Gustavo Becerra |
Por Álvaro Gallegos
Era agosto de 1970, y en el segundo Festival de la Nueva Canción Chilena se produjo un hito que marcaría la creación musical nacional por venir. En ese escenario se estrenó Santa María de Iquique, obra que su autor, el compositor Luis Advis, denominó “cantata popular”. Fue la consumación total del flirteo que se venía dando desde un poco antes, entre los artistas del movimiento que renovó la música de raíz folkórica, y los compositores de la tradición escrita.
El impacto de “la cantata”, como la conocen muchos, fue tal, que abrió toda una línea de creación explorada por compositores chilenos hasta hoy. Después vinieron más obras emblemáticas, como Canto para una semilla, del propio Advis, y La Fragua de Sergio Ortega; otras inconclusas, entre ellas Cantata del Carbón de Cirilo Vila, y algunas que simplemente quedaron inéditas.
Entre estas últimas, una que dejará ese estatus ahora. Justo 40 años después de ser compuesta, la cantata “Allende”, concebida para el conjunto Quilapayún, tendrá su estreno absoluto este martes 9 de octubre en el Parque Cultural de Valparaíso, como parte del Festival de Música Contemporánea Darwin Vargas, que organiza el Instituto de Música de la PUCV. El texto es de Eduardo Carrasco (1940), líder del mencionado grupo chileno, y la música es de Gustavo Becerra (1925-2010), una de las figuras claves de la composición en Chile, y quien fuera profesor de Advis.
Un documento histórico
Dos grupos de la V Región, Su-Venir y Tinku, serán los encargados de mostrar por primera vez al público esta obra que ensalza a la figura del ex presidente, bajo la dirección de Félix Cárdenas, quien es además el curador del festival porteño. “Quisimos rescatar este documento histórico”, explica Cárdenas, “primero por tratarse de uno de los compositores más importantes de nuestra historia, como es Becerra, y segundo, porque al ser el lenguaje de la Nueva Canción nos permite enganchar con nuevos públicos para nuestro festival”.
Desde Francia, Eduardo Carrasco lamenta no estar presente para el estreno y relata el origen de la obra: “Gustavo había escrito varias cosas para nosotros, como la canción “Memento”, la fuga vocal “Revolución” y la cantata “Américas”. Un día se me ocurre presentarle este texto en homenaje a Allende, y a él le encantó, notando de inmediato su potencial como libreto para una nueva cantata”.
“Hizo una primera versión, y le sugerí algunos cambios”, prosigue Carrasco. “Le pedí que recompusiera la canción final para que quedara más grandiosa, más dramática”, dice y añade que este cierre es “un himno de esperanza que va subiendo de las notas más bajas, hasta las más altas que podíamos dar”.
El proyecto se truncó por un tema económico. “Llegamos a armarla entera, pero no encontramos financiamiento ni para presentarla en público, ni grabarla en disco”, se lamenta Carrasco, por lo que encuentra que “es fantástico que no se pierda, y la gente pueda finalmente conocerla, ya que es contundente, y refleja la evolución de Quilapayún como el único grupo de la Nueva Canción que ha experimentado en formas más elaboradas”.
El texto dista de ser explícito y panfletario, dice Félix Cárdenas. “Es alegórico, muy poético, pero tiene ingredientes de relato histórico”, apunta. Carrasco lo describe como “un relato a través de un diálogo entre personajes simbólicos, denominados El Amor y Una Voz, donde se narra y se comenta la muerte de Allende”.
En lo musical, Cárdenas advierte que “en muchos aspectos es similar a la cantata “Santa María”, pero con momentos bastante experimentales, usando armonías modales, a ratos eludiendo tonalidades, e incluso hay una parte electroacústica”. Carrasco lo explica así: “Para Gustavo había ningún límite creativo, él combinaba todo tipo de recursos”.
Otro rescate patrimonial
Hace treinta años falleció prematuramente Darwin Vargas (1925-1988), funcionario bancario devenido en compositor, que logró cierto reconocimiento en los años sesenta, con obras premiadas en los Festivales de Música Chilena de la Universidad de Chile. Probablemente nunca imaginó que, a contar de 2003, su nombre adornaría uno de los más originales y consolidados encuentros de música contemporánea del país.
Conjuntos y solistas chilenos, además de invitados internacionales, presentarán estrenos de compositores chilenos, además de obras de autores referenciales como Toru Takemitsu, Frank Zappa, Alban Berg y Sofia Gubaidulina. “Este año buscamos fortalecer la línea histórica, y por eso se incluyen, además de Becerra, a Alfonso Letelier y José Vicente Asuar”, explica Cárdenas.
Precisamente de Asuar será Luis Alberto Latorre el encargo de interpretar sus Invenciones para piano el jueves 11. Más conocido por impulsar la electrónica en este país, sus obras puramente instrumentales están siendo revalorizadas. Latorre opina que “es importante mostrar esta otra faceta de un compositor genial”. Y describe las piezas como “un trabajo de joyería en el material rítmico”, a la vez que “es una elaboración musical increíble, que tiene algo de Hindemith”.
Los conciertos son gratuitos y se llevan a cabo a las 19 horas en el Parque Cultural de Valparaíso (lunes 8 y martes 9), CENTEX (miércoles 10), y Cine Arte Viña del Mar (jueves 11 y viernes 12). Habrá además conferencias, talleres y mesas redondas. El detalle de la programación en www.imuspucv.cl.
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