El Mercurio
La pianista china que cautiva con su virtuosismo y apabullante presencia física se refiere a su debut este domingo en el Municipal de Santiago.
Maureen Lennon Zaninovic
Por estos días, China está en el tapete de la noticia no solo por una guerra comercial con Estados Unidos, sino que también por sus talentosos pianistas. Lang Lang (1982) y Yuja Wang (1987) son dos exitosos ejemplos de un virtuosismo que se conjuga con un auténtico fenómeno de masas. Es sabido que Wang, nacida en Beijing, estudió en el conservatorio de esa ciudad, pero a los 12 continuó su formación en Occidente, primero en Canadá y después en los Estados Unidos (se graduó en el célebre Instituto de Música Curtis de Filadelfia).
Junto a una importante discografía bajo el sello Deutsche Grammophon, la artista china cuenta con una impactante agenda de presentaciones con las orquestas más prestigiosas del mundo, entre otras, la Filarmónica de Londres. "Mi vida es un iPad", señaló en un reciente documental, haciendo referencia a su intenso ritmo laboral, con muchos viajes en avión, por lo que su tableta electrónica se ha convertido en un segundo hogar.
Su presencia física tampoco suele pasar desapercibida. Hace algunos días, en el Teatro Colón de Buenos Aires, sorprendió a la audiencia con un vestido largo, de brillos azules y formas de dragón. En la segunda parte del concierto, cambió el largo por una diminuta falda roja. "Las sopranos suelen cambiarse de ropa entre la primera y la segunda mitad de un recital, pero difícilmente una pianista. Wang lo hace, es parte de su show, y con esto no se quiere rebajar la calidad de su actuación. Yuja Wang es una intérprete deslumbrante, y lo que hizo en la segunda mitad del programa con la Sonata N° 6 de Prokofiev fue sencillamente magistral, enérgico y sutil por partes iguales", escribió Federico Monjeau, crítico del diario Clarín.
"No pienso ni en el estilo ni en la interpretación: solo pienso en sentirme creativa y confiada. Cada vez que entro al escenario es un acto de transformación", señala a este diario la propia artista en una entrevista -vía correo electrónico- a días de su debut en el Municipal de Santiago. En el marco de los espectáculos extraordinarios, Yuja Wang tocará este domingo, a las 19:00 horas, un programa que incluirá -entre otras piezas- la Sonata para piano N° 3 de Chopin y la Sonata para piano N° 6 de Prokofiev.
"Chopin es uno de mis compositores favoritos. Me encanta. Lo toco desde los 6 años. Él fue la razón por la que decidí tocar el piano: su música realmente me conmueve. Incluí también a Prokofiev, por la energía y rebeldía que respiran sus obras. Lo que me apasiona de ambos compositores es que si bien son innovadores, al mismo tiempo son extremadamente clásicos. Este repertorio tiene que ver con mis músicos predilectos, pero también con la posibilidad de mostrar lo que más me gusta en mi debut en Latinoamérica. En Chile, además, cerraré mi gira latinoamericana y para mí eso tiene una connotación especial", añade.
Aunque el Municipal anunció en su página web el programa que ofrecerá en el teatro de Agustinas, es sabido que a Yuja Wang le gustan las sorpresas y puede acabar -como lo hizo en una presentación reciente en el Carnegie Hall de Nueva York- con una apoteosis de siete bises."Es algo que no se planea. Es algo que surge de manera espontánea", advierte.
Al preguntarle por el boom de pianistas asiáticos, admite que "efectivamente hay mucha competencia en China. Yo la viví en carne propia, pero también para mí el piano -además del aspecto artístico- ha sido una maravillosa herramienta de autoconocimiento y una manera de acercarme a la sabiduría y paz de nuestros antepasados. Tuve la suerte, además, de crecer en un ambiente muy musical: mi papá tocaba jazz y mi mamá era más cercana a los ritmos tradicionales. Crecí escuchando a Chopin, a Tchaikovsky y a Rachmaninoff".
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