El Mercurio
Los músicos presentaron anoche en el Movistar Arena, ante más de 10 mil personas, su álbum "44/876", además de sus éxitos propios.
José Vásquez
La partida no fue inglesa a pesar de iniciar con uno de los clásicos solistas de Sting. Pasadas las 21:20, el británico aparece por uno de los costados del escenario del Movistar Arena y por el otro, su nuevo colega, Shaggy, quien empieza como un animador de masas antes de la primera de la noche: "Englishman in New York" que a medio camino muta a "Jamaican" en la Gran Manzana, con el músico caribeño sacando una bandera de su país del bolsillo, que sacude para dejar más que claros sus orígenes.
El nuevo socio del otrora líder de The Police asume el trabajo de ser quien agite al público pidiendo palmas -algo de lo que no precisa el británico-, mientras su compañero, siempre con su bajo pegado a la cintura, sube la intensidad con el primer clásico de su exbanda, "Every little thing she does is magic", que puso por primera vez de pie al público, que permaneció sentado en un importante porcentaje del show mientras pasaban los temas que impulsaron el inédito proyecto.
No son necesariamente mundos opuestos, pero la reunión de Sting con Shaggy generó una extrañeza que se resuelve fácil en su punto de encuentro: el pulso reggae jamaiquino. En abril pasado lanzaron su álbum titulado "44/876" -los códigos telefónicos de Inglaterra y Jamaica- y salieron a recorrer Europa y Estados Unidos, antes de recalar anoche en Santiago frente a más de 10 mil personas en el gran domo del Parque O'Higgins.
Las canciones de este trabajo se sostienen dignas en directo y así pasan la homónima "44/876", "Morning is coming" y una aplaudida "Gotta get back my baby", con un impecable apoyo desde el coro.
Pero esta amistad en vivo asoma asimétrica en cuanto al predominio en el listado de canciones propias, donde Shaggy incluye temas en una proporción absolutamente menor, como "Angel", "It wasn't me" y una "Boombastic", innecesariamente mezclada con "Roxanne", que antes del bis se termina desinflando como un desafortunado remix discotequero.
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