El Mercurio
MARIO VALLE
Arraigado en el inconciente colectivo local y mundial gracias al impacto que ha tenido de generación en generación la película de 1965, protagonizada por Julie Andrews y Christopher Plummer, y por sus hermosas y pegajosas canciones, "La novicia rebelde" vuelve a la escena nacional. Ya tuvo una primera versión profesional en 2012, que es superada por esta, que demuestra, además, cómo ha ido mejorando la puesta en escena en el país de musicales; un género complejo por naturaleza.
Esta obra se basa en la novela de María Von Trapp "La historia de los cantantes de la familia Von Trapp", de título original "The Sound of Music" y traducida en Hispanoamérica como "La novicia rebelde" y "Sonrisas y lágrimas". Con música de Richard Rodgers, letras de Oscar Hammerstein II y textos de Howard Lindsay y Russel Crouse, debutó en Broadway en noviembre de 1959 y obtuvo 5 premios Tony, incluyendo el de Mejor Musical. Cinco años más tarde se estrenó el filme de Robert Wise, que ganó el Oscar a la Mejor Película y se convirtió en uno de los musicales más exitosos de la historia.
De ahí en adelante, la pieza se ha representado constantemente en numerosos países, siempre logrando un éxito de taquilla.
Esta vez llega a la escena local de la mano del director Eduardo Yedro, quien ya había sorprendido con los montajes de "Cats" (2012), "Annie, la huerfanita" (2017) y "Mamma Mia!", durante el primer semestre de este año.
"La novicia rebelde" es una pieza de altas exigencias interpretativas, principalmente musicales. Y aquí se cumplen a cabalidad. Las partes corales resultan perfectamente afiatadas y armónicas, como es el caso de las escenas de los niños y, en especial, las de las religiosas.
En el papel de María, la actriz argentina Milagros Andaluz demuestra su oficio y experiencia en el género. Ha participado en varios musicales y fue Liesl, la hija mayor, en la adaptación trasandina de "La novicia..." de hace algunos años.
Y una grata sorpresa actoral y vocal resulta Santiago Meneghello, quien interpreta al capitán Georg Von Trapp. Se podría haber pensado que por su juventud no daría con el personaje (un hombre sobre los 40 años y padre de siete hijos), pero lo interpreta con prestancia y carácter, ejecutándolo acertada y correctamente.
El resto del elenco resulta adecuado, en particular Felipe Contreras como el tío Max Detweiler, en un registro que no se le conocía. Cecilia Barrientos, como la madre superiora, y Catherine Mazoyer, en el rol de la baronesa Elsa Schraeder, interpretan a los mismos personajes que en la versión anterior.
Este es un montaje que, aunque tradicional, se apoya adecuada y sobriamente en la tecnología, donde en la escenografía constituye un gran aporte. Las visuales proyectadas son hermosas y algunas insinúan movimientos. Un buen complemento de ello es el apoyo que brinda el juego de luces, dando la sensación de una tercera dimensión. Muy diferente a la versión anterior, en que dado lo pequeño del escenario todo se veía y parecía atiborrado. Ahora, el mayor espacio permite un mayor lucimiento y mejores desplazamientos.
Un detalle de la producción, que en nada afecta al conjunto, es el hecho de que las monjas usan tacos y la novicia tiene su larga cabellera suelta. Claro que el mundo y la Iglesia han cambiado, pero no hay que olvidar que la acción se sitúa a fines de los años 30, en el siglo pasado y en la antesala de la Segunda Guerra Mundial.
Esta "Novicia rebelde" es una cuidada y fina producción, donde también resaltan el vestuario y las coreografías. Un paso adelante en materia de producción de musicales en Chile. El mismo equipo se ha puesto la meta de llevar a escena el próximo año "Billy Elliot", un desafío aún más difícil.
Un dato, no resulta aconsejable para menores de 8 años, básicamente por la extensión de dos horas y 35 minutos.
Teatro Municipal de Las Condes. Miércoles a sábado, a las 19:30 horas. Domingo, a las 17:00 horas. Hasta el 4 de noviembre.
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