músicos afroamericanos?
– Creo que eso sí ha cambiado desde que aparecimos. Hace 30 años sin duda era una rareza ver a afroamericanos haciendo rock, pero al menos aquí veo que cada vez hay más, aunque todavía a mucha gente les parezca extraño que no estén haciendo hip hop, jazz o R&B. Nosotros, al menos, nos hemos mantenido juntos compartiendo la misma visión: después de todo este tiempo sentimos que tenemos algo que decir. He estado en otras bandas pero ninguna habla con esta voz.
– Shade, en ese sentido, ¿es un homenaje al blues o más bien una crónica de estos tiempos?
– Lo que intentamos hacer fue hablar desde el lugar en el que estamos en este preciso momento, y pensamos que el blues es el vehículo perfecto para tratar ciertos temas. Para muchos el blues es la imagen de un viejo con su guitarra, pero casi toda la música que hoy escuchamos viene de allí y nosotros la usamos para salir de la zona de silencio.
– Esta será su cuarta vez en Chile, aunque sus fans no olvidan el primer show en el Estadio Chile en 1993. ¿Ustedes lo recuerdan?
– Sí, fue bastante loco, salvaje incluso. Los fans en Chile son algo especial, saltan y cantan hasta la última canción y fue un honor ser de los primeros grupos de rock en ir a tocar allá después de todo lo que pasó. Por lo mismo estamos muy entusiasmados por volver.
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