El Mercurio
El chileno, creador de la portada del último disco de Judas Priest, conversó con "El Mercurio" sobre la gestación del arte de "Firepower" (2018). Aquí, su historia y el proceso para llegar a trabajar con grandes agrupaciones del heavy metal.
Bárbara Alcántara
Quién diría que un par de cervezas en un bar de Camden Town serían el inicio del proyecto que posicionaría a Claudio Bergamin entre las grandes ligas del rock mundial. El chileno, actualmente radicado en San Francisco, Estados Unidos, trabajaba en Londres en una empresa que se dedicaba a comercializar fotografías de stock , cuando una de esas noches del 2006 en el Purple Turtle Bar conoció a Richie Faulkner, quien con el paso de los años se transformó en su entrañable amigo y el 2011 se integró a las filas de Judas Priest, la agrupación británica que se presentará en Santiago el próximo 2 de noviembre.
"En esa época él ni soñaba con tocar en Judast Priest; por esos años era parte de la banda de Lauren Harris (hija de Steve Harris, de Iron Maiden)", cuenta al teléfono y luego especifica que el guitarrista que reemplazó a Kenneth Downing siempre intentó que su amigo fuera el encargado del arte de algún disco de los hombres tras "Breaking the Law", pero aquellos intentos eran fallidos.
No obstante, los acercamientos se dieron poco a poco; primero hubo una propuesta para la tapa del "Redeemer of Souls" (2014) que fue rechazada, después empezó a diseñar los ornamentos del vestuario que usa Faulkner en el escenario, hasta que terminó por dibujar un tatuaje para Rob Halford. Luego de eso, la carátula era inminente y la oportunidad llegó de un día para otro.
"Mark Wilkinson (ilustrador británico conocido por sus portadas para Iron Maiden, Judas Priest y Marillion) propuso una idea que no les gustó y Richie me mandó un whatsapp inmediatamente que decía 'atina, ahora'", mensaje que Bergamin recibió un viernes, el sábado boceteó el diseño, el domingo le puso color y lo mandó el lunes. "Lo aceptaron ese mismo día", cuenta orgulloso por la criatura letal que presenta al disco.
La génesis de los bocetos
La historia de Claudio Bergamin tiene su raíz hace cuarenta y cuatro años en Valparaíso en el cerro Mariposa. Hijo de padre y madre con ascendencia italiana, el ilustrador se educó en la Scuola Italiana y posteriormente estudió Arte en la Universidad de Playa Ancha. Después de titularse emigró a Castelfranco Véneto, ciudad cercana a Venecia, Italia, donde trabajó como fotógrafo publicitario durante cuatro años. Posteriormente se mudó a Londres, lugar del que se enamoró y se dejó empapar por la creatividad imperante del Soho. "Fue muy entretenido tener ese entorno porque es el centro publicitario de Londres", afirma y explica que "en esa época yo estaba casado con una chilena con quien tengo un hijo, nos separamos y ella se volvió a Chile", razón por la que después de ocho años fuera del país regresaría para instalarse en su ciudad natal.
Allí, en medio de los cerros del puerto y a los treinta y siete años, el también responsable de la portada de "Tormenta Eléctrica" (2015) de Rata Blanca dio un paso sustancial en su vida al transformarse en artista independiente. Lo que antes hacía de manera paralela a su trabajo oficial se transformó en su oficio regular que hoy ejerce desde California, donde vive con su actual mujer.
Dicho recorrido permitió que aquellos personajes e imágenes que germinaron en su infancia, inspirados en "La Guerra de las Galaxias" y cómics ochenteros, pasaran a ser el primer impacto visual de emblemáticos discos de Criminal, Dogma, Paradox, Battle Beast, Rob Halford, Arjen Lucassen y los ya mencionados Rata Blanca. Si bien sus trabajos han estado vinculados al heavy metal, Bergamin reconoce que sus gustos musicales van más allá: "Me gustan Journey, Foreigner, Styx y una de mis bandas favoritas es ABBA".
-¿Entonces harías el arte de una portada de un disco pop?
"Para mí el género de una banda no es un limitante. Si llega Maroon 5 a pedirme un diseño, no les voy a decir que no; lo que sí, no estaría dispuesto a salirme tanto de mi estilo, porque yo asumo que si alguien me llama, es porque saben lo que hago".
-¿Algo así pasó con Lucybell en el disco Fénix del 2010?
"Cuando el Cote (Foncea) me llamó, le pregunté: '¿Están seguros de que quieren trabajar conmigo? Sí, es que queremos darle otra onda al disco', me respondió. De hecho, es la única tapa que se sale de lo que habían hecho, después volvieron a esa cosa minimalista".
-Dereck Riggs, el creador de Eddie the Head, la mascota de Iron Maiden, es tu amigo. ¿Cómo se dio esa amistad?
"Cuando Iron Maiden estuvo en Chile, su tecladista Michael Kenney (se conocían por amigos en común) se quedó dos semanas y se pasó a mi casa porque quería conocer Valparaíso. Luego, cuando yo estaba en Los Angeles (Estados Unidos), le cobré el favor y me quedé en su casa, ahí le rogué que me llevara a conocer a Dereck. Ese fue el inicio de nuestra gran amistad".
-Dado que ya tienes los contactos, ¿crees que podrías llegar a hacer la portada de un disco de Iron Maiden?
"Es posible, me encantaría".
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