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miércoles, noviembre 14, 2018
Lucho Gatica Adiós al rey del bolero
El Mercurio
Fue la estrella indiscutida de la música nacional. Se codeó con grandes de la industria y recibió múltiples reconocimientos por su aporte a la cultura en Chile y el extranjero. Le sobran las distinciones y los logros acumulados durante siete décadas de trayectoria. Una que finalizó ayer, con su muerte a los 90 años.
Por Equipo Espectáculos
Llegó a los 90 años de edad como una de las figuras más respetadas de la música a nivel internacional. También probó suerte en el cine y dejó una huella imborrable con otros emprendimientos, como por ejemplo un vino que lleva su nombre y con el que también pasará a la posteridad.
Ayer, la noticia del fallecimiento en México de Lucho Gatica enlutó al mundo del espectáculo, luego de ser confirmada por su hijo Luis Gatica, actor mexicano de telenovelas y teatro, en su cuenta de Instagram con un simple: "Buen viaje! Te amo..." Desde ese momento, las condolencias y manifestaciones de cariño se hicieron escuchar en Chile y en el extranjero. Su natal Rancagua -que en septiembre festejó sus 90 años con la instalación de una estatua que recuerda a los hermanos Lucho y Arturo-, oficializó tres días de duelo para despedir al ídolo. La Presidencia también declaró duelo nacional para mañana.
Anoche en Las Vegas, durante la cena de entrega de los premios especiales, que reconoció la trayectoria de artistas como Yuri, Dyango, Chucho Valdés y Wilfrido Vargas, entre otros, se realizó un breve homenaje al fallecido cantante chileno. Gabriel Abaroa, presidente del Latin Grammy, recordó que el ídolo del bolero "fue uno de los primeros receptores de este premio -lo recibió en 2007-. Hace muchos años nos dimos el gusto y el lujo de honrar la carrera de don Lucho Gatica", señaló y luego pidió un minuto de silencio como tributo, el que fue seguido de pie por los presentes en un salón del hotel Four Seasons.
En 2013, en su última entrevista con "El Mercurio", declaró: "La muerte me da lo mismo. Llegará cuando tenga que llegar. La vida ha sido demasiado generosa conmigo. Siempre lo he pasado bien: me casé tres veces, viví muy tranquilo, con todos mis hijos nos queremos mucho, me dediqué a lo que me gustaba. Sería un malagradecido si me quejara. Cuando venga la muerte, la esperaré con alegría. Lo único que me queda es aprovechar cada minuto como si fuera el último".
"Destinado a triunfar"
Luis Enrique Gatica Silva nació el 11 de septiembre de 1928. Fue hijo de Agustín, un pequeño agricultor, y de Juana, una dueña de casa que le inculcó la pasión por la música a sus siete hijos: Humberto, Orlando, María, Arturo, José Agustín, Yolanda y Luis.
El primero que respondió a ese llamado fue Arturo, quien se encargó de iniciar a Luis en el mundo del canto al integrarlo en un dúo cuando sólo tenía 13 años. Sus primeros escenarios fueron el Instituto O'Higgins, donde ambos hermanos estudiaban, y la Radio Rancagua, donde comenzó a nacer la leyenda.
En 1945 Gatica se trasladó a Santiago y tres años más tarde inició una fructífera relación con el sello Odeón para grabar tres discos e inmortalizar canciones como "El martirio", "Las muchachas de la plaza España" y "Contigo en la distancia". Era el tiempo del bolero y con ello otros ritmos propios del Chile de aquella época, como el cha cha chá y la cumbia, comenzaban a perder espacio.
"En esa época era poco usual ver a un artista tan joven tener tanto éxito", explica Hernaní Banda, ex director de Radio Minería, en cuyos estudios Lucho Gatica ofreció shows memorables antes de dejar Chile para probar éxito en el extranjero. "Venía a trabajar desde Rancagua y sus seguidoras esperaban horas y horas para verlo cantar. Sus presentaciones siempre eran multitudinarias, además nosotros lo potenciábamos en otros programas como 'Discomanía' en el que la gente podía votar por sus canciones favoritas. Era un tipo con una tremenda voz".
El pianista Valentín Trujillo también fue testigo de aquellos primeros años en la vida del artista. "Fue un verdadero cohete como despegó su éxito. Era un bolerista excepcional y en gran medida le debe parte de su éxito a la influencia de su hermano Arturo. Su voz era inconfundible. Estaba destinado a triunfar", dice.
