lunes, octubre 08, 2018

La ruta de la nostalgia: Colecciones de música y cine que se esconden en el centro de Santiago

El Mercurio

Son miles los discos originales, cintas de celuloide y afiches de época en dos locales que existen en los barrios Lastarria y Bellas Artes. 

JAVIERA GARAY A.
Sady Osorio, dueño de una tienda de vinilos y objetos vintage de películas en calle Monjitas, recuerda cuando hace más de 20 años la actriz Julie Andrews le firmó un programa de "Victor-Victoria", luego de ver el musical en Broadway y esperarla a la salida del teatro por varias horas.

Ese autógrafo es solo uno de sus miles de tesoros, que se suma a los afiches, fotos, revistas, vinilos y películas, todos originales y de época, que hace cuatro años empezó a vender en su local Music and Memories.

"Llevo cincuenta años coleccionando estas cosas. Partí a los 10. No tenía idea que iban a valer algo. Me empezó a gustar todo esto desde que vi 'La novicia rebelde'", dice Osorio, quien no niega su afición por los musicales y el cine.

En los años 90, estuvo a cargo de la producción musical de "Martes 13", y después, de programas como "Viva el Lunes", "Bravo Bravísimo" y "Vértigo".

En 2010 dejó esas labores. "Me fui porque cambió todo. Lo que yo sabía a nadie le interesaba y también perdí interés en lo que se estaba haciendo", admite.

El tiempo libre y material acumulado en sus días de productor impulsaron, según cuenta, la idea de vender parte de su colección.

Osorio ofrece cosas difíciles de encontrar, como una serie de discos de 45 RPM (vinilos miniatura con un solo single), con carátulas pintadas y de música chilena. Entre otros ítems de su tienda, hay un vinilo sellado de Elvis Presley y uno de 45 RPM de la periodista creadora de la revista Ritmo, Pilar Larraín, que pocos saben que partió su carrera como cantante y compositora.

Varias son las figuras que han llegado hasta su tienda, como la actriz y cantante Carmen Barros, la actriz argentina Erica Rivas ("Relatos Salvajes"), la coreógrafa de Broadway Baayork Lee, el músico Claudio Narea (Los Prisioneros), y la cantante y comediante Gloria Benavides.

"La gente que nació comprando por internet no sabe la satisfacción que uno siente al hurguetear en un boliche como este. Hay algunos que entra aquí por casualidad y quedan paralogizados. Lo que a mí me motivó a poner este local fue justamente esa minoría que anhela descubrir, tocar", explica Osorio.

Volver a ser niños

En calle Mac Iver hay otra tienda que apunta a la nostalgia: Westcoast Motion Pictures.

Pósters de películas, esqueletos plásticos y un tren colgante decoran su interior. "Esta es una tienda donde los adultos vuelven a ser niños y los jóvenes conocen de qué les hablábamos los adultos", dice Mario del Villar, su dueño.

Consta de dos pisos, donde hay cinco mil títulos de cine, 400 vinilos originales; los únicos proyectores, repuestos y películas de celuloide de 8x8 a la venta en Chile, afiches de cine, cómics, juguetes y trenes que funcionan.

El recorrido empieza en el primer nivel y avanza hacia el subterráneo. Allí, un proyector exhibe un fragmento de "The good, the bad and the ugly", un western original en inglés. Del Villar proyecta clásicos del cine a sus clientes antes de invitarlos a revisar tres salas con pósters de películas, vinilos, cómics y juguetes que recordarán la infancia de aquellos nacidos entre 1960 y 1990.

"Hace por lo menos 30 años, mucho antes de que se pusiera de moda 'El Precio de la Historia', teníamos esta tienda. Viajamos una vez al año con mi señora a Estados Unidos, arrendamos una camioneta grande y salimos a recorrer pequeñas ciudades buscando cosas", dice.

Del Villar buscaba en ese tiempo, también, traer a Chile películas de vaqueros, cine clásico e independiente. "Trajimos las primeras seriales que se daban por episodio los domingos en los cines de barrio y fue un boom , nadie se imaginaba que llegarían esas cosas. Las tradujimos, las subtitulamos y fue así como creamos Westcoast Motion Pictures", relata.

Tuvo 12 sucursales, en distintas comunas de Santiago, en las cuales arrendaba películas. "Hasta la llegada de las grandes cadenas", comenta resignado.

Así, el negocio se tornó más hacia los objetos de colección y se instaló en su actual ubicación.

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