El Mercurio
El legado de "La voz" sigue vigente en la música popular, donde varios artistas han tomado algunas de sus características. Expertos analizan los secretos detrás de su influencia.
Raimundo Flores
Hace 20 años su voz se apagó para siempre, pero sus grabaciones siguen resonando. Frank Sinatra falleció el 14 de mayo de 1998, dejando un legado que lo alza como uno de los artistas más importantes del siglo pasado.
Sinatra comenzó su carrera a finales de la década de los 30, siendo solista de orquestas como la de Harry James y Tommy Dorsey en una época donde el crooner -el cantante de la orquesta- era un elemento más de la banda. "La voz de Sinatra, y la forma de comunicarse con el público, empezó a superar a la orquesta. Él fue el primero en liberarse de las orquestas y ganarles en popularidad", explica José Luis Arce, cantante que en los 80 fue catalogado como el "Sinatra chileno".
La razón por la cual Sinatra -a quien llamaron "La voz"- comenzó a destacar no fue solo por su calidad vocal, también lo fue por la forma en que aprovechó el uso del micrófono para potenciarla. "Hasta ese momento, los cantantes realmente populares eran los tenores, los que podían cantar con mucha más potencia. Pero con la aparición de los micrófonos empezaron a aparecer los barítonos, que tenían poca potencia de voz, pero un gran registro. Frank Sinatra daba los altos con el mismo grosor y sonido de voz con el que daba los bajos", señala Sergio "Pirincho" Cárcamo, acerca de una de las novedades que trajo la interpretación de este hijo de inmigrantes italianos.
Más allá de la explosión inicial de la carrera de Sinatra, que lo hizo convertirse en uno de los primeros ídolos modernos, parte del secreto de su éxito fue su capacidad de reinventarse durante su trayectoria. Así, pocos años después, explotó su faceta como actor de cine, donde hizo 65 películas y obtuvo el Oscar a Mejor Actor Secundario en 1954 por "De aquí a la eternidad". Luego enfrentó la llegada del rock and rollcon la etapa más testimonial de su música, y cerca del final de su vida realizó duetos con artistas como Bono, Barbra Streisand y Julio Iglesias, como anticipando el fenómeno de las colaboraciones que se vive hoy día. "Sinatra se tiene que reinventar varias veces. Cuando no podía inventar nada más, se vincula con los jóvenes con sus famosos dúos. Siempre tenía un as bajo la manga", dice Juan Pablo González, director del Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado.
"Grandes cantantes como Dean Martin lamentaron haber sido contemporáneos de Sinatra, porque él los opacó. Eso es por su talento, por una capacidad propia de surgir. Tenía una fuerza interior muy grande y un carácter italiano muy fuerte", comenta Mario Kramarenco, doble chileno de Frank Sinatra que pasó por el programa "Mi nombre es".
Sus continuadores
A pesar de que los expertos coinciden en que es difícil encontrar a otro artista que pueda comparar su impacto al de Sinatra, existen cantantes contemporáneos que han hecho suyos algunos de los elementos más característicos de Sinatra.
El caso más evidente es el de Michael Bublé, canadiense de 42 años que ha desarrollado una exitosa carrera mostrando el lado más pop del swing, con nueve discos de estudio hasta la fecha. Su último álbum, editado en 2016, incluye colaboraciones con el rapero Black Thought y la cantante Meghan Trainor, como muestra de su versatilidad. "Más que el relevo de Sinatra, él es el relevo de las grandes canciones americanas", opina José Luis Arce.
Harry Conick Jr. es otro artista a menudo comparado con Sinatra. El norteamericano de 50 años no solo guarda similitudes en lo musical, sino que también cuenta con una vasta carrera actoral, con apariciones en películas como "Día de la independencia" o "P.D.: te quiero".
Otras estrellas pop que se han acercado al legado de Sinatra, aunque de manera más intermitente, son Lady Gaga y Robbie Williams. La cantante grabó en 2014 "Cheek to cheek", un álbum a dúo con Tony Benett en el que incursionó en el jazz vocal. Por su parte, el cantante británico cuenta en su discografía con "Swing when you're winning" (2001) y "Swings both ways" (2013), dos trabajos dedicados al swing.
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