El Mercurio
La autora de "Mestiza" y "Rugendas" lanza "Violeta & Nicanor", una novela en la que reconstruye la intensa relación entre los hermanos Parra.
Por Roberto Careaga C.
En los años que Nicanor Parra estudió en la Universidad de Oxford se obsesionó con varios escritores anglosajones. Especialmente con uno, William Shakespeare. El día que fue hasta la iglesia donde supuestamente está su tumba leyó en voz alta un pasaje de "Hamlet". En ese momento, Parra estaba "descalzo para estar en contacto con la tierra en que estaban desparramados los átomos" de su maestro. Así lo cuenta la escritora Patricia Cerda (Concepción, 1961) en su nueva novela, "Violeta & Nicanor" (Planeta, $15.900), una reconstrucción de la intensa relación de los hermanos. Muy fiel a los hechos, aunque con licencias: "Eso yo lo inventé, pero te aseguro que fue así. A pesar de que nadie lo dice, llegas a conocer tanto al personaje que estoy segura de que se sacó los zapatos", dice Cerda.
Autora de las novelas históricas "Mestiza" y "Rugendas", ambas en su momento entre los libros más vendidos, Cerda ahora hace un repaso por el siglo XX chileno siguiendo las vidas de, probablemente, los hermanos más influyentes en la historia de la cultura chilena: Violeta, la gran revolucionaria del folclor y música popular, y Nicanor, el responsable de desacralizar la poesía. Desde su niñez, en la Región del Biobío, hasta la muerte de la compositora, en 1967. Podría ser una mera narración de los hechos, pero Cerda incluye entre capítulos el recorrido de una investigadora muy parecida a ella -chilena residente en Berlín- por las casas y lugares que marcaron a los Parra en Chile.
Fue, de hecho, un recorrido que la misma Cerda hizo. Esa investigación la empezó en octubre de 2016. En esos días, cuando se acercaban las celebraciones del centenario de Violeta Parra, el libro iba a ser otro: "Primero empecé a escribir sobre Violeta y después llegué a Nicanor. Me di cuenta de que se no puede entender a Violeta sin entender su relación con su hermano. Entonces decidí que la novela sería sobre ellos. La idea de esa hermandad, de esa fraternidad, y su vinculación con la cultura chilena me parece preciosa e importantísima de rescatar. La cantidad de cosas que sucedieron a nivel artístico y musical en que ellos fueron absolutamente pioneros", dice Cerda.
Según cuenta la escritora, que también es historiadora, el primer trabajo fue revisar semblanzas de ambos personajes, entrevistas y ensayos. En ese tránsito recogió la clave de la relación: "Lo que ve Nicanor en Violeta es que en ella hay un río, una corriente tremenda, y lo que hay que hacer es encausarla". Y añade: "La historia se me fue revelando. Ante estos personajes, uno no se puede acercar de manera academicista, sino que se requiere intuición para entroncar con ellos, saber qué quisieron decir o hacer. El escritor debe estar muy abierto a ellos".
Sencilla y directa, "Violeta & Nicanor" entrelaza en cada página los destinos de la música y el poeta. A la vez, es la historia de una familia sorprendente, como también un elogio a sus enormes aportes. "Siempre he sentido que Violeta Parra no está bien comprendida. Esta novela nace de un deseo de reivindicarla", dice Cerda. Y agrega: "El culto a Violeta Parra es algo que está recién comenzando. La luz estaba en el firmamento, pero no se veía, y ya empezó a llegar. Y se queda, firme. No se apaga más. Ella le dice algo a todas las generaciones. Esa es otra característica de los genios, se demoran en ser suficientemente reconocidos. Parra, eso sí, fue reconocido en vida, pero también está allá arriba brillando con su hermana".
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