El salto internacional
Ya conquistado el mercado local, Gatica partió a México en 1957 e incursionó en el mundo del cine. Su fama se expandió. Ofreció conciertos en Cuba, España y Filipinas, entre otros países. En Estados Unidos, Capitol Records editó varios de sus discos, mientras la prensa rosa lo vinculaba sentimentalmente a estrellas como Ava Gardner.
El cantante José Alfredo Fuentes cree que el éxito de Lucho Gatica no amerita muchas explicaciones: "Que figuras como Julio Iglesias y Luis Miguel digan públicamente que admiran su voz, ya es prueba suficiente de su grandeza. Somos muchos los cantantes que hemos crecido bajo su influencia".
Su fama como cantante fue reforzada por su agitada vida social, plasmada en fotografías de la época en que el chileno hace gala de su amistad con otros grandes como Elvis Presley y Nat King Cole.
Hasta la fecha, el cantante ha vendido cerca de 40 millones de discos en todo el mundo. Un fenómeno que se da por el sello inigualable de Gatica, según explica el periodista Pablo Márquez, autor del libro "El rey Lucho cantaba boleros": "Su principal talento y activo era la forma en que interpretaba las canciones. Eso lo hizo único".
Aunque nunca disminuyó su popularidad, desde la segunda mitad de 1960 Gatica dejó de editar discos con el frenesí de antaño. En el último tiempo se mantenía vigente a través de quienes interpretaban las canciones que popularizó. Gloria Simonetti es una de ellas. "'El reloj' y 'Contigo en la distancia' siempre las integro a mi repertorio, es mi forma de mantenerlo vivo en el cancionero de Chile y mi forma personal de homenajearlo", dice la artista.
Una de las últimas presentaciones que realizó el cantante en Santiago fue el 2003. A los 75 años ofreció conciertos en el Hotel Hyatt y en el Teatro Oriente. Sus presentaciones coincidían con sus habituales visitas a Chile a principios de cada año, donde también aprovechaba de pasar tiempo con su hermana Yolanda, quien falleció el pasado 26 de septiembre.
Bianchi y Rancagua
Sus primeros años en la música los pasó junto al pianista, compositor y arreglista Vicente Bianchi. Las primeras grabaciones fueron en el domicilio de Bianchi en La Reina, donde nacieron boleros como "No te vayas amor" y "Despierta corazón". Ambos se conocieron durante las sesiones en vivo de Radio Minería y trabajaron juntos por casi 20 años.
"Fue una época de muchos recursos y él podía tocar con grandes orquestas de hasta 30 músicos que yo dirigía. En Chile tuvo un tremendo éxito, lo que nos sirvió para salir de gira por Colombia, Venezuela, Argentina, Uruguay y Paraguay. Nos pasamos casi toda la década de 1950 viajando", recordaba Bianchi a "El Mercurio" en 2013.
Cuando Gatica partió a México, se fue con arreglos elaborados por el pianista bajo el brazo: "Se hizo popular con mis colaboraciones. Fue una buena forma de partir en ese país, donde llegó a meterse en otro ambiente y a rodearse con otro tipo de personas. Logró el éxito, pero poco a poco dejó de cantar mis canciones, lo que fue una pena. Por eso creo que fue un poco ingrato conmigo", señaló para estas páginas el recientemente fallecido Premio Nacional de Artes Musicales.
"Uno quisiera que estos artistas como Juan Gabriel, como él, que nunca se fueran, que siempre se quedaran entre nosotros, pero es la ley de la vida y para allá vamos todos".
YURI
CANTANTE
"Era un hombre muy ponderado y siempre dispuesto a compartir sus experiencias con la gente joven. Haber compartido a su lado fue un verdadero privilegio".
GLORIA SIMONETTI
CANTANTE
"Es el maestro de todos los cantantes, no solo de Chile sino que de México. Allá se ponen de pie para nombrarlo, le dicen señor Lucho Gatica, el rey del bolero".
PALMENIA PIZARRO
CANTANTE
"Era el cantante favorito de mi padre, que siempre decía 'estos chicos que cantan ahora boleros los cantan muy bien, pero como Lucho Gatica, ninguno'".
