miércoles, octubre 31, 2018

Juan Allende-Blin es el nuevo Premio Nacional de Música


El Mercurio

Antes de radicarse, en 1957, en Alemania, donde hoy es una figura capital, este compositor marcó a toda una generación de músicos chilenos. A sus 90 años, prometió venir a la ceremonia en diciembre. 

Por Romina de la Sotta Donoso

Fueron casi dos horas de deliberación, pero la decisión final fue unánime. El compositor referencial Juan Allende-Blin (1928) recibirá el Premio Nacional de Artes Musicales 2018, convirtiéndose así en el vigesimoséptimo galardonado desde 1945, cuando lo recibió su tío, el compositor Pedro Humberto Allende.

El premio incluye más de $20 millones y una pensión vitalicia mensual de 20 UTM.

"Me emociona mucho, porque confirma mis raíces con este país donde nací y donde viví cosas que me marcaron para siempre (...) Muchas gracias. Estoy muy, pero muy emocionado", declaró Allende-Blin cuando lo llamó por teléfono la ministra de las Culturas, Consuelo Valdés, integrante de un jurado que completaron el director orquestal Juan Pablo Izquierdo, Premio Nacional de Música 2012 -en reemplazo del último galardonado, el fallecido Vicente Bianchi-; el compositor y pianista Andrés Maupoint, por la Academia de Bellas Artes; el prorrector de la U. de Chile, Rafael Epstein, y el rector de la U. Católica de Temuco, Aliro Bórquez.

Extenso catálogo

Allende-Blin estudió con Fré Focke, discípulo de Anton Webern, y con Olivier Messiaen. En los años 50 vivió y enseñó en Santiago, y a fines de esa década se instaló a trabajar en la NDR de Hamburgo, y luego en Essen, donde vive hasta hoy.

Autor de un extenso catálogo, ha recibido numerosos premios y condecoraciones, inclusive la Cruz al Mérito de la República Federal Alemana, en 1999, y es uno de los compositores más respetados en ese país. De hecho, solo este año ya le han dedicado cuatro conciertos monográficos, por los 90 años que cumplió en febrero.

Aunque no reside en Chile desde 1957, su obra siempre ha sido programada en nuestro país, y con mayor intensidad en la última década. En 2009 fue la primera audición en Chile de "Expulsados del país", una obra dramático-musical que estrenó en Berlín, en 1978, y que trata el dolor del exilio de los poetas. Otro hito fue el festival de 2017 en el cual se le dedicaron cuatro conciertos, y cuando la Orquesta Sinfónica e Izquierdo tocaron "Transformaciones I" y la reconstrucción que el chileno hizo de la ópera inconclusa de Debussy con textos de Poe, "La caída de la casa Usher", uno de sus trabajos célebres. También recibió la Orden al Mérito "Pablo Neruda".

En el anuncio oficial de ayer, Izquierdo ofreció una reseña de Allende-Blin. Primero, recordó el impacto de sus clases de Análisis en los años 50 en la U. de Chile: "Fue tremendo, porque era un gran compositor, un gran musicólogo y un gran pedagogo. Para él no hay diferencia en los tres trabajos, él tiene una cultura renacentista que abarca todo. Ha sido un gran defensor de los derechos humanos, en nuestro país y en Alemania, siempre atento a la realidad e interpretando esa realidad a través de sus obras, como una continuidad de nuestra tradición musical de Occidente. Su elección enaltece este premio".

Destacó también que Allende-Blin fue quien introdujo en Chile la música de Webern, Schoenberg, Berg, Messiaen y Stockhausen. "Conocía todo ese mundo y muy bien, con la mecánica interior de la música. Para nosotros ha sido un ejemplo de vida. Recuerdo las reuniones en su casa donde estábamos León Schidlovsky, Fernando García, Fernando Rosas y yo -todos premios nacionales-, donde siempre pensaba antes de decir las cosas", agregó Izquierdo.

Coincidió el tenor y profesor de canto en la U. de Chile, Hanns Stein: "Es una elevación del premio que lo reciba un músico de categoría mundial como Juan Allende-Blin. Este año, en Alemania publicaron un libro donde se da cuenta de un largo diálogo entre dos musicólogos muy conocidos y Juan, que se llama 'Siempre hay también un motivo político'. Él ha dedicado gran parte de su labor a aclarar lo nefasto que fue el nazismo para la cultura alemana y ha investigado y recuperado valiosas obras de compositores prohibidos, perseguidos y en algunos casos asesinados por los nazis".

Se sumó el musicólogo Luis Merino: "Desde sus inicios su obra presenta un lenguaje creativo propio y original de vanguardia. Como artista ciudadano ha vinculado su música con la problemática histórica, social y cultural de Chile".

Allende-Blin conversó también con "El Mercurio". "Estoy un poco cansado, usted comprenderá, no pensaba recibir este premio, y para mí ha sido una emoción muy grande", confesó. Agradeció a Izquierdo y a Stein. "Han sido mis intérpretes, en todo el sentido de la palabra, para volver a tener una relación cercana con Chile. Nunca he olvidado mis raíces. Y a pesar de mis años y de mis achaques, quiero tanto viajar para recibir el premio de manos del Presidente de la República, que creo que estaré en condiciones de hacerlo", prometió. La ceremonia sería en diciembre.

-¿Sigue componiendo?

"Por supuesto, todos los días. Lo último que escribí es una Cantata para soprano y órgano, sobre versos de Paul Celan".

 Posibles cambios

"A juicio de todos los miembros del jurado ha sido especialmente difícil la elección por los candidatos de gran jerarquía en todas las áreas, tanto música docta como popular (...). Nos hubiera gustado entregar más premios, pero desgraciadamente esta distinción es una sola", declaró ayer la ministra de las Culturas Consuelo Valdés.

"Queremos ver la posibilidad de que sea anual y también de ir quizás alternando la música docta con la música popular. Lo vamos a analizar", agregó. Asimismo, confirmó a "El Mercurio" que el espacio legítimo para esa discusión es el nuevo Consejo Nacional de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, que debiera instalarse en noviembre.

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