El Mercurio
El rapero recibió el Pulitzer de Música, convirtiéndose en el primer intérprete fuera de la música clásica y el jazz en conseguirlo.
Por Patricio Zenklussen Franco
A principios de esta semana, Kendrick Lamar remeció al mundo de la música al convertirse en el primer artista fuera de los círculos clásicos y de jazz en alzarse con un premio Pulitzer, que también se entrega en literatura y periodismo. El reconocimiento, otorgado a su más reciente trabajo, "DAMN." -que además fue uno de los tres más vendidos de 2017-, vino a coronar una carrera que en apenas siete años ha acumulado once premios Grammy y millones de discos vendidos en todo el mundo.
Pero el éxito del rapero va más allá de los logros comerciales y las estatuillas doradas. Lamar ha logrado darle un giro importante al hip hop actual, rescatando elementos que hicieron popular al género en épocas pasadas e incorporando, al mismo tiempo, fórmulas populares en el escenario actual.
"Al final del día, la música no es para mí, sino para la gente que está pasando por situaciones duras y quiere saber que hay alguien en el mundo que se siente de la misma manera", contaba el artista en una entrevista con el comediante Dave Chapelle.
Y es que en su trabajo lírico Lamar se ha empeñado en conectar con las vivencias de las personas: desde la presión de sus pares en sus primeros encuentros con el alcohol en "Swimming pools (Drank)", pasando por conflictos raciales en "The blacker the berry", y hasta relaciones de amor y venganza en "These walls".
"Me fascina ver lo lejos que pueden llegar las ideas. Mi primer disco lo escribí en la cocina de mi madre y ahora viajo por todo el mundo escuchando cómo la gente canta esas letras", le comentó a Chapelle.
La música que acompaña a las rimas también es un aspecto cuidado por el rapero. De la mano de productores como Pharrell Williams y Terrace Martin, Lamar ha desarrollado pistas que se mueven cómodamente por los ritmos urbanos, pero que también incluyen samples e instrumentaciones ligadas a géneros como el jazz. Así, músicos como Kamasi Washington y Robert Glasper participaron con su saxo y piano en "To pimp a butterfly", su tercer disco, considerado un clásico moderno del hip hop.
La colaboración con otros artistas, práctica frecuente en la industria actual, también se puede ver en su música. Con U2 grabó la canción "XXX." y con Rihanna "LOYALTY.", por la cual obtuvo un Grammy. Además, Lamar estuvo a cargo de dirigir la banda sonora del filme "Pantera negra" y participó en el último disco de Beyoncé para la canción "Freedom".
Hoy, y con apenas 30 años, la carrera de Kendrick Lamar aparece como una de las más prometedoras del hip hop y de la música actual. Para algunos, incluso, podría tratarse del mejor rapero que haya existido. Consultado por ese título honorífico, Lamar contestó a la revista Rolling Stone: "Ese es el desafío que me hace seguir adelante. ¿Puedo ganarme a mí mismo? ¿Puedo hacer una rima mejor que la última? De eso se trata todo esto. Si no tuviera esa motivación, me hubiese detenido después de mi primer disco de platino".
Número uno de 2017
"DAMN.", su último álbum, terminó el año pasado en el primer puesto del ranking Billboard 200, donde ya suma 52 semanas.
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