sábado, octubre 20, 2018

El streaming está cambiando tu festival de música favorito

El Mercurio

Lejos estamos de la época en que los grandes eventos de música seguían una línea editorial marcada. En los tiempos de Spotify, la manera cómo se arma el lineup de un festival tiene más que ver con las reproducciones de los artistas en las plataformas virtuales que con el gusto personal de sus organizadores. 

Hernán Carrasco C.
El panorama este año fue casi el mismo: los grandes festivales del mundo lucían en sus lineups a los mismos cabezas de cartel, algo que se está transformando en tendencia en los últimos años.

The Weeknd, Eminem, Jack White, Arctic Monkeys, Odesza, Post Malone, The Killers, Dua Lipa y Travis Scott fueron nombres que se repitieron en festivales norteamericanos como Coachella, Lollapalooza, Bonnaroo, Governors Ball y Outside Lands, y en europeos como Reading & Leeds, Rock Werchter, Mad Cool y Big Weekend. Así los eventos que más diversidad incorporaron en sus lineups este año fueron el español Primavera Sound y el sueco Way Out West. El resto de los festivales tenía prácticamente la misma hoja de ruta.

¿Se están quedando sin ideas los organizadores de estos eventos? ¿O hay algo más que está pasando?

Si bien la respuesta no es solo una, hay un factor casi determinante a la hora de entender esta monotonía para armar un festival de música y ese es el streaming . Son cada vez más los eventos que están apoyándose en la data que les entregan estas plataformas de escucha para determinar a que artistas deben contratar para sus carteles. La ecuación parece ser sencilla: entre más reproducciones tiene un artista, más chances hay que aquellos que lo escuchan regularmente, compren un ticket para verlo en un festival. Tomemos como ejemplo a la cantante británica Dua Lipa. Según datos recogidos en Spotify, la inglesa tiene más de 39 millones de oyentes mensuales en esa plataforma (novena entre las más oídas del planeta) y seis millones de seguidores. Mientras que los cinco lugares donde más se la escucha en el mundo -ordenados por cantidad de streamings - son: Londres, Ciudad de México, Sao Paulo, Santiago y Ciudad Quezón (Filipinas).

Entre la capital chilena y la brasileña, suman 1,2 millones de oyentes mensuales, por lo que podemos decir, sin temor a equivocarnos, que Dua Lipa es un hit en América Latina. ¿Sería raro verla como una de las artistas estelares del próximo Lollapalooza Chile y Brasil? Para nada. Sería una apuesta casi segura por parte de los organizadores. Solo basta que un pequeño porcentaje de aquellos que la escuchan regularmente en nuestro país compre un ticket festivalero para que el negocio sea rentable. Así funciona la modalidad de bookear artistas basándose en la cantidad de reproducciones que tienen. Además, entre más populares sean en ese momento, más "atractivo" se verá el festival.

Bajo esa lógica se puede comprender que artistas como la propia Dua Lipa o Post Malone estén casi en la misma línea en un festival que también tiene a Pearl Jam o Red Hot Chili Peppers en su lineup , bandas mucho más populares y con muchísima más trayectoria que esos jóvenes actos que sólo tienen un álbum en su discografía. Económicamente tener a "lo que está de moda" es rentable, pero ¿qué pasa con la coherencia al armar un festival? Al parecer esa es batalla perdida en la era Spotify.

Pérdida de identidad

El californiano festival Coachella, uno de los más populares del mundo, nació en 1999 como un estandarte para la música alternativa, contratando artistas por su talento y no por su popularidad del momento o por las veces que sonaban en la radio. En su primera edición contó con artistas como Beck, The Chemical Brothers, Tool, Morrissey, Rage Against the Machine, Jurassic 5 y Underworld. Ninguno de esos actos estaba en los primeros lugares de Billboard.

La apuesta en ese entonces era hacer un festival con una línea editorial marcada y apegada a "lo alternativo". Un festival con identidad propia. Diecinueve años después, el cartel de Coachella 2018 entrega en sus primeras líneas nombres como The Weeknd, Kygo, Beyoncé, Post Malone, Eminem, Odesza, Cardi B y Brockhampton. Varios de ellos están en puestos de avanzada en el Billboard. La identidad que alguna vez tuvo ese festival se perdió hace años atrás. Algo similar ocurrió con Bonnaroo, festival que se realiza todos los años en Tennessee, Estados Unidos. Hasta hace unos años atrás era poco probable que este evento que se centraba más en el folk y lo alternativo -y que 2013 juntó a Paul McCartney, Tom Petty & The Heartbreakers, Björk, Mumford and Sons, Wilco y Wu-Tang Clan como headliners - tuviera en sus puestos de avanzada a actos de música electrónica como Bassnectar o Kaskade, ambos protagonistas de su edición 2018. En la misma línea aparecen la ya mencionada Dua Lipa y Khalid, otro de los artistas jóvenes más streameados del momento. ¿Sus cabezas de cartel de este año? The Killers, Eminem y Muse, nombres que se repitieron en varios festivales más este año.

Este monótono panorama se repite prácticamente en todos los eventos musicales; por lo tanto, el público ya no encuentra grandes diferencias a la hora de elegir a qué festival asistir. Lo que vende ahora es la "experiencia". ¿Quieres ir donde tocan los artistas más populares de Spotify y que en el público haya celebridades? Coachella es tu lugar. ¿Quieres disfrutar de buena comida y ver a esos actos de música electrónica que dominan los rankings? Outside Lands en San Francisco puede ser tu festival. Es por esa razón que en los últimos años estos eventos también han aumentado sus ofertas en el ítem de la "experiencia". Así nacen los pases festivaleros con derecho a palcos preferenciales, comida y transporte motorizado al interior del festival. Algunos incluso ofrecen ver el show desde un costado del escenario. Esos tickets los encontrarás con nombres como Platinium, Gold, Diamond y VIP. Al parecer a la gente ya no le importa tanto si el lineup tiene a esas bandas que los emocionan, lo que cuenta es estar ahí y poder subirlo a las historias de Instagram.

Ha llegado a tanto la influencia de Spotify en la actividad festivalera que la aplicación es capaz de usar el historial de las canciones que escuchas para encontrar tu festival "ideal". A través de una alianza con el sitio web Festicket, tus hábitos de escucha te permiten encontrar tu evento "ideal", conseguir pasajes hacia ese lugar y las acomodaciones necesarias para hospedarte esos días festivaleros. Todo eso con un sólo clic. Festicket tiene en su base de datos más de mil festivales en más de cincuenta países y según información de su página, desde 2012 han hecho viajar a casi un millón de personas alrededor del mundo para ver a sus artistas favoritos. Algo que están tomando en cuenta los organizadores de estos eventos, donde ya empiezan a acuñar el término "Spotify friendly" -utilizado también en los sellos discográficos- para referirse a los artistas que podrían darles un buen rédito económico si son parte de su festival. En la era de Spotify todo cambia, incluso tu festival de música favorito.

¿A qué festival voy?
El público ya no encuentra grandes diferencias a la hora de elegir a qué festival asistir. Lo que vende ahora es la "experiencia".

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