El Mercurio
La cantante colombiana se presentó anoche ante 45 mil personas en el Estadio Nacional y repasó los principales éxitos de su discografía en un show que recompuso un inicio débil.
José Vásquez
El calendario da vueltas hacia atrás y llega hasta el comienzo de su vida. Las pantallas gigantes del austero escenario muestran un rápido recorrido fotográfico por la historia de Shakira, desde que era una bebé hasta su presente, que la refleja convertida en una artista global que repleta cada escenario que pisa.
Casi puntual, apenas unos minutos después de las 21 horas, la cantante colombiana aparece energética desde el fondo del montaje empujada por una remixada versión de "Estoy aquí", recordando así, desde el inicio, el primer éxito de su carrera que sin detenerse empalma con una explosión de confeti y el tema "¿Dónde estás corazón?", como hilvanando en orden cronológico el recorrido musical de sus sencillos cuando saltó a la fama en 1995 con su álbum debut "Pies descalzos".
El sonido al comienzo no es bueno y la voz de la artista se escucha apenas como unos balbuceos, pero las 45 mil personas que colmaron el Estadio Nacional reaccionan ante la fiesta del papel picado que cubre gran parte del campo antes de que las luces desaparezcan y todo quede a oscuras otra vez. Por los amplificadores se comienzan a oír los gemidos que preceden a los aullidos de "Loba", que de pronto dejan ver a una Shakira encadenada sobre un cubo al centro del escenario. La escena transcurre a un ritmo tribal, un cuadro pop no demasiado elaborado, donde se libera rápidamente sacudiendo sus caderas.
La cantante baila robótica y se apodera por primera vez de la pasarela que se interna en la cancha. El pulso del inicio del tema es electrónico, con una Shakira que apoya su voz en pistas antes de mutar a un pop latino con su "Si te vas", de su último disco "El Dorado", lanzado en 2017 y que recién en junio pasado pudo salir a mostrar en vivo tras superar una hemorragia en sus cuerdas vocales que la había obligado a detener todo. Shakira utiliza esta parte del show para recordar los momentos difíciles que vivió por esto -"Si estoy aquí es por ustedes", dice- y continúa con "Nada".
Lo que sigue es su lectura del reggaetón con "Perro fiel", acompañada a través de las pantallas gigantes del escenario por Nicky Jam. El sonido mejora al llegar a las baladas como "Underneath your clothes" y recién en "Inevitable" la voz de la cantante se escucha con claridad, cuando una parte del público comienza pedir a coro su regreso a Viña del Mar, aunque ella no les presta demasiada atención.
La fiesta se vuelve urbana también en temas como "Me enamoré" y "Chantaje", con la compañía virtual de Maluma, con la que cierra el primero de los cuatro actos de su espectáculo.
Shakira se cambia por primera vez de ropa y vuelve para uno sus roles más reconocibles: vistiendo un caderín quiebra su cintura en una danza árabe antes de interpretar "Suerte", de la época en que inició su entrada al mercado anglo ("Whenever, wherever"). De ahí otro cambio de vestuario para la balada "Tú" y "Antología" -en modo unplugged, esta última desde la pasarela y que resultaron sus mejores interpretaciones- antes del último tramo dedicado a otra batería de éxitos bailables.
Antes había pasado "La tortura", que grabó a mediados de 2000 con Alejandro Sanz cuando los ritmos urbanos todavía no eran la religión continental y luego vino su repaso a los himnos futboleros que la transformaron en la voz de los mundiales de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014: el "Waka waka (esto es África)" y una desechable "La La La", respectivamente.
Para el bis, la cantante volvió para cerrar un show de una hora y 50 minutos con "La bicicleta", uno de los mejores temas de su repertorio que grabó junto a Carlos Vives y que cerró un espectáculo otra vez bajo la lluvia del papel picado. Entre los asistentes estuvo el Presidente Sebastián Piñera.
Viaje en familia
Shakira había arribado a Santiago el domingo a las 18:00 horas acompañada de sus dos hijos, Sasha y Milan, producto de su relación con el futbolista del Barcelona Gerard Piqué. Los niños la habían estado acompañando durante el viaje, pero ya el lunes regresaron a España.
La cantante, durante su estadía en Santiago, permaneció descansando en su habitación del Hotel Ritz y ayer la única actividad que tenía contemplada era salir hasta el coliseo de Ñuñoa para realizar su espectáculo.
La cantante no hizo mayores peticiones antes de su espectáculo, que tuvo un listado sencillo que incluía una camilla para masajes y velas con aroma a vainilla, entre otras cosas.
Con Fran Valenzuela La cantante fue el número de apertura ayer en el Estadio Nacional, realizando un set de 45 minutos con canciones como "Afortunada", "Peces" y su último sencillo "Tómame".
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