ALEJANDRO SANZ
CANTANTE
"Pienso que ha sido el más grande bolerista de la historia, y yo lo nombro siempre en mis conciertos, sobre todo en Chile porque es amigo mio, aunque haya muerto es amigo mio".
DYANGO
CANTANTE
"Fue reconocido y admirado por todos. Yo fui testigo, estando con él no hace muchos años, de cómo Maria Bethânia le hacía reverencias".
ANDREA TESSA
CANTANTE
"Todo lo que se vaya a escribir de la música latina en términos de bolero tiene que pasar por Lucho Gatica obligado, porque es el hombre que con su voz, con su manera de cantar, enseñó el espíritu de la preciosura".
WILFRIDO VARGAS
CANTANTE
"Fue un gran embajador de Chile, llevó el canto, el bolero, el romanticismo y la chilenidad prácticamente por todo el mundo. Estamos tristes, pero estoy segura de que Lucho nos va a seguir haciendo cantar siempre".
CONSUELO VALDÉS
Legado en el cine: Triunfó en México e inspiró a Almodóvar
Participó en una decena de títulos en los años 50 y 60. Y el impacto en su vida personal también fue notorio, ya que gracias al séptimo arte conoció a su primera esposa.
Equipo Espectáculos
La huella de Lucho Gatica en el cine se puede ver entre 1956 y 1968, cuando participó en una decena de películas mexicanas, de las cuales pocas se conocen. Los periodistas Ascanio Cavallo y Antonio Martínez, durante la investigación para su libro "Chile en el cine", analizaron estos títulos.
"No en todas ni en forma explícita, pero sí es un extranjero y es muy marcado su acento", explica Cavallo sobre la identificación de la nacionalidad de Gatica en las películas. "No me platiques más", de 1956, fue su debut. Si bien no aparece en los créditos, sí lo hace en una escena donde canta el single que titula el filme. "Esa canción la escribió Vicente Garrido para él, cuando llegó a México. Y el disco vendió un millón de copias. Como era costumbre de la época, agarraron el título para armar una película", relata el crítico de "Sábado". El mismo caso corresponde a "Cucurrucucú Paloma", de 1965, en la cual Lucho también participa con su voz.
Al rancagüino se lo buscaba por su popularidad como cantante. No hay largometraje en que no tuviera una intervención musical. En 1957, tuvo un papel en "Teatro del crimen", donde canta varias canciones, en la primera de cuatro colaboraciones con el prolífico director Fernando Cortés. El cineasta puertorriqueño estaba casado con Mapy Cortés, una famosa y atractiva vedette, comediante y bailarina. Ambos emigraron a México con su sobrina, la Miss Puerto Rico María del Pilar Cordero Mercado, quien luego pasó a llamarse Mapita Cortés. Ella, por medio de sus tíos y el cine, conoció a Lucho. En 1960 se casaron y el matrimonio duró 21 años.
También participó en "Cada quien su música", de 1959, película dirigida por Mauricio de la Serna que coprotagoniza con el tenor y actor mexicano Pedro Vargas. Trata de cuatro amigos que viven juntos, pero dos de ellos cantan boleros -Gatica y Vargas-, mientras los otros entonan rancheras. "Se produce una especie de enfrentamiento entre el mundo del bolero y el mundo de las rancheras, dos mundos populares", describe Cavallo.
Otra película bastante más ranchera es "Viva la parranda" (1960), también de Cortés, donde el cantante compartió escena con Miguel Aceves Mejía, uno de los pilares insignes de la canción tradicional mexicana, junto a Jorge Negrete y Pedro Infante.
En 1960 tuvo un papel en "Las canciones unidas", una suerte de parodia de la ONU, en la que la música reemplazó a la diplomacia. Está dirigida por cuatro cineastas, cada uno con un segmento, y el que protagoniza Gatica está a cargo del chileno Tito Davison. Sobre este último, Cavallo señala que "era uno de los pocos aceptados en el Sindicato de Cineastas Mexicanos. Él era como el embajador de Chile". En aquel capítulo, el bolerista está detrás de un escritorio sobre el cual hay un cartel que dice Chile. No quedan aquí dudas sobre su procedencia.
