El Mercurio
"El Mercurio" vio en Chicago la gira con la que la cantante colombiana regresa al país este 30 de octubre. Un show dinámico, concentrado en sus hits y con una artista poseída por el baile.
José Vásquez
Chicago El recinto es una arena multiuso, pero cada rincón recuerda la gloria. El United Center de Chicago es el hogar de los Blackhawks, de la NHL, la liga de hockey sobre hielo estadounidense, y también de los populares Chicago Bulls, de la NBA, donde hizo historia Michael Jordan, quien aparece en uno de los pasillos de ingreso, materializado en una gran estatua volando hacia un clavado.
Adentro hay más representaciones de figuras como Scottie Pippen y toda clase de merchandising que de pronto se comienzan a latinizar con un pelotón de camisetas amarillas de la selección de fútbol colombiana, banderas de ese país, de México y de diferentes naciones de Centroamérica, instaurando por paliza el idioma español muy cerca del centro neurálgico de la ciudad.
Shakira repleta el arena con capacidad para más de 23 mil personas en el tramo estadounidense de su gira "El Dorado", titulada igual que su último disco, lanzado en mayo de 2017. Un tour repleto de éxitos y que debió postergar su comienzo planificado inicialmente para noviembre de 2017 por una hemorragia en las cuerdas vocales de la cantante, que entonces derrumbó todos sus planes artísticos y que recién retomó en junio pasado. Un viaje que la tendrá de regreso en Chile donde se presentará el próximo 30 de octubre en el Estadio Nacional, el mismo recinto donde actuó por última vez en el país en 2011.
Ni ciega, ni menos sordomuda
El inicio es visual, con un recorrido fotográfico de su vida, desde que era bebé. El escenario en apariencia es simple, aunque de grandes dimensiones con una gran pantalla gigante posterior, que a cada costado tiene otras pantallas circulares proyectando los momentos en la historia de la intérprete, que de pronto aparece brincando y cantando al ritmo de una remixada versión de "Estoy aquí" que empalma de inmediato con otro éxito de su primera etapa artística, "¿Dónde estás corazón?", los dos primeros sencillos de su carrera lanzados hace 23 años.
Pero el recorrido cronológico se quiebra de inmediato saltando de lleno a su período bilingüe modelo siglo 21. El montaje se oscurece y por los monitores se oyen aullidos de lobo. Hay efectos de humo que simulan niebla y la colombiana aparece encadenada al centro del escenario antes de liberarse con sus conocidas contorsiones de cadera para interpretar "She wolf".
El escenario tiene una extensa pasarela que Shakira recorre durante todo el espectáculo, bailando energética durante gran parte del concierto, apoyada por una banda de cinco músicos que la acompaña en esta batería de éxitos que vuelve al español para "Si te vas" y "Nada", tema de su último álbum, en el que hace una pausa para agradecer al público por estar junto a ella "en los tiempos buenos y malos, sobre todo en los últimos meses, donde pensé que no iba a poder estar frente a ustedes otra vez", dice, haciendo referencia a sus problemas vocales que cada vez que se acerca el micrófono ahora demuestra superados.
La fiesta sigue con su acercamiento al reggaetón de "Perro fiel", grabada junto a Nicky Jam que se hace presente por las pantallas y de ahí de regreso al inglés con la balada "Underneath your clothes". La energía vuelve a subir con "Me enamoré", también a ritmo urbano, para luego dar paso a otra balada de su primera etapa, "Inevitable", incluida en su segundo álbum, "¿Dónde están los ladrones?". Un ritmo zigzagueante para un primer tramo del show que cierra otra vez con el reggaetón de "Chantaje", éxito que grabó a dúo con Maluma, antes de desaparecer del escenario para su primer cambio de vestuario.
Shakira vuelve con su conocido caderín en la cintura para bailar "Whenever, whenever" que explota en confeti, para luego desaparecer para otro cambio de vestuario y regresar con una guitarra que trae impresa a su familia para cantar "Amarillo", un instrumento que proyecta por las pantallas gigantes como para acallar los rumores de problemas con su esposo, el futbolista del Barcelona Gerard Piqué.
Luego pasan "La tortura", que grabó con Alejandro Sanz; "Can't remember to forget you", a ritmo de reggae -que finaliza con ella tocando la batería-, y un mix de los temas "Loca" y "Rabiosa" antes de los himnos de los mundiales de fútbol de Brasil 2014 "La La La" y Sudáfrica 2010 con el "Waka Waka", muy cerca del final para despedirse por primera vez.
Regresa en un bis desde un pequeño segundo escenario ubicado al final de la cancha para cantar desde ahí "Hips don't lie" y luego volver junto a su banda para acabar todo con otra explosión de confeti y "La bicicleta", que grabó junto a Carlos Vives, cerrando una fiesta que bordeó las dos horas de duración.
Invitada nacional
Francisca Valenzuela será la artista que abrirá el concierto de Shakira en el Estadio Nacional, mismo recinto en el que coincidieron en 2011 para la última vez de la colombiana en el país, durante el denominado Pop Festival.
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