El Mercurio
Representantes de trap trasandinos han puesto de nuevo a Argentina en el mapa de la industria, adueñándose de los principales escenarios de su país y comenzando su exportación.
Raimundo Flores S.
En mayo de este año, Charly García recibió el Premio Gardel de Oro. En su discurso de agradecimiento, el ídolo argentino recordó a algunas de las figuras que dejaron huella en su carrera, como Prince, Cerati, Spinetta y el mismo Gardel; aunque las palabras de cierre las utilizó para otro propósito. "Hay que prohibir el Auto-Tune", señaló.
Muchos interpretaron la referencia a la herramienta utilizada para afinar voces como un dardo a Duki, un joven de 22 años que minutos antes se había presentado en la ceremonia sin disimular el uso del Auto-Tune, tal como lo hace la mayoría de sus compañeros de generación que en el último año han logrado generar el fenómeno musical más grande que ha visto Argentina en la última década.
A pesar de que el país vecino no era ajeno a la popularidad de la música urbana, esto no se había reflejado en una camada de intérpretes de exportación y de nivel internacional, como la que ha explotado recientemente. Los argentinos dedicados al trap , el género urbano de moda a nivel mundial, se apoderaron este año de los grandes escenarios de Buenos Aires, como el Luna Park y el Gran Rex, y han comenzado una internacionalización que ha llegado hasta Chile.
"Hay un montón de mentes brillantes que pueden arrancar su propia movida de la nada y un montón de gente que sigue eso. A través de internet estamos generando un movimiento bastante grande que salió realmente del cero mismo", comenta Omar Varela, creador del sello Mueva Records y que es parte del cartel de la próxima edición de Lollapalooza. Además, como productor ha trabajado con algunos de los principales exponentes del trap argentino, como Duki, Cazzu y Khea, quien también será parte del próximo Lollapalooza Chile.
Una de las bases de este movimiento fueron las batallas de improvisación que -como también pasó en Chile- se hicieron muy populares y permitieron que cuando sus principales exponentes comenzaron a grabar, estos contaran con una amplia base de seguidores que se hizo notar rápidamente.
Duki y Paulo Londra, los dos principales intérpretes de trap trasandino en la actualidad, participaron de las masivas batallas de freestyle del Quinto Escalón, para luego iniciar carreras musicales que los han llevado a agotar entradas en el Luna Park y a realizar tres fechas consecutivas en el Teatro Gran Rex, respectivamente.
"Parte de la proyección del trap argentino tiene que ver con un espacio vacío que había dejado el rock nacional", explica Juan Ortelli, juez de múltiples competencias de freestyle y director de Rolling Stone Argentina. Lucas Garófalo, editor de la revista, lo complementa: "Imagino que los comienzos de la época dorada del rock no deben haber sido tan distintos a los comienzos de esta época del trap . Un montón de pibes muy jóvenes conociéndose, juntándose y haciendo algo que la sociedad no conocía, pero que de repente impone el sonido del momento".
Más allá de la tensión con la tradición de la música popular argentina, también hay quienes creen que la actual generación dedicada al trap, en cierta manera, funciona como heredera de los grandes años del rock trasandino, en cuanto a algunos aspectos musicales y popularidad, pero sobre todo por la actitud de rebeldía: "Toman riesgos que los artistas de rock establecidos hacía años que no tomaban. Estos pibes se parecen más al rock and roll, porque interpretaron que ser rockero no es la guitarra colgada en el Hard Rock Café, es ir a robarte la guitarra y armar tu banda", sentencia Ortelli.
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