El Mercurio
El ex Take That se presentó ante 13 mil personas en el Movistar Arena con un show marcado por la provocativa entrega del británico.
JOSÉ VÁSQUEZ
Pidió permiso para entretener y el público se lo concedió de entrada, anoche en un Movistar Arena que respondía entusiasta a las provocaciones de un Robbie Williams que irrumpió vibrante y por momentos transformado en una especie de standapero sacando sonrisas bromeando con su experiencia como papá.
"¿Pueden creer que yo -con énfasis en ese 'yo´'- sea papi?", dijo en un momento del show en un trabado español, contando una historia que remató luego recordando su primera visita a Santiago en 2006 y preguntando: "¿Habrá algún hijo mío aquí ahora? Lo pasé bien esa vez...", dijo y las risas cambiaron a carcajadas.
El ex Take That había armado la fiesta desde el comienzo, sin recurrir necesariamente a sus éxitos, en una cadena de temas que conjuga ironía en sus letras con la entrega en directo de un tipo energético, que se toma el escenario como un ring al que sube a noquear con un concierto que rápidamente se tranformó en un gran carrete musical.
La banda suena maciza desde el inicio. Un quinteto que suma un trío de vientos y otro de coristas que empujan a un Robbie Williams que aparece en el escenario dando la espalda cubierto con una bata de boxeador. A su alrededor hay seis bailarinas en la misma línea, con guantes de box y todo comienza con "The heavy entertainment show", tema homónimo de su álbum lanzado hace dos años y el responsable de arrojarlo otra vez de gira a Sudamérica.
Robbie Williams se despoja pronto de la bata y deja ver un conjunto que incluye una falda que en varios momentos del show sacudió para mostrar su ropa interior en una acción que siempre generó risas y aullidos entre el público femenino.
Todo continuó con "Let me entertain you", que aparecía como línea editorial de un show siempre al borde de la comedia, pero que no alcanzó a perder el rumbo salvado por la música y un repertorio que pronto comenzó a liberar los éxitos de un tipo que supo triunfar con una limitada voz.
Claro que entre medio también le dio espacio al canturreo a capella de temas de Bon Jovi, Amy Winehouse y Tina Turner, a quien el público no supo reconocer para seguir con su coro. "¿Nadie conoce a Tina Turner? ¿Qué pasa con Chile?", alegó.
Antes sí le había dado espacio completo a un hit de George Michael -que presentó como su ídolo- para su versión de "Freedom! '90". Un momento que no desaprovechó para otra broma sobre su orientación sexual: "Yo no soy gay, ¿por qué se ríen?". Y rematar todo con una broma sobre un momento de intimidad con su fallecido colega.
Los éxitos aparecieron promediando el concierto con "Come undone", "Millenium" y su versión de "Somethin' stupid", que le dedicó a una fan uruguaya que subió al escenario. También pasaron "Feel", "Rock DJ" y una "Better man" que sorprendió cantando junto a su anciano padre que subió al escenario, cambiando las risas por cariñosos aplausos.
Luego, Asunción
Tras su paso por Santiago, donde abrió su gira por Latinoamérica, el cantante viajará hasta Paraguay para presentarse el jueves en Asunción. El tour continúa en Buenos Aires y termina en Ciudad de México, el 17 de este mes.
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