El cineasta español Pedro Almodóvar, en su filme "Entre tinieblas" (1983), utiliza el bolero "Encadenados", grabado por Lucho Gatica en 1957. Esta es la historia de Yolanda Bel (Cristina Sánchez Pascual), una cantante de cabaret que llega asilada al "Convento de las Redentoras Humilladas". Entonces, Julia, la Madre Superiora (Julieta Serrano), inicia con ella una relación lésbica, cuya consumación se produce en una escena pivotal: enfrentadas una a la otra, ambas cantan a dúo encima de la grabación de Gatica. "De alguna forma, es como un duelo entre ambas mujeres. Es una secuencia notable, porque tiene esa cosa de amor arrebatado, amor profánico", interpreta Antonio Martínez.
El crítico profundiza aún más en la conexión entre el canto de Gatica y los intereses de Almodóvar: "El tipo de bolero, el gemido, la canción ahogada, era una representación de algo que tiene que ver con la pasión, con cierta suavidad, cierto terciopelo en la voz que estremece de pasión y de cariño. Por eso, Almodóvar lo usa en 'Entre tinieblas', porque algo tiene que ver el tipo de voz y el tipo de bolero con esta pasión arrebatada, pero contenida a la vez".
"La historia musical lo recordará con letras de oro"
Por Mario Kreutzberger
La familia Gatica fue, desde siempre, una musical. A Lucho en realidad yo lo conocí más de adulto, como un artista establecido, cuando yo ya tenía mis programas y él era una figura de clase mundial.
Pero eso fue porque tuvo la capacidad de irse temprano de Chile y se transformó en un artista internacional que logró su objetivo plenamente.
Fue primero en América Latina, y todos los llamaron siempre el Rey del Bolero. Y ahí es donde uno se da cuenta de que la gran capacidad que tuvo fue la interpretación. Interpretó los boleros de manera única y personal, con un algo que lo hizo famoso alrededor de todo el mundo y, además, hizo recorrerlo.
Como su hermano Arturo se quedó en Chile, tuve más contacto con él, pero cuando me fui al extranjero me acerqué a Lucho. Éramos dos chilenos fuera de nuestro país y había algo en los modismos y en la manera de relacionarnos. La última vez que lo presenté, en 2013, cantó junto a Laura Pausini. Ella era jovencita, pero conocía toda la carrera de él. Sabía sus éxitos, y pudo hasta repetir las letras de algunas de sus canciones, como "El reloj".
Me atrevería a decir que, musicalmente, obtuvo el título de uno de los grandes de la música internacional, de gran representante de Chile. Y, además, es el único cantante chileno que tiene una estrella en el paseo de la fama de Hollywood.
Lucho Gatica tuvo una carrera tremendamente fructífera, porque hasta hace poco tiempo seguía actuando.
Lamentablemente, ha llegado la pérdida del gran cantante, que la historia musical va a recordar con letras de oro.
"Su arte maravilloso era cantar"
Por Valentín Trujillo
A nivel mundial, en un momento, Lucho fue sencillamente el mejor cantante latinoamericano. En el bolero, realmente fue primera figura en países como Cuba y México. Hizo todo lo que hay que hacer en la música: grabó con la orquesta de Nelson Riddle-una banda que era acompañante de Frank Sinatra-, grabó en inglés, grabó en Brasil con Antonio Carlos Jobim -el creador de "La chica de Ipanema"-, aquí en Chile con mi querido amigo Vicente Bianchi, con todas las orquestas famosas en México y en Cuba, y en Argentina grabó tangos
Los boleros grabados por él fueron una prolongación de un repertorio que vino a entregar primero Olga Guillot a Chile. Él las hizo a la forma de Gatica, se puede hablar del estilo de Lucho Gatica con su forma de frasear y su afinación. Fue tal el impacto de este hombre que en México los jóvenes, aunque no podían cantar como él, andaban con su jopo y sus seguidores entre otros son Manzanero, que fue su pianista, y Luis Miguel, que es el mejor en los últimos 30 años y fue un gran admirador suyo.
Antes había triunfado en Cuba, que es realmente la cuna del bolero, y luego vino lo de México, que ha sido un país generoso con artistas chilenos. Antes que él naturalmente estuvieron Sonia y Myriam, Los Cuatro Hermanos Silva y muchos otros.
La relación mía con él no fue tan fluida como sí con su hermano Arturo. Eran dos figuras muy diferentes, a pesar de ser hermanos. Aunque Lucho se codeaba con la crème de la crème era un hombre retraído. No se destacó por ser muy parlanchín, sencillamente su arte maravilloso era cantar